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Así funciona Shopify, la herramienta que ha batido récords en pandemia ayudando a las marcas de moda

Con una cuota mensual asequible y un software fácil de usar, la empresa canadiense que proporciona soporte logístico a las tiendas digitales, se está convirtiendo en un emporio capaz de centralizar buena parte del comercio online.

Shopify se ha convertido en una herramienta esencial para las marcas de moda y belleza.
Shopify se ha convertido en una herramienta esencial para las marcas de moda y belleza.Getty (Getty Images)

Es un hecho que la pandemia ha impulsado el comercio digital (según datos de UNCTAD, la agencia para el comercio de las Naciones Unidas, solo en 2020 las transacciones digitales crecieron un 5%). Aún así, han sido pocos los que ha sorteado con éxito los meses de parón productivo, cierre de tiendas y bajada de consumo, pero hay empresas que no solo han sabido capear el temporal, también han salido reforzadas. Si nos ceñimos al sector moda, la firma de zapatos Crocs ya se ha convertido en la clásica excepción a la crisis. Sus zuecos, asequibles, cómodos y con una estética feísta (y nostálgica) que la generación Z ha vuelto a poner de moda tenían todos los ingredientes para alcanzar records de venta históricos. Así fue. Pero más allá de marcas concretas, ha habido una compañía a la que esta crisis ha reforzado por razones lógicas.

Hace unas semanas, la revista WWD anunciaba que Shopify había alcanzado un valor de mercado estimado en 42.000 millones de euros en el segundo trimestre del año. Un récord histórico para la compañía, que no ha parado de crecer (tal y como detalla Reuters, ha triplicado sus beneficios en 2020). La empresa canadiense, que ofrece necesidades logísticas y estructurales para todos los que quieran crear su negocio digital, actualmente cuenta con más de un millón y medio de vendedores en todo el mundo. Muchos la consideran ya una amenaza para Ebay e incluso Amazon. Y eso que nació casi por casualidad, alimentado así el mito de los emprendedores tecnológicos que se hacen billonarios ‘cubriendo necesidades’.

En 2006, Tobias Lükte y Scott Lake no sabían dónde comenzar a vender Snowdevil, la marca de snowboard que acababan de crear. Ninguna plataforma les convencía. Como contaría el CEO actual de Shopify, Harley Finkelstein, años después, «por entonces solo había dos formas de vender online, Ebay, que era sencillo y barato pero no ayudaba a construir marca, o contratar a una empresa de software y gastar miles de dólares sin saber cómo funcionaría». Así que crearon el suyo propio y, meses después, decidieron alquilarlo a terceros por cuotas mensuales que a día de hoy van de los veinte dólares por el sitio online estandar a los doscientos por el asesoramiento y el desarrollo personalizado. A medida que iban creciendo, fueron invirtiendo dichas cuotas en la ampliación de negocio: primero crearon software para que cada marca pudiera desarrollar apps móviles, después implementaron Shop Pay, un botón de compra propio para pagar con tarjeta sin intermediarios. En estos últimos años se han aliado con Google, facebook y Snapchat para hacer compras durectas a través de redes, han comprado estudios de diseño, empresas de desarrollo de software móvil y hasta almacenes para distribuir en tiempo récord articulos de sus clientes. Esta semana abrían su primer coworking físico, en el Soho neoyorquino, una especie de incubadora de pymes y negocios locales que trabajan con su plataforma. Todo queda en casa, al estilo Amazon, con la diferencia de que Shopify opera hasta ahora en la sombra, sirviendo únicamente de soporte. Se reservan, eso sí, el derecho de admitir o no ciertos negocios. Vetaron los comercios de merchandising de Trump días antes del asalto al Capitolio y en su cuenta de Instagram, llena de mensajes aspiracionales relacionados con el emprendimiento y de historias de superación personal, se posicionan a favor de la diversidad y la inclusión, favoreciendo la promoción de negocios regentados por minorías.

Hace unas semanas, la revista Business of Fashion se preguntaba por qué tantas marcas de moda decidían lanzarse a mercado durante esta crisis. «Puede que sean tiempos complicados, pero montar un negocio de moda es hoy más fácil que nunca. Basta con pagar una cuota mensaul a Shopify y promocionarse en Facebook», apuntaban. De hecho, la compañia asegura que su modelo de negocio (es decir, pagos mensuales desde los 20 euros y una comisión de venta del 2%) ha logrado que el número de nuevas empresas se haya incrementado un 79% en 2020 con respecto a 2019. «La pandemia ha acelerado algo que ya iba a ocurrir en el retail, que es el hecho de que las compras serán una decisión completa del consumidor, no una elección en base al producto que forece una tienda», contaba Finkelstein en una entrevista reciente. «Las tiendas físicas seguirán importando, pero cada vez será más común ir a buscar algo que tienes en mente en Instagram, Facebook o Tik Tok. Lo que queremos es, en este sentido, centralizarlo todo».

Entre los cientos de miles de marcas que trabajan con Shopify y su emporio omnicanal hay marcas emergentes, pero también grandes compañías como Fashion Nova o Kylie Cosmetics, una de las firmas de maquillaje más vendidas del mundo. No hace falta subir la cuota mensual, Shopify crece con las comisiones, a medida que crece el volumen de ventas, sin necesidad de aumentar los pagos. Gran parte de lo que ganan lo reinvierten en abrir nuevos modelos de negocio. El último, como no podía ser de otra forma, ha sido el de los NFT’s, esos objetos digitales únicos que se pagan a cinco y seis cifras con criptomonedas. Una vez más, se trata de que el creador o la marca en cuestión no requiera de intermediarios para la transacción solo una herramienta de software a bajo precio o,mejor dicho, la herramienta, en singular. Nasdaq vaticina que Shopify alcanzará el trillón de dólares antes de 2030, es decir, se hará con el monopolio de casi cualquier transacción comercial, al menos de las de marcas medianas.

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