Marimekko cumple 70 años: la fórmula de color y estampados para combatir una sociedad gris
La empresaria Armi Ratia fundó en 1951 su marca de ropa para inyectar optimismo en la Finlandia de la posguerra. Las diseñadoras siempre han jugado un papel clave en sus prendas, que siete décadas después se popularizan con colaboraciones con Uniqlo o Adidas.
Armi Ratia tenía 39 años cuando, en 1951, decidió cambiar un país a base de estampados, color y optimismo. Ese año, la empresaria finlandesa fundó Marimekko, una compañía que ahora, justo 70 años después, factura 286 millones de euros al año en ventas en todo el mundo (según su ejercicio de 2020). “Marimekko fue creada no mucho después de la Segunda Guerra Mundial, y en aquella época Finlandia era bastante gris en muchos aspectos, pero a Armi Ratia esa situación le dio una hoja en blanco”, explica a S Moda Minna Kemell-Kutvonen, actual directora de diseño de la firma. Recuerda que en el reciente libro The Art of Printmaking, editado por Thames & Hudson para conmemorar el 70 aniversario de la casa, se destaca una frase de Ratia que refleja su espíritu decidido: “Cuando ocurren demasiadas cosas en tu vida puedes caer en un desierto de posibilidades. Pero las crisis tienen efectos positivos, hacen florecer nuevas formas de pensar”. Ese fue su caso. Aprovechando la maquinaria de Printex, la fábrica de impresión textil de su marido y cofundador de la compañía, Viljo Ratia, decidió revolucionar el homogéneo mundo de la posguerra: pidió a artistas jóvenes diseños osados para su compañía y en 1951 organizó el primer desfile de Marimekko para demostrar que esas telas podían ser transformadas en prendas bonitas y animadas.
Un año después, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, la primera tienda de Marimekko abrió en la capital finlandesa. Hoy hay 150 en todo el mundo y la empresa cotiza en el índice bursátil Nasdaq. “Armi Ratia estaba decidida a levar color y luminosidad a las vidas de la gente, por eso quiso que jóvenes artistas se implicaran en el proceso. Los resultados fueron vanguardistas para aquella época, y ese enfoque artístico y atrevido sigue siendo el que marca hoy el camino de la compañía. Los colores y los estampados son el vehículo especial que utilizamos para transmitir positividad y energía. Y en momentos de crisis como el que está atravesando ahora el mundo, sentimos que estas inyecciones de energía y positividad cobran de nuevo un significado especial”, subraya Kemell-Kutvonen.
Para expandir ese optimismo en los cincuenta Armi Ratia decidió vincularlo a nuevos cortes y formas, apostar por la libertad. “Marimekko nació en un momento en el que la moda femenina era muy restrictiva”, explica Kemell-Kutvonen, “en Finlandia la marca fue parte del cambio social que empezó a verse especialmente en la década de los sesenta, porque en la compañía la libertad de pensamiento que flotaba en el aire se combinó con la libertad de movimiento en las siluetas, más sueltas. Vuokko Nurmesniemi [una de las principales diseñadoras de la firma] dijo que ‘una mujer debe poder correr con un vestido’ y según Armi, Marimekko era para las mujeres ‘que hacen’ en contraposición a la función decorativa que a veces se asignaba a las mujeres en ese momento”.
Círculos, rayas y flores comenzaron a salir impresos de la fábrica de Printex en Helsinki para llegar a distintos rincones del mundo, entre ellos al armario de la futura inquilina de la Casa Blanca. En plena campaña presidencial de JFK, en 1960, su esposa Jackie Kennedy copó titulares al comprar de una tacada siete vestidos de la marca finlandesa y lució una de sus prendas en la portada de la revista Sports Illustrated. La afición a los estampados coloridos y optimistas de la luego primera dama benefició a Marimekko, pero también a la firma de Florida Lily Pulitzer, reconocible por los diseños de Suzie Zuzek, una de sus ilustradoras más prolíficas.
El primer estampado creado para Marimekko fue Amfora, una repetición de aires folk de un jarrón con flores diseñada por Maija Isola en 1949. Isola es una de las creadoras más emblemáticas de la firma, suyo es también el estampado Unikko, las populares amapolas gigantes que se han replicado en todo tipo de soportes, de sombrillas a tazas, vestidos o bolsos. Junto a ella, Vuokko Nurmesniemi –autora del estampado degradado Hennika– ha sido otra de las diseñadoras icónicas de la compañía, donde se suceden nombres femeninos. De hecho, muchas de las telas más emblemáticas de Marimekko han sido creadas por “mujeres fuertes que contribuyeron a crear la estética de la casa”, subraya Kemell-Kutvonen. Isola, Nurmesniemi y Annika Rimala fueron los referentes que la inspiraron de niña y la llevaron a querer dedicarse al diseño, recuerda. Pero no son las únicas cuyo trabajo destaca la actual directora de diseño: “Maija Louekari creó en 2009 Siirtolapuutarha, un estampado brillante que refleja un viaje desde el centro de una ciudad bulliciosa hasta un huerto repleto de flores y verduras”.
Porque cada estampado cuenta su propia historia, y muchos tienen relación con la naturaleza. “En cierto modo se trata de comentar visualmente la época en la que vivimos”, sostiene Minna Kemell-Kutvonen. Eso hace que algunas de las telas se hayan convertido en objeto de coleccionista: “Hay gente en todo el mundo que colecciona nuestros tejidos, yo misma he reunido una buena muestra en los 30 años que llevo trabajando allí. Son telas creadas para durar, por eso son muy populares en los mercados de segunda mano. En agosto vamos ha hacer un mercadillo vintage, llamado Marimekko Pre-Loved, en el que venderemos piezas de los sesenta y los ochenta”.
No es la única novedad de este año de aniversario redondo: se suma al libro, los estampados conmemorativos y las colecciones cápsula llamadas Co-Created (en agosto presentan la creada por el diseñador japonés Wataru Tominaga). Y también a su primera línea con la firma deportiva Adidas, lanzada a principios de junio con estampados de Annika Rimala y Maika Louekari. Esta colaboración, en la que se recuperan diseños del archivo histórico de la compañía finlandesa, sigue la estela de una de sus asociaciones más populares, la iniciada en 2018 con la cadena japonesa Uniqlo, que crece temporada tras temporada. Ambas empresas, destaca el ejecutivo de la firma nipona Yuki Katsuta, comparten una filosofía, la de “enriquecer el día a día de la gente”. Como recalca Minna Kemell-Kutvonen, el secreto de la permanencia de Marimekko es sencillo, han sabido permanecer fieles a las bases sentadas allá por 1951 por Armi Ratia: “Los tiempos han cambiado, pero la esencia de Marimekko no lo ha hecho. Llevar alegría al día a día de la gente con estampados, colores y diseño atemporal sigue siendo algo central”.
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