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Cómo el arte anticipó la importancia del ‘classic blue’ en nuestro armario

Estamos ante el color de los sueños, pero también de la tristeza. Por eso captura como ningún otro el sentir de zetas y millennials, dos generaciones a las que se les prometió todo y no heredaron nada más que precariedad.

Propuesta de Balenciaga para la primavera/verano 2020.
Propuesta de Balenciaga para la primavera/verano 2020.Getty (Gamma-Rapho via Getty Images)

El color de 2020, bautizado como Pantone 19-4052 Classic Blue, es un tonalidad de azul atemporal que pretende aportar «calma, confianza y conexión» a un año que actúa de bisagra entre dos décadas y se presenta cargado de incertidumbre ante la crisis social y medioambiental que asola el mundo. «Imbuido de una profunda resonancia, proporciona unos cimientos sólidos y nos anima a mirar más allá de lo obvio y a ampliar nuestra forma de pensar. Nos reta a profundizar en las cosas, a desarrollar nuestra perspectiva y a abrir el flujo de la comunicación», expone Leatrice Eisman, directora ejecutiva del Instituto Pantone, en el informe que claudica un 2019 teñido de Living Coral y avanza, de acuerdo con el sistema de definición cromática Pantone Matching System®, su sustituto. «A medida que cruzamos el umbral hacia una nueva era, hemos traducido el tono en una experiencia multisensorial para llegar a una mayor diversidad de personas y brindar una oportunidad para que todas se involucren», detalla la compañía en su perfil de Instagram.

Estamos ante el color de los sueños, pero también de la tristeza. Por eso captura como ningún otro el sentir de zetas y millennials, dos generaciones a las que se les prometió todo y no heredaron nada más que precariedad, y ahora luchan por reconciliarse con las expectativas de su niñez en un entorno digital que no les da tregua. Una disociación que la literatura autorreferencial del segundo milenio retrata y varios estudios científicos respaldan. La Encuesta Nacional de Salud publicada por el Ministerio de Sanidad revela que, en los últimos doce años, los hospitales atienden cada vez más cuadros de ansiedad y el Barómetro Juvenil de Vida y Salud realizado por la FAD (Fundación de Ayuda a la Drogadicción) sostiene que 1 de cada 5 jóvenes en España ha sufrido depresión en el último ejercicio. Un contexto que parece haberse tenido en cuenta a la hora de escoger un azul que, como el mar, reconforta y al mismo tiempo describe el abismo al que nos enfrentamos. Es la ola que rompe en la orilla y la que brota en el horizonte.

Pero las connotaciones que dicta la psicología del color no son lo único interesante. Que el calificativo “clásico” acompañe al Pantone de 2020 tampoco es casual si se revisa la tradición pictórica de Occidente. La indumentaria representada en el arte religioso previó la importancia que este matiz tendría en nuestro armario. “Mientras que las figuras masculinas, como Jesús o San José, vestían de rosa como una alegoría del triunfo espiritual, el azul se reservaba para la Virgen simbolizando pureza”, explica a S Moda Lucina Llorente, responsable del estudio de materiales y técnicas textiles en el Museo del Traje de Madrid. Los ropajes, especialmente las túnicas, de este personaje sagrado se pintaron durante siglos de un ‘azul ultramar’ obtenido costosamente del lapislázuli y casi idéntico al apodado Classic Blue. De El Descendimiento (1443) gótico de Rogier van der Wyden a La Adoración de los Magos (1609) del barroco Pedro Pablo Rubens, pasando por La Anunciación (1559) renacentista de Juan Correa de Vivar. Son muchas las obras que manifiestan esta relevancia y evidencian, dicho sea de paso, los estereotipos de género construidos alrededor de la paleta cromática.

Es diferente hablar de pigmentos de pintura que de tintes de tejidos. Si nos referimos a esta segunda disciplina, “el azul clásico es un tinte químico semejante al antiguo azul Índigo del siglo XVI o al de Prusia del XVIII”, aclara Llorente. Sin embargo, es en La Inmaculada Concepción de los Venerables (1660-65) de Bartolomé Esteban Murillo, la Sagrada Familia (1518) de Rafael o La Dolorosa (1554) de Tiziano –entre otros cuadros de la Antigüedad– donde primero se democratiza. “Según los expertos, lo percibimos como el color más agradable, relajante y a la vez positivo, por lo que siempre es bien acogido en la industria de la moda”, añade la historiadora. De hecho, antes incluso de anunciarlo, el circuito de pasarelas ya lo había abrazado. Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, lo usó para reproducir el Parlamento Europeo y reforzar el mensaje político de su colección primavera-verano 2020. Haider Ackerman, Marni, Eckhaus Latta, Gucci, Commes des Garçons o Marc Jacobs también lo vaticinaron al incluir la tendencia en sus propuestas. Al igual que ha sucedido con el guardarropa de Kate Middleton o con Shailene Woodley vestida, en los British Fashion Awards de 2019, con uno de los plumíferos diseñados por Pierpaolo Piccioli para Moncler. Está claro que la próxima temporada pide a gritos una buena mano de pintura (y apenas lleva la primera capa).

Margot Robbie con eyeliner ‘classic blue’.
Margot Robbie con eyeliner ‘classic blue’.

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