Josefina, los bolsos para madres ‘made in Spain’ que han conquistado París
En 2013 France Lamy dejó su trabajo por diseñar bolsos de piel perfectos para portar los accesorios de un bebé. Ahora, sus creaciones han llegado a las manos de Caroline de Maigret o Marion Cotillard. Aquí su historia.
Madre de dos hijos (Axel y Olivia) y creadora de la firma de bolsos Josefina, France Lamy vive en París pero se escapa a Asturias para coger aire cada cierto tiempo. “Madrid es una locura, pero París ya ni te cuento. Para mi es vital pasar en Comillas 3 o 4 meses al año y desconectar”, nos cuenta a S Moda por teléfono. De nacionalidad franco-española, la emprendedora detrás de Josefina estudió en Icade y con tan solo 21 años se mudó a París junto a su pareja de entonces (y actual marido) con la idea de volver años después a España. Pero sus planes cambiaron cuando France empezó a desarrollar una carrera imparable en el mundo de la cosmética: primero en el gigante L’Oreal y más tarde en Nivea.
Con una atracción innata por los accesorios de piel y en un momento vital en el que anhelaba un cambio profesional, la semilla de su proyecto germinaría con su primer embarazo y una tarea que atañe a toda futura madre: la compra de lo necesario para la llegada del bebé. “Me puse a buscar bolsos para el carrito y todos los diseños tenían dibujitos: corazoncitos, ovejitas… Eso no iba con mi estilo y pensé que no debía ser la única mujer en el mundo a la que no le encajaban”, relata. Tras detectar ese nicho en el mercado y con la misión de ofrecer una alternativa a los estampados infantiles, para France era impensable compaginar su trabajo con la reciente maternidad y su nuevo proyecto. “Cuando eres madre y estás en la oficina, solo piensas en llegar a casa y estar con tu hija”, sostiene. Así que, con 31 años, France decidía nadar a contracorriente: dejar su trabajo y lanzarse de lleno en lo que se convertiría en “Josefina” dos años más tarde. Un riesgo, pero perfectamente calculado, en el que se marcó un plazo límite para comprobar si realmente era viable -y rentable- su idea de negocio. “Tenía un dinero ahorrado y decidí darme dos años: si en ese tiempo no conseguía lanzar y que se vendiera, buscaría otro trabajo”.
“La idea inicial era dirigirnos a mamás porque era un target que estaba bastante descuidado. De la misma forma que hay poca ropa de embarazada que siente bien, los bolsos eran un eterno olvidado”, revela. De ahí su propuesta: diseños de piel, versátiles e ideados para cubrir las necesidades (y diferentes escenarios) de una mujer urbana y actual. Porque sus bolsos, además de contar con diferentes compartimentos para portar biberones y pañales, también funcionan para llevar el portátil a la oficina, acudir a una comida con amigas o salir a cenar un sábado noche. Un todoterreno que se adapta al día a día de una mujer on the go.
Con la decisión de producir dentro de las fronteras de nuestro país como garantía de calidad y savoir faire, los bolsos de Josefina se confeccionan en dos talleres de Ubrique y Alicante. Algo innegociable para la creativa aún con la tentativa de reducir el precio final. “Tenía una idea de precio de venta que no pude respetar por estar en España. Aunque hora parece algo lógico, en 2013 producir aquí no era tan evidente”, afirma. Con la atemporalidad por bandera, sus piezas aúnan diseño, funcionalidad y una cuidada calidad con el objetivo de permanecer en nuestro vestidor a lo largo de los años. “Siempre pido la opinión a mi familia y me fio mucho de lo que me dice mi madre. Si a ella le gustan, sé que son bolsos que no envejecen”, reconoce Lamy. El estilo de sus creaciones juega con la dualidad masculino-femenino, una mezcla a la que han recurrido icónicos diseñadores a lo largo de la historia como Yves-Saint Laurent y su archiconocida versión del tradicional esmoquin ideado para mujeres. Y eso mismo buscó transmitir con el nombre de la marca. “Mi familia es muy creativa. Mi hermano era escritor y periodista –el columnista David Gistau, fallecido el pasado año–. Hice un brainstorming con mi hermana y salió el nombre “Josefina”: tenía fuerza, personalidad y mostraba esa dualidad”.
Josefina saltó al mercado en 2015 y su experiencia confirma el imbatible poder de Instagram para dar a conocer un nuevo proyecto. “El primer año las redes sociales fueron un 90% de nuestro éxito”, recalca. “Fui a Vogue a presentar la marca y recuerdo como al mismo tiempo me querían sacar en Vogue niños y en el blog “My Little Pleaschures”. Aún no habíamos ni lanzando la web y fue una señal de que algo estábamos haciendo bien”. Y si la firma empezó con buen pie, solo tendrían que pasar los años para que los diseños de Josefina alcanzaran el armario de la socialité parisina –en Francia se efectúan el 40% de sus ventas–. “Un día cualquiera encendí mi web y vi que Caroline de Maigret había pedido un bolso. No daba crédito a lo que estaba pasando. El susto número dos fue cuando a los meses me encargó otro”, recuerda el alma máter de Josefina. Pero el icono de la moda francesa no ha sido la única que ha caído rendida ante sus cuidadas piezas de piel: la lista de mujeres que han apostado por la marca pasa de Marion Cotillard a Karolina Kurkova, Sara Carbonero o Elisa Sednaoui.
Su consejo para todo aquel que se plantee emprender es claro: “No dejarte influenciar. No sé por qué razón la gente tiene más miedo que tú y te hace dudar de ti misma”, apunta. Y concluye: “si yo me hubiera parado la cantidad de veces que me preguntaban qué estaba haciendo, nunca me hubiera lanzado. La gente no entendía como acababa de tener un hijo y estaba dejando mi trabajo por vender bolsos a 300€”. Lo que nadie se imaginaba es que seis años después este accesorio protagonizaría la wishlist de las futuras madres. Y de toda mujer urbana en busca de un diseño de calidad que le acompañe a lo largo de los años.
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