De Kate Moss a Rosalía: cómo la hija de un comerciante de diamantes encandiló a las ‘celebrities’ con sus joyas
Messika, la firma que ha despojado el universo del diamante de toda su rigidez, ha abierto nueva boutique en Barcelona, un espacio luminoso y minimalista en el que se encuentran sus piezas más icónicas y femeninas. Desde ‘Move’ a su alta joyería.
«Mira mis joyas, soy letal (letal)», nos retaba Beyoncé en Apeshit, el videoclip que grabó hace un par de años en el Louvre con The Carters (el dúo que forma junto a su marido Jay-Z). Y a la estrella no le faltaba razón, porque si algo brillaba más en la estampa, con la Mona Lisa al fondo como testigo, era su impresionante collar de diamantes: un resplandeciente entramado de gotas persas, a juego con los pendientes, que replicaba los movimientos de la artista y los tonos de todo lo que había a su alrededor. Las piezas eran obra de Messika y llevarlas al mismísimo museo, o a uno de los vídeos musicales más icónicos del pop, es tan solo uno de sus muchos hitos.
«Me llamó una de las estilistas de Beyoncé para decirme que quería utilizar nuestra alta joyería pero no podía decirme para qué. Me dijo que recogería las piezas por la noche y que me las daría por la mañana, pero ni podía ir yo ni mandar a un guardia. «¿Te voy a dar mis joyas más caras sin un guardia?». Fue complicado, pero al final acepté», recordaba en una entrevista la creadora, Valèrie Messika.
Hija del famoso comerciante de diamantes André Messika, Valèrie creció rodeada de piedras preciosas, y quizá esa cotidianidad le ha permitido moldearlas sin temor. Desde que abrió su propia firma en 2005, la diseñadora francesa ha logrado despojar la joyería de su rigidez. Mediante técnicas como skinny, un concepto que desarrolló en su atelier parisino para que los diamantes parezcan más elásticos o flexibles, o colecciones móviles como su existosa Move, en donde las piedras se deslizan por cada diseño, las creaciones de Messika están llenas de vida y movimiento.
Ha nacido un icono
Una jaula dorada, tres diamantes móviles y un sinfín de posibilidades. Podría decirse que el brazalete Move, lanzado en 2007, es el icono de la maison: un alegato a la sencillez, la elegancia y el movimiento sobre el que se sostiene el éxito de Messika. Como todas sus piezas, está confeccionado de forma artesanal, como si un vestido de alta costura se tratara –en el taller de Messika, escondido en el corazón de París, una veintena de artesanos (tres dibujantes, diez joyeros, dos especialistas en CAD, dos pulidores y dos engastadores de diamantes) trabajan de forma sinérgica, combinando técnicas ancestrales y modernas, para dar forma a estas piezas únicas–, pero su diseño está pensado para vestir en todos los contextos.
La dualidad define la fisonomía del brazalete, así como todas las demás piezas –pulseras, anillos y colgantes– que se han ido sumando a la colección: es moderna y atemporal, delicada y fuerte, minimalista y compleja. Durante todo este tiempo Messika ha revisado su creación y a día de hoy existen 360 versiones. Con Move Titanium en 2016, por ejemplo, sustituyó la estructura dorada por una de titanio, creando pulseras y anillos más ligeros y masculinos. Con motivo del décimo aniversario, Gigi Hadid aportó su visión juvenil a Move Addiction, en una serie de joyas minimalistas y eclécticas. Los medallones XXL son los protagonistas de la colección Lucky Move, un conjunto de colgantes y pulseras concebidos como amuletos de la suerte. La firma consigue aquí darle un nuevo uso a los mosquetones, creando piezas super femeninas y rock and roll, a las que Kate Moss pone rostro.
La firma, que ha sabido conjugar su alta joyería con colecciones que son un éxito de ventas, acaba de abrir su primera boutique en Barcelona, un refugio en el Passeig de Gràcia con suelos de mármol y enormes vidrieras, en el que cada una de sus líneas refleja esa «feminidad moderna» que abandera. Messika impone su perspectiva femenina en cada diseño y es así como logra retratar las poliédricas facetas de las mujeres: clásica, bohemia, discreta, extrovertida… Solo hay que ver su legión de fans, en donde personalidades tan diferentes como Kate Moss, Beyoncé, Gigi Hadid o Rosalía han encontrado un amuleto con el que sentirse identificadas.
La comodidad es su segunda preocupación. Las joyas de Messika se posan sobre el cuerpo como un tatuaje, se entremezclan con la ropa o se apilan unas sobre otras. La creadora ha llevado el ‘mix and match’ al mundo de la joyería, proponiendo una nueva forma de vestirla: entremezclando collares y gargantillas, coleccionando pulseras en las muñecas, con anillos que unen varios dedos… Si un diamante es el mejor amigo de una mujer, por qué tendríamos que llevarlo con miedo.
Su resplandeciente musa
«Me encanta llevar diamantes con shorts vaqueros y camiseta», confiesa Kate Moss. La supermodelo más bohemia e irreverente de los noventa y musa de Messika atesora una increíble colección de joyas que empezó a crear cuando tan solo tenía 14 años. Ese joyero ha sido el punto de partida de Messika by Kate Moss, una sorprendente colección cápsula de alta joyería en la que han trabajado estrechamente. El estilo effortless de ambas –un don que tienen solo algunas personas para hacernos creer que vestir bien es algo fácil–, se materializa en nueve sets eclécticos y modernos.
La sensualidad define Exotic Charm, con piezas de diamantes de distintas tallas (pera, esmeralda, triángulo…) que se posan sobre la piel como un tatuaje más. La variedad de piedras preciosas de Color Play –turquesa, malaquita o nácar blanco– captura el gusto por el color de ambas, que tiñe collares plastrón suntuosos, pendientes XXL o anillos de diamantes de tres dedos. El art decó y la bohemia inspiran la línea Released Sun, con cadenas de diamantes baguette que cuelgan sobre la frente o bailan en gargantillas y aros. Y así hasta nueve líneas diferentes, que ensalzan el estilo de quien lo lleva puesto y nos demuestra que hay muchas formas de llevar diamantes. La máxima: divertirse.
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