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En ‘El Hormiguero’ no son los únicos: «Scarlett, ¿llevabas bragas en el rodaje?»

Lo de ‘Las chicas del cable’ no es episodio aislado. Recopilamos las preguntas más sexistas que mujeres de éxito han tenido que soportar.

8th Annual Women In The World Summit
Getty (WireImage)

Ha pasado con el elenco de Las chicas del cable y Pablo Motos. Hablamos de ese fenómeno pendiente de estudio científico –aunque sí bastante analizado–, pero la historia de la televisión, radio y prensa escrita registra casos de periodistas, muchos de ellos competentes y con exitosas carreras, que han perdido los papeles y el guión de la entrevista frente a mujeres famosas.

El entrevistador focaliza las preguntas en el sexo, el físico o la vestimenta, como si una extraña fuerza le impidiese salir del tema para abordar otras materias. A veces, este comportamiento irracional va acompañado de miradas o gestos desproporcionados y, a pesar del malestar evidente de la entrevistada, el maestro de ceremonias prosigue con sus preguntas incómodas, hundiéndose cada vez más en las arenas movedizas del sexismo y exponiéndose a ser criticado al día siguiente en los medios o redes sociales. Las razones de esta actitud, hasta ahora desconocidas, parecen no tener todavía respuesta.

 Helen Mirren contra Michael Parkinson. “Usted es, entre comillas, una actriz seria”

 La entrevista, realizada en 1975, no tiene desperdicio. El periodista inglés Michael Parkinson empieza la serie de preguntas centrándose en el nivel de seriedad de la actriz y relacionándolo con su “figura”. Según él, los atributos físicos pueden restar valor a una actuación, condenando así el éxito de una actriz a su grado de fealdad. Pero la genial Mirren se mantiene brillante, irónica, tranquila, lo más que llega a decir a su interlocutor es que sus preguntas son ‘aburridas’.

En una entrevista de la actriz al diario The Telegraph, en 2011, reconocía que ésa fue su primera aparición en un talk show y que estaba aterrorizada. “La volví a ver hace poco y pensé, ¡demonios! Lo hice realmente bien. Yo era tan joven e inexperta y él era un jodido viejo sexista”.

Cuando a Marisol le recriminaron salir con poca ropa en las revistas:

Suspiró… y se encendió un cigarro.

¿Qué dieta haces para entrar en el traje? ¿Llevabas ropa interior?

Sin llegar al grado de descaro de Parkinson, muchas actrices de Hollywood ven atónitas como el nivel intelectual del cuestionario baja alarmantemente cuando llega la hora de entrevistar a la chica de la película. Durante el estreno de El caballero oscuro: La leyenda renace (2012) el protagonista, Christian Bale, es alabado por el entrevistador por su actuación, pero cuando le llega el turno a Anne Hathaway, que da vida en la cinta a Catwoman, la cosa cambia. Las preguntas se centran entonces en cómo logró embutirse en el ceñido traje –a lo que ella contesta que Batman lo tenía aún más complicado que ella– y qué tuvo que hacer para estar en forma para el papel –dieta y ejercicio físico–, además de preguntarle explícitamente «¿Cuánto peso has perdido? Porque ahora estás en muy buena forma», lo que provoca una risa incómoda y que Hathaway le increpe, entre risas, por la desafortunada pregunta..

El mismo entrevistador, en el estreno de Los Vengadores (2012), recurre a su exitosa fórmula de nuevo. Tras preguntar al actor Robert Downey Jr. la lección aprendida con su interpretación en la cinta, vuelve a interesarse por el régimen de comidas de las actrices, esta vez el de Scarlett Johansson. Además de mostrarse muy curioso por saber lo que llevaba bajo su ceñido traje e insistir varias veces en el asunto. La actriz primera espeta a su compañero de rodaje, «¿Por qué a ti te plantean las preguntas interesantes y a mí las tonterías sobre la comida?» y zanja la cuestión con un “se lo dejo a su imaginación. ¡Qué tipo de entrevista es esta!”.

