La importancia de llamarse Proenza Schouler
Lazaro Hernandez y Jack McCollough, Proenza Schouler, se imponen a Marc Jacobs y Alexander Wang como mejores diseñadores del año en la categoría reina de los CFDA.
Los premios CFDA sí son los verdaderos "Oscar" de la moda. Otorgados desde por el Consejo de Diseñadores de América, una institución llamada a hacer de la moda americana una industria global, presidida por Diane Von Furstenberg desde 2006, premian troncalmente a los mejores profesionales del año en categoría femenina, masculina y accesorios.
Aunque la gala de entrega celebrada en el Alice Tully Hall del Lincoln Center no llega a ser tan aparatosa como la del MET, su repercusión mediática y poder de convocatoria son cada vez mayores. La dinámica sobre la alfombra roja, menos formal y huérfana de temática, es prácticamente la misma y los creadores desfilan y posan sobre ella religiosamente acompañados por sus musas (algunas parejas incluso repiten), antes en su mayoría modelos y ahora cada vez más actrices. Se nota así que se sigue de cerca la estrategia de difusión, y también digital, trazada por Anna Wintour de cara a la gala del Metropolitan. En esta caso, además del bombo en las redes sociales, el canal elegido para su divulgación no es la versión online de Vogue sino style.com, aunque de momento no están tan convencidos de su tirón como para apostar por el riguroso directo y prefieren colgar la gala a la mañana siguiente. Otro punto fuerte de los CFDA son los presentadores de la velada, de igual o mayor solera que los homenajeados.
De vuelta a los premios, más allá de las tres categorías principales se otorgan asimismo varios galardones honoríficos como el premio a toda una vida, que este año ha ido a parar a manos de Vera Wang, o el Founder's Award, que le ha entregado Hilary Clinton a Oscar de la Renta, uno de los padres fundadores del órgano y miembro permanente de su junta directiva, antes de salir pitando a celebrar el 90 cumpleaños de Henry Kissinger. Ambos habían sido premiados previamente en diferentes años. Oscar de la Renta fue mejor diseñador del año en la categoría womenswear por partida doble en 2000 y 2007. Vera Wang en 2005. A todo ello debemos sumarle además el premio internacional, que este 2013 se le ha concedido al italiano Riccardo Tisci por su trayectoria como director creativo de Givenchy (recordemos que Tisci ha tenido el reciente privilegio de copresidir la gala del Met) y una mención especial al talento emergente dividido también en mujer, hombre y accesorios, con patrocinio de Swarovski. Suno, Public School, y pamelo Love han sido, respectivamente, los afortunados este 2013.
Marc Jacobs es seguramente el diseñador que más veces consecutivas ha sido nominado. Lleva más de 20 años seguidos optando a alzarse con la mención a mejor creador femenino y se ha colgado la medalla (bueno, la estatuilla, que tiene nombre, Torva, y hasta cuenta de Twitter) solamente en tres ocasiones: en 1992, 1997 y 2010.
Los Proenza Schouler llevan mucho mejor marca que Jacobs. Aunque las plusmarquistas en esta competición son las Olsen, que nominadas en una sola ocasión se llevaron el premio gordo en su primera intentona. Nominados como mejores diseñadores femeninos y de accesorios en ediciones alternas, este 2013, con su quinta nominación, Jack McCollough y Lazaro Hernandez han vencido, con esta, por tercera vez en la categoría reina. Ellos lideraron en su momento la nueva hornada de talento americano a principios del 2000 (se estrenaron en la New York Fashion Week en el año 2003 y su primer gran logro pasó por vestir a Charlotte en un capítulo de Sexo en Nueva York). Lo mismo se inspiran en la arquitectura Googie que en unas vacaciones buceando en Bora Bora, un viaje por carretera hasta Nuevo México o un quimono expuesto en una muestra fotográfica dedicada a Richard Avedon, y sus bolsos, al principio calificados de anti it-bags pero hoy copiados hasta la saciedad, son tan deseados como sus creaciones. Su visión de negocio y táctica de crecimiento va viento en popa. Hace apenas dos meses relanzaban su web haciendo de ella su principal instrumento de comunicación y venta.
Alexander Wang, el tercer nominado en discordia, no lograba hacerse con el triunfo a pesar de que casi todas las quinielas lo daban como vencedor.
Thom Browne, que este año ha cosechado más éxitos con sus colecciones de mujer que de hombre (su mayor triunfo pasaba por vestir a la primera dama el día de la toma de posesión de Barack Obama en Washington) se hacía finalmente con el premio a Menswear Designer of the Year. Philip Lim, tailandés de padres chinos afincado en California, y cuyos bolsos de su marca 3.1 no paramos de ver a hombros de Diane Kruger o Elle Fanning, se llevaba a casa la mención a mejor diseñador de complementos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.