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¿Un ‘alcalde de la noche’ para Madrid o Barcelona? No es tan loco como parece

Londres se está planteando instaurar una figura que gobierne la ciudad durante la noche para salvar su escena nocturna. Otras ciudades europeas apuestan por la iniciativa desde hace años.

22nd edition of SONAR Festival Barcelona – day 3
Matthias Oesterle (© Matthias Oesterle/ZUMA Press/)

Se busca alcalde (o alcaldesa) para los noctámbulos. Como requisito, conocer al dedillo todo lo que se cuece cuando cae el sol y tomarse todas las copas que haga falta para mediar con los dueños de los clubes y tugurios para que todo el mundo tenga la fiesta en paz. Alguien con el suficiente carisma como para aplacar a los vecinos cuando el suelo de su casa retumba e impedir que intervenga la policía. Y, sobre todo, tiene que ser elegido burgomaestre de la noche por los súbditos de la oscuridad. ¿Objetivo? Que la escena cultural nocturna no se muera.

Londres lo acaba de anunciar: no descarta nombrar a un Night Mayor (un Alcalde de la Noche) para gobernar la gran urbe a la luz de la luna. Su misión sería poner coto a una de las mayores sangrías culturales que ha experimentado la ciudad: la desaparición imparable de garitos. Según el Plan de Rescate de los Establecimientos Musicales Emblemáticos1, la noche londinense da pena. Ha pasado de 136 locales de música en 2007 a tan solo 88 en 2015, llevándose por delante a lugares icónicos como el Marquee Club, el Astoria, el 12 Bar Club y el Madame Jojo’s. Algo que la marca Gran Bretaña no puede permitirse y que, además, pone en peligro la jugosa torta de más de 5.000 millones de euros que supone la industria musical en el país, una bestia a la que hay que alimentar puntualmente con nuevas bandas y músicos que primero se foguean tocando en los antros de la capital.

Así, Londres seguiría el camino de las ciudades holandesas, donde hace más de 25 años que funciona figura del Alcalde de la Noche (el Nachtburgemeester), y de ciudades como París y Toulouse, que desde 2013 tienen su propio Maire de la nuit.

Esta sorprendente idea se gestó en la pasada edición del Primavera Sound en Barcelona, a finales de mayo. Allí, los promotores del festival organizaron una mesa redonda sobre ciudades ejemplares por su política musical auspiciada por el Ayuntamiento de la ciudad, que se encargó de hacer las gestiones para buscar a distintos representantes oficiales. Acudieron el alcalde de Reikiavik, Dagur B. Eggertsson, y Paul Broadhurst, encargado de la política musical de la capital británica, pero falló el representante de Ámsterdam que esperaban. Como sustituto, buscaron en la ciudad holandesa de Groninga, conocida, entre otras cosas, por su vibrante vida nocturna y el festival Eurosonic. La sorpresa fue mayúscula cuando la Alcaldía de Groninga decidió enviar como representante a su alcalde de la noche, el guitarrista y productor de festivales underground Chris Garrit.

Propuesta de Paco Varela para esta temporada o-i 2015/2016 / Cortesía de Paco Varela
Propuesta de Paco Varela para esta temporada o-i 2015/2016 / Cortesía de Paco Varela

“Queríamos escuchar otras perspectivas de modelos de ciudades y los de Groninga enviaron a este personaje. Al principio me lo tomé en un sentido irónico-cómico”, confiesa Carmen Zapata, gerente de la Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña (ASACC), que coorganizó el debate. Pero triunfó. Por la noche se fue a dar una vuelta (y se supone que unas copas) con Broadhurst y Eggerston, y ahora tanto Londres como Reikiavik se plantean nombrar a su propio Alcalde de la Noche.

“Nosotros le enseñamos al Ayuntamiento como funciona la economía de la noche”, explica a esta publicación Garrit, que está en su segundo mandato tras imponerse a otros doce candidatos en una gran fiesta a la que acudió el alcalde diurno de la ciudad de Groninga para dar su apoyo al vencedor.