La cantante y actriz Ariana Grande debió responder, esta vez en la radio -Power 106 FM-, que elegiría si solo tuviera una última oportunidad para usar o su móvil, o su maquillaje. “¿Es que los hombres creen que solo nos interesan esas dos cosas?”, contestó y añadió que no era una adicta al teléfono y que en una cena le gustaba estar presente y hablar. “Las chicas van aprendiendo” fue el comentario de otro de los locutores de radio. Grande acabó la entrevista diciendo que si pudiera cambiar algo en el mundo, sería el orden determinado de las cosas, incluyendo los dobles estándares, el sexismo y la misoginia.

La tendencia es tan obvia que en la ceremonia de los Oscars del 2014 una periodista de Buzzfeed decidió hacerle el mismo tipo de preguntas, generalmente reservadas a las chicas, a Kevin Spacey. ¿Qué llevaba puesto?, ¿cuánto tiempo tardó en arreglarse ese día?, ¿había seguido una dieta especial para estar en forma para la ocasión?, ¿había tardado mucho en peinarse para el acto? El actor, atónito, preguntó a su entrevistadora si “había fumado algo antes de empezar el trabajo”.

En 2015 se creó el hashtag #AskHerMore, muy promovido y difundido por Reese Witherspoon, Lena Dunham, Gloria Steinem, Maria Shriver o Lisa Ling y que pretendía denunciar y visualizar el sexismo en las preguntas que los periodistas hacen a las mujeres de éxito.

Serena, ¿por qué no sonríes?

Si el mundo del cine tiene su campaña contra las preguntas tontas para las actrices, el del deporte también cuenta con la suya, CoverTheAthlete, ya que a menudo las mujeres deben responder a cuestiones jamás formuladas a los varones. A saber: ¿cómo compaginas el cuidado de tus hijos con el entrenamiento?, ¿qué opina tu pareja de tu carrera deportiva?, o ¿dejarás el deporte cuando te cases para dedicarte a tu familia?

A la tenista canadiense Eugene Bouchard, un periodista le pidió si podía dar un giro y enseñarle el modelo que llevaba. En otra ocasión, una mujer le preguntó, tras finalizar un brillante partido, con qué famoso le gustaría tener una cita. Ella contestó que con Justin Bieber.

La tenista Serena Williams fue preguntada en una rueda de prensa ¿por qué no sonreía? –¿alguien se atrevería a proponerle esta cuestión a Rafa Nadal?–. Era ya tarde, la deportista estaba cansada y contestó “para ser totalmente sincera, preferiría no estar aquí ahora”.

Durante los juegos olímpicos de Londres, en 2012, la gimnasta norteamericana Gabrielle Douglas provocó una tormenta, no por su actuación y su medalla de oro sino porque un grupo de personas criticó su peinado por estar demasiado revuelto durante la competición. Los medios se hicieron eco de tan trascendente noticia y Gabrielle acabó justificando su desaliño en el programa de Oprah Winfrey.

Y si te quieres echar novio, ¿qué?

La astronauta Elena Serova fue la primera mujer rusa en formar parte de la International Space Station. Durante una rueda de prensa se le formuló la siguiente pregunta: “¿Cuáles crees que serán tus preocupaciones diarias en la estación espacial? Por ejemplo, ¿tu pelo?, ¿cómo vas a peinarte?”. A lo que ella respondió: “Tengo otra pregunta para ti. ¿Por qué no preguntas sobre el pelo de Alexander?”.

Cristina Pedroche formuló también su criticada cuestión a otra futura astronauta. Alyssa Carson, una joven estadounidense de 15 años que sueña con ser el primer ser humano que pise el planeta Marte en 2033. La periodista española le plateó “¿ Y si te cambia la vida. Si conoces a tu pareja ideal?, porque se tarda mucho en llegar a Marte”. Un gran paso para la historia de la humanidad, un retroceso en la lucha contra el sexismo.

Y a ellos, también

Ojo a la cara de Tom Hardy cuando un periodista en Cannes le preguntó si al leer el guión de Mad Max Fury Road se había preguntado «por qué estan todas estas mujeres aquí», cuando la película, supuestamente –desde el punto de vista del reportero–, «es para hombres».

La respuesta, claramente, fue «no».

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