Lo quiero y lo quiero ya: llega el ‘boom’ de los envíos ultrarrápidos
La carrera por ser el primero en entregar el pedido online ha comenzado. En nuestro país, El Corte Inglés o Farfetch, entre otros, apuestan fuerte por la inmediatez. El objetivo: que sea más rápido que pedir una pizza.
Pongamos por caso que ha olvidado el cumpleaños de un amigo y necesita encontrar un regalo de última hora en tiempo récord. O que le acaba de surgir un evento importante para el que su armario no estaba preparado y necesita recibir su pedido de ropa online en 24 horas. O que en la tintorería le han dicho que esa mancha es imposible de quitar y necesita vestido nuevo con urgencia. Ni se plantea hacer la compra por Internet porque no llegaría a tiempo. Así que coge el coche, se come el atasco de rigor, deambula por varias tiendas, hace un par de interminables colas y, si la cosa se ha dado bien, vuelve a casa con su compra; mitad satisfecho, mitad cansado. A buen seguro habrá invertido más de dos horas de su vida en semejante hazaña y los gastos colaterales (gasolina, parquímetro y esa compra improvisada que se le ha cruzado por el camino) conllevarán un desembolso extra.
Este supuesto con el que muchos se habrán sentido identificados parece que pronto será cosa del pleistoceno. Numerosos gigantes de e-commerce así se lo han propuesto. Después de que Amazon lanzase hace unos meses un servicio de entrega en el mismo día de la compra (en nuestro país solo está disponible en Madrid) y Google Shopping Express también se apuntara a los envíos ‘same day’ en Estados Unidos, la tendencia empieza a calar en el sector de la moda y la belleza. En España, El Corte Inglés refuerza su venta por Internet con un servicio pionero: entregas en dos horas por un coste de 7,90 (precio de lanzamiento). En muchos casos podría llegar a ser más rápido y más barato que ir de tiendas (¿recuerdan el ejemplo del principio?).
“El mundo online cada vez va más rápido y los clientes solicitan este tipo de servicios. Aún es pronto para dar cifras de cuántos usuarios lo han utilizado porque lo lanzamos hace poco más de un mes pero la acogida está siendo buena”, explican a S Moda desde El Corté Inglés. La prestación, por el momento, está disponible en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla y Bilbao, aunque el objetivo de los grandes almacenes es ir ampliando a otros puntos de España. Su funcionamiento es bastante sencillo. No todos los productos de su tienda online cuentan con esta posibilidad pero existe una gran variedad de artículos de moda, belleza, complementos, perfumería y hasta pequeños electrodomésticos disponibles para recibir en casa en 120 minutos. Cuando vas a realizar la compra puedes ver qué piezas cuentan con esta opción y basta con elegirla para que un mensajero llame a tu puerta en lo que tardas en darte una ducha y ponerte una serie. “La logística es similar a la de cualquier otro pedido pero el proceso es más rápido. La orden tiene que pasar por varios departamentos y llegar hasta el mensajero en tiempo récord”, comentan desde los grandes almacenes.
Farfetch, el portal británico que reúne las mejores marcas de moda y lujo, también hace envíos en el día a Madrid y Barcelona. Su particular modelo de negocio, que aúna más de 300 boutiques en una sola web, facilita la tarea. Es decir, Farfetch hace de intermediario entre cientos de tiendas repartidas por el mundo y sus clientes. Es directamente la boutique la encargada de enviar el pedido y, por tanto, en el caso de España solo es posible recibir de forma exprés aquellos productos dispensados por las tiendas nacionales que colaboran con el gigante (Gallery Madrid, If Shoes, Kety Paniagua, Mini, Suus y Yusty en Madrid, y Jean Pierre Bua, Notenóm y Paola en Barcelona). La única condición para recibir el pedido en el día es efectuarlo antes de las diez de la mañana. “Hemos notado un aumento constante de clientes que utilizan el servicio desde que lo lanzamos y a medida que más gente se entera de esta opción el número de peticiones no hace sino aumentar”, confiesa a S Moda José Neves, fundador y CEO de Farfetch. “La experiencia de compra y la logística son casi las mismas que en un pedido normal, la única diferencia es que las boutiques con las que trabajamos dan prioridad a los pedidos que llevan envío ‘same day’. Esto requiere un esfuerzo específico por parte de nuestros socios pero están contentos de colaborar porque el objetivo común es proporcionar el mejor servicio posible”, añade. Aunque por el momento elegir esta opción conlleva un gasto de 25 euros, desde la compañía aseguran que “están trabajando para optimizar el servicio y mejorar la experiencia de compra”, dejando entrever que en el futuro podría ser más barato.
Aunque sumarse al ‘boom’ de los envíos ultraexprés requiera de una logística más complicada de lo que parece, y sea difícil competir con maestros de las compras en Internet como Amazon o Ebay, la carrera por reducir los tiempos de entrega ha aumentado notablemente en los últimos meses. En España aún son pocas las marcas que se atreven con esta aventura (a las anteriores tenemos que sumar la neoyorkina Kiehl’s –del grupo L’Oréal– que hace entregas en dos horas para sus clientes madrileños) pero parece que la tendencia global va hacia la inmediatez más absoluta. Desde Asos o Mango, firmas que operan en Internet y abogan por el fast fashion, nos han comentado que sus planes a corto plazo no incluyen las entregas en el mismo día. Sin embargo, a nivel internacional cada vez son más las que prueban suerte. Net-a-porter cuenta con unas furgonetas negras decoradas con el logo de la empresa que recorren Londres dispuestas a repartir paquetes los fines de semana o en mitad de la noche así como atender devoluciones en el domicilio o el trabajo del cliente sin ningún coste para él. La alemana MyTheresa, otra de las insignias del e-commerce de lujo en Internet, también cuenta con un servicio que despacha sus encargos en Munich en un plazo máximo de tres horas. Y Everlane, ese genio del minimalismo que convierte en éxito todo lo que vende y acumula listas de espera para hacerse con uno de sus pantalones o un par de botines, se marca el récord absoluto entregando en una hora en San Francisco. Más rápido que pedir una pizza.
Vivimos en un momento en el que las firmas presentan unas seis colecciones al año. En el que las tiendas fast fashion se rinden más que nunca a la moda rápida de la mano de un stock que se renueva cada semana (al estilo de Zara) o de decenas de editoriales para presentar las nuevas tendencias (tal y como acaba de anunciar Mango). La lógica nos dice que el siguiente paso para dejarse arrastrar por el vertiginoso ritmo de la moda actual pasa por ver, comprar y disfrutar en el momento. No es tan descabellado pensar en un futuro cielo surcado por bandadas de drones (en Estados Unidos comienza a ser una realidad) deteniéndose en nuestra ventana para entregarnos ese bolso que acabamos de pedir mientras la tarjeta de crédito aún está tiritando. Llegará el momento en el que esperar un par de horas nos parezca demasiado.
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