Clara Montes: «Faltan 217 años para conseguir la igualdad, pero si trabajamos juntos, lo lograremos antes»

Cuando Clara Montes preparaba su tesis, asistió a una clase magistral de un experto en Creatividad. En aquella aula de Publicidad, con mayoría femenina entre los estudiantes, alguien preguntó al entendido por qué no había más mujeres directoras creativas. Él contestó: «Porque no las hay».

A Montes aquello la hizo arder por dentro, pero esa indignación la impulsó a demostrar que sus palabras no eran ciertas. Tras una intensa investigación y un par de decenas de entrevistas a grandes creativas –resultó que sí había, y muy renombradas–, le mandó la información al experto, que le dio las gracias.

Su tesis obtuvo un nueve y medio de nota y sus conclusiones fueron publicadas en la prensa internacional. Clara Montes se había unido a la lucha por la igualdad. «Me apasiona. Me considero una orgullosa activista de género», reconoce esta mujer que, además de dar clases en la Universidad Autónoma de Barcelona, ha gestionado proyectos para fomentar el emprendimiento femenino, como SWAN Women Angels Network, la primera red de inversoras en España. Este año, la Universidad de Georgetown le concedió una beca para representar a España en su programa para líderes globales.

Además, desde hace cinco años, organiza las conferencias de TEDx en Barcelona y ha creado TEDxBarcelonaWomen, una plataforma para conectar, empoderar y visibilizar el talento femenino a través del lema de la marca: ‘Ideas que vale la pena difundir.’ «Les damos voz a mujeres, y también a hombres que se dedican a la igualdad de género», apunta. Se trata de un proyecto multiformato en el que, además de las charlas, hay música, humor, arte, teatro… El objetivo es unir a personas que creen que el cambio no es una utopía. «Un informe del World Economic Forum dice que faltan 217 años para conseguir la igualdad, pero si trabajamos juntos, lo lograremos antes», apunta. Ella sugiere no dejar toda la responsabilidad en manos de las empresas y los gobiernos: «Todos nos tendríamos que convertir en activistas por la igualdad. Si no eres feminista, está claro que eres machista o sexista. Hay que tener el valor de intervenir». Clara Montes anima a alzar la voz y nos da un par de consejos sobre cómo lograr lanzar la ‘charla’ perfecta: «Ver muchas, ensayar hasta poder repetirla con la tele de fondo y ceñirte siempre a una frase que debe resumir todo lo que digas, esa idea única. Si usas el humor y te muestras vulnerable, ganarás más puntos».

De todas las ponencias que ha organizado para TEDxBarcelonaWomen, Montes destaca que la que más le ha impactado es una que ya tiene más de 100.000 visitas: la de María Fernández-Miranda, subdirectora de la revista Cosmopolitan y autora del libro No madres (Plaza&Janés). «Su discurso cambia el insight de por qué no vas a ser madre, algo que parece convertir a la mujer que no lo desea en una bruja egoísta. Al final de su charla, queda claro que hay muchas cosas que puedes preguntarle a una mujer más interesantes que si es madre», explica. Destaca también la de Belén Gaudes, una de las primeras ponentes que invitó, quien viendo una película de Disney con su marido y su hija se alarmó ante los estereotipos de género y decidieron reescribirlos sin esos sesgos.

El resultado es la colección Érase dos veces. «Es muy bonito, modifican los cuentos para cambiar la Historia en mayúsculas. Hay mucha gente, también en España, haciendo cosas por mejorar el mundo. Nuestra responsabilidad es hacerlos visibles», explica Montes, para quien la mayoría de sus referentes son femeninos. Como Amy Cuddy, «mi favorita», apunta. Psicóloga social e investigadora en Harvard, Cuddy tuvo un grave accidente de adolescente y le dijeron que no podría estudiar. «Lo explica muy bien en su libro Presence (Presencia). Pero se licenció en Harvard y con sus investigaciones ha demostrado que a través del lenguaje corporal puedes aumentar tu autoestima, poder y capacidad de liderazgo», cuenta Montes, que considera necesario potenciar esas habilidades «sobre todo en las mujeres, porque no nos educan para sentirnos fuertes o valientes, sino para ser monas, dulces y perfectas. Nosotras tenemos las capacidades más adecuadas –la empatía, la escucha, la sensibilidad– para convertirnos en los mejores líderes en estos tiempos, y creo que sería muy buena noticia para el mundo que lo fuéramos».