Sin atribuciones legislativas o ejecutivas reales, la figura del alcalde de la noche ya es tradicional en muchas ciudades holandesas. Angela Verkuijlen es la alcadesa de la noche de Nimega (y la única que tiene un sueldo, pagado por el consistorio ‘oficial’). El primero en ser distinguido con tal nomenclatura fue el poeta y rapsoda de Rotterdam Jules Deelder en 1979, un popular enfant terrible de la escena holandesa con toda una obra dedicada a la ciudad portuaria y temas como las drogas y la música jazz.

Aunque en aquel momento era un cargo de carácter más simbólico que efectivo, “ahora se trata más de ser un embajador, de ser la voz de la cultura nocturna”, dice el alcalde nocturno de Groniga. Sus actuaciones son muy variadas. Ha conseguido frenar multas contra músicos callejeros como Moti, al que perseguían legalmente por rasgar su guitarra 10 minutos fuera del horario permitido, pero también se encarga de asesorar al Ayuntamiento diurno sobre todo lo que concierne la cultura de la noche y la seguridad, sin esquivar cuestiones polémicas como las drogas.

Propuesta de Paco Varela para esta temporada o-i 2015/2016 / Cortesía de Paco Varela
Propuesta de Paco Varela para esta temporada o-i 2015/2016 / Cortesía de Paco Varela

Mirik Milan, alcalde de la noche de la importante ciudad de Ámsterdam, también está en su segundo mandato de dos años. Para escogerlo montaron una megafiesta en la que un jurado de personalidades de la noche lo invistió en una votación en la que también participaban el público de la sala y los votos recibidos a través de internet. Ahora ha convertido la institución del ‘Night Mayor’ en una organización no gubernamental que recibe el 50 por ciento de sus fondos del Ayuntamiento ‘oficial’.

“Soy los ojos y oídos del alcalde diurno durante la noche”, dice a este medio Mirik, que encontró la vocación de montar fiestas underground antes de acabar el instituto y siguió hasta promover festivales masivos como el Valtifest con más de 10.000 asistentes.

“La gente a menudo piensa en el lado oscuro de la noche, y existe: el ruido, las drogas, el consumo masivo de alcohol, la prostitución, el abuso de drogas… sabemos que esos problemas están allí y no los evitamos. Pero abordar la noche desde el lado problemático es el camino incorrecto en las sociedades modernas. Se tiene que enfocar en el lado positivo, desde la perspectiva social, cultural y económica”, asegura.

Propuesta de Paco Varela para esta temporada o-i 2015/2016 / Cortesía de Paco Varela
Propuesta de Paco Varela para esta temporada o-i 2015/2016 / Cortesía de Paco Varela

Pero el modelo de Alcalde de la Noche parece que no ha acabado de seducir a los gestores de las grandes ciudades españolas. Carles Sala, uno de los directores del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) y moderador del evento del Primavera Sound, reconoce que la ciudad tiene un problema grave con la cultura nocturna, donde “la música se trata a veces como si fuera un ruido”. Sin embargo, no se están planteando la posibilidad de tener un alcalde nocturno “al que la gente vota de forma informal”.

Según Sala, el camino pasa por “adaptar las ordenanzas municipales, que en muchos casos son más restrictivas que las leyes” y “crear una mesa de concertación que mezcle a las asociaciones de salas de música en vivo, a los distritos, a Cultura y a la Federación de Asociaciones de Vecinos”.

“Si no es un Alcalde de la Noche, sí que podría surgir alguna persona que concentre todas las opiniones de esta mesa sectorial que pueda tener una visión global para defender los intereses de seguridad, urbanísticos, culturales y de los ciudadanos”, especula Zapata, para quien uno de los problemas del modelo holandés es que la Administración española no se tomaría en serio a un cargo voluntario y no remunerado fruto de la iniciativa popular.

Con o sin alcalde nocturno, Mirik Milan desde Ámsterdam lo tiene claro: “La noche como un producto es importantísima en el desarrollo de la ciudad, en el desarrollo cultural y en el desarrollo social”, y en el contexto de la globalización ciudades como la suya compiten con otras capitales como Londres o Berlín para tener la mejor escena nocturna. En abril, de hecho, se montará en Amsterdam un congreso internacional de alcaldes de la noche. Lo que está por ver es cómo se lo montan ciudades como Barcelona o Madrid para recuperar una escena que lleva años depauperada y no da síntomas de recuperación.

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