Fabien Baron, diseñador del logo de Zara: «La moda se está enfrentando a las consecuencias de haber sido elitista y blanca»

Pocos directores de arte acumulan en su currículo los logros que aglutina el de Fabien Baron (Francia, 1959). A él se le ocurrió proponer a Kate Moss como la imagen de Calvin Klein en los 90, reinventar la edición italiana de Vogue junto a Franca Sozzani o diseñar el icónico libro Sex de Madonna. Los ejemplos de su brillante trayectoria podrían seguir varias líneas más citando, entre otros, su implicación en la imagen actual de firmas como Bottega Veneta o Dior o la creación del nuevo logo de Zara. Para el creativo, que entiende el presente como una oportunidad para mejorar, la industria ya atravesaba una situación delicada antes de la pandemia. «Ya había problemas, pero, sin duda, la covid-19, el crecimiento del movimiento Black Lives Matter y la urgente necesidad de sostenibilidad están agitando el sector», sostiene. «La industria de la moda se está enfrentando, en todos los ámbitos, a las consecuencias de haber sido demasiado elitista y demasiado blanca, así como de haber ido muy rezagada en lo que a prácticas respetuosas con el medioambiente se refiere».

«¿Qué saldrá de todo esto?», se pregunta el creativo, experto en modernizar todo lo que toca. «Si somos inteligentes lo veremos como una oportunidad. Este es un negocio construido sobre la creatividad. Me gustaría ser positivo y decir que con todo el talento e ingenio en plena ebullición que tenemos seremos capaces de encontrar las soluciones adecuadas». Para él, el incremento de las ventas en el canal online impulsadas por la crisis sanitaria son una pista para entender por dónde irá el futuro. «El comercio electrónico tendrá que evolucionar y repensar la forma en que se presenta actualmente. La catalogación de productos ya no será suficiente: si un sitio web quiere ser un verdadero buque insignia y crear una experiencia de compra rica y emocionante tendrá que enfrentarse a un gran reto creativo», afirma.

No será suficiente con crear productos apetecibles e intentar venderlos, habrá que entretener a un potencial consumidor que, ahora mismo, encuentra en la moda una vía de escape y necesita constantes fuentes de entretenimiento. «Creo que la industria se está esforzando en intentar satisfacer esa necesidad. Las grandes marcas probablemente serán como un nuevo Disney, mitad retail, mitad multimedia. Y las marcas pequeñas encontrarán su nicho al ser las primeras en explorar y proponer nuevas ideas y canales», augura Baron.

Para él, el futuro de la moda también pasa por solucionar los dos problemas que están en la lista de prioridades de todos los agentes del sector: la sostenibilidad y la inclusión. «Espero que las marcas sean más cuidadosas en todo lo que tenga que ver con cómo producen las prendas, desde los materiales que utilizan hasta cómo están industrializadas. Zara, uno de los mayores retailers del mundo, ha estado dedicando recursos y tiempo durante los últimos años a atajar estos problemas. Es una gran pista de que la moda está dirigiéndose hacia la dirección correcta».

Y concluye su reflexión apelando a la creatividad, base de su trabajo y éxito. «Será clave en el futuro de la moda. Estamos en medio de un cambio masivo que dejará atrás propuestas demasiado calculadas y crueles y permitirá que florezcan la autenticidad, la conexión y el talento».