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Jane Birkin ya no es la ‘cara B’

Vuelve a los escenarios con su álbum tributo a Serge Gainsbourg, un libro recoge la mirada más íntima junto al compositor y pone su cara más solidaria en unas camisetas de Zara.

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Foto: Foto cedida por Taschen: Andrew Birkin

Más Birkin que nunca. La veremos en camisetas de Zara, seremos los espectadores de sus intimidades con Gainsbourg y aterrizará de nuevo en los escenarios para celebrar el anirversario de Arabesque. La petite anglaise, como será adoptada familiarmente por el público francés, desembarcó en París con veinte años y los ecos del Swinging London todavía en sus cabellos al viento. Sus capazos de mimbre causarán sensación en el restaurante Maxim’s muchos antes que Hermés le cree su icónico bolso. Los nombres Gainsbourg&Birkin formarán la nueva pareja de moda en el Gotha de las celebridades, entre la fascinación y el escándalo, que los más perversos ven como una reedición del cuento La Bella y la Bestia de Perrault. Jane Birkin se convierte en la musa y objeto de atención preferente, donde el músico y escritor proyecta sus fantasías, como una nueva Lolita llamada Melody Nelson o sus neurosis sexuales. La transformará en un ser andrógino y pareja de otro símbolo sexual, Joe Dallesandro, para su frustrado y no bien recibido debut cinematográfico en la pantalla.

Después vendrá la separación, como recordará años más tarde la actriz, "acaba resultando muy monótona la convivencia con alguien que se pasa bebiendo todo el día”, y una hija nacida de la unión, Charlotte, que se sumaba a Kate, de su relación con el compositor John Barry. A las dos acabará uniéndose Lou Doillon –de su relación con el realizador Jacques Doillon– y que al igual que su madre y hermana Charlotte, ha acabado proyectando su carrera entre la interpretación, la música y el mundo de la moda y la imagen. Gainsbourg todavía tendrá tiempo de escribirle algunos de sus más bellos álbumes dejándole pequeñas perlas llenas de delicadeza como Les dessous chic o Baby Alone in Babylone, a modo de piezas testamentarias y últimas ofrendas amorosas.

Krause & Johansen

Con Serge Gainsbourg.

Foto cedida por Taschen: Andrew Birkin

Con la muerte de Gainsbourg en 1991, Jane Birkin lucha contra el papel de “viuda oficial” que algunos pretenden recluirla. Sus conciertos en solitario crean una atmosfera de complicidad y emoción con el auditorio. El público no la percibe como una star, sino como un personaje cercano, como una amiga que no esconde su fragilidad sobre la escena. La carrera musical sin Gainsbourg alterna los discos más personales con la relectura de la obra del autor de La javanaise y La ballade de Bonnie and Clyde.
Birkin emprende una batalla por dar a conocer el verdadero Gainsbourg, más allá de los tópicos y las excentricidades que a menudo deforman su imagen. Mostrar al hombre que ella ha amado, ese personaje tierno y seductor que hacía de la provocación su mejor arma de defensa ante la imbecilidad y el mal gusto. Entre los tributos musicales que realiza destaca Arabesque, un álbum donde las canciones de Gainsbourg son pasadas por el tamiz de sonoridades exóticas y arabizantes que iluminan y rejuvenecen el cancionero del compositor. Ahora, coincidiendo con el aniversario del álbum, a los diez años de su aparición, la celebración le ha servido para iniciar una nueva gira musical despues de una ausencia de los escenarios por problemas de salud. Una tournée que pasará en una primera etapa por Francia para continuar despues por una larga travesía internacional.

A la actualidad musical se suma su primera colaboración con la firma española Zara que ha producido unas camisetas con el rostro de la actriz y cuyos beneficios serán destinados a la organización Medecins du Monde. Las camisetas se pueden adquirir a través de la venta on line de la firma gallega. Conocida por sus compromisos sociales y políticos, una postura que ha mantenido en momentos difíciles como su apoyo al derecho de las mujeres al aborto en la Francia de los años setenta, o más recientemente su lucha personal por la liberación de la líder birmana Aun San Suu Kyi o su movilización por el desastre de Fukushima, Birkin ha sabido conjugar su perfil más sofisticado como icono de moda y estilo con su papel más comprometido, sin que su crédito y popularidad se vean resentido o puesto en tela de juicio.

Krause & Johansen

Jane Birkin sostiendo a Charlotte.

Cortesía de Taschen: Foto de Andrew Birkin

Pero la actualidad de la ex fan des sixties como dice una de sus canciones, no se acaba ahí en este otoño. La editorial Taschen edita Jane & Serge. A Family álbum, un bellísimo libro creación de su hermano, el realizador Andrew Birkin, donde la cantante abre su álbum familiar y los recuerdos más personales de sus Años Gainsbourg. Las fotografías pertenecen al archivo personal de Andrew Birkin que fue fotógrafo y testigo privilegiado durante muchos del clan familiar. Por primera vez los fans de la pareja  pueden acceder a un archivo que había permanecido solo para los más próximos. La intimidad de un dúo que en su proyección pública ofrecía, por otro lado, su cara más exhibicionista.

Jane Birkin ha dicho en más de una ocasión que el día de su muerte ya sabe que la noticia será acompañada inevitablemente con la música de la canción Je t’aime moi non plus. Afortunadamente su trayectoria artística, su itinerario vital, está escrito y guarda muchas más notas que la balada que un día fuera himno libertario para toda una generación.

Dos modelos solidarios de Zara en honor a Birkin.

Zara

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