‘Memefotografía’: Sin filtros o con filtros, pero con humor
Muchas fotos virales están marcadas por el humor y cada vez son más los que imitan el estilo de los ‘memes’ fotográficos en las redes sociales.
Si nos damos una vuelta por Buzzfeed da la impresión de que cada vez son más los fotógrafos ocasionales que reivindican el humor en sus fotos dando la espalda al postureo fotográfico y a los trucajes digitales. Incluso Instagram nos parece un lugar un poco más salvaje y divertido cuando echamos un vistazo a lo que ocultan etiquetas como #photobomb, #planking, #owling, #horsemanning o #batmanning.
Muchas de las fotos que hay detrás de esa pequeña nube de tags recibirán muchos más likes que la de la merienda más cursi que podamos enseñar al mundo. Lo que podríamos llamar la memefotografía parece ser la última gran tendencia en una red cada vez más pendiente de las imágenes virales.
Da que pensar que las cámaras de los últimos teléfonos de alta gama vengan preparadas precisamente para evitar uno de los fenómenos fotográficos más de moda en internet: los photobombs, esas fotos fallidas en las que alguien o algo con lo que no contabas se coló en tu imagen al pulsar el botón de disparo. Un fenómeno del que destaca su fuerte capacidad viral, como demuestra el ejemplo reciente de la raya revientafotos, y que arrasa entre algunos famosos.
Professional Portrait, un programa que quita años fácilmente.
White House (Flickr)
Funciones como Eraser en el Samsung Galaxy S4, el borrador de objetos en movimiento del HTC One y el modo Time Shift que comparten el BlackBerry Z10 y el Nokia Lumia 920 permiten crear falsos instantes sin intrusos en segundo plano. También corregir retratos de amigos a los que no hemos captado con su mejor cara. Algo que se logra permitiéndonos borrar gente de una imagen o elegir las expresiones faciales que más nos convencen (algo que es posible gracias a que la cámara capta una ráfaga de imágenes antes de que pulsemos el botón de disparo).
Lo malo de usar trucos como esos es que probablemente algunas de nuestras fotos serán más previsibles, artificiosas y aburridas. Aunque tampoco son el único método que algunos emplean para condimentar las imágenes de su timelime. El programa Portrait Professional por poco más de 20 euros permite quitarse algunos años de encima en un avatar o en cualquier foto en la que aparezcamos.
Un buen ejemplo de un ‘face masking’.
Un ejemplo similar es la cámara que lanzó Panasonic hace unos meses en colaboración con una firma japonesa de cosméticos. Un dispositivo que tuvimos ocasión de probar. Descubrimos entonces multitud de funciones capaces de rejuvenecer espectacularmente a cualquiera con unos cuantos clics en su pantalla. A la hora de engañar supera incluso a las numerosas aplicaciones para teléfonos móviles que maquillan y realizan lifting digitales.
Son dos ejemplos de las tecnologías que están provocado que ya no haya que ojear una revista o una valla pulicitaria para ver imágenes con trampas digitales. Basta con echar un vistazo a Facebook para encontrarnos con ellas. Algo que explicaría que nuestros ojos prefieran detenerse en aquellas fotos sin aditivos que no guardan las formas.
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