Irina Shayk: «Me encanta enseñar mi cuerpo»
La top rusa, estrella del desfile de Desigual en la Pasarela 080, defiende sus posados en lencería y prepara su salto al cine.
"La era de la modelo sexy ha vuelto". Temblad, jóvenes andróginas y anodinas de las pasarelas, las supermodelos voluptuosas han vuelto. O eso defiende Irina Shayk (1986, Yemanzhelinsk, Rusia), quizá la top más orgullosa de ejercer de bomba sexual de la moda. Ha trabajado duro para conseguirlo. Criada en la estepa rusa, hija de minero y de una profesora de música, saltó a la fama allá por 2007 gracias sus posados en biquini para Sports Illustrated o ser la imagen de una conocida firma lencera. Desde entonces se ha convertido en la novia de Cristiano Ronaldo, vive a caballo entre Madrid y Nueva York y acumula millones en su cuenta bancaria. Pero a Barcelona no ha venido a hablar de sus lágrimas en la entrega del balón de oro a CR7. La modelo fue la anfitriona del desfile que Desigual ofreció ayer en la 080 Barcelona Fashion.
Poco antes de que protagonizar el desfile más étnico de la firma catalana, Shayk charló con esta revista sobre su carrera y su futuro. Que nadie piense que su última portada en el número de enero de Vogue México, toda abrigada y bajo la etiqueta de la nueva Irina, le alejaría de su pasado con microbiquinis y luciendo cuerpazo. "¡No pienso dejarlo!", apunta. "Si me preguntas si nunca más quiero hacer una portada en biquini o una campaña de lencería, te diré que no. Esto es algo que adoro hacer, me lo paso muy bien y me encanta enseñar mi cuerpo". Ella se ve como una fuente de motivación, para ellos y para ellas. "Lo hago porque a la gente le encantan mis portadas. A las mujeres también les gusta ver a otras mujeres en bikini. Les inspira para ir al gimnasio y motivarse a sí mismas", defiende.
Shayk, en un momento del desfile de Desigual.
Getty
Amiguísima de Carine Roitfeld y Riccardo Tisci (se sube poco a la pasarela pero a Givenchy no le hace feos), la modelo prepara ahora su salto al cine. Este año estrenará su papel de Megara en Hércules, una superproducción dirigida por Brett Ratner (Movie 43, productor de Prison Break) y protagonizada por Dwayne Jhonson. "Ha sido un papel pequeño, pero una gran experiencia vital que nunca olvidaré. Me ha servido para darme cuenta de lo duro que es ser actor: esperas 16 horas en tu caravana para rodar una escena de dos minutos", cuenta.
No será la primera vez que se ponga frente a la cámara con posado helénico. Hace algunos años ya lo hizo en un videoclip de Kanye West, Power. Frente a la controversia que arrastra, Shayk solo tiene elogios para el cantante erigido en diseñador y prescriptor de tendencias. "Es un hombre divertidísimo. Yo a Kanye no le veo como solo un músico. Es un creador, un artista, un genio. Le conozco desde hace años y me encanta ver cómo ha conseguido unir a la música a la moda".
La top rusa fue la protagonista de la colección de Beach Bunny en 2013.
Beach Bunny
Entre posados, desfiles y el cine (y hasta tener su propio avatar en un videojuego, Need for speed), a Shayk todavía le sobra tiempo para diseñar. El año pasado colaboró con la firma de baño Beach Bunny (de la que es imagen). "En este negocio todo es sobre el equilibrio y ser versátil en diferentes situaciones. Fíjate en la Alta Moda, ahora cada vez hay modelos más mayores, que han pasado los 25 años y siguen en activo. Creo que estamos en un momento en el que el poder de la mujer vuelve a ser el centro del discurso. Vuelve la mujer poderosa. Los diseñadores quieren a modelos adultas, mujeres que saben desenvolverse, que tengan experiencia". Una posición idónea para su perfil. "En mi carrera todo han sido transiciones. He sido la chica de portada en bikini, me ha fotografiado Mario Testino, me han puesto sensores en la cara para participar en un videojuego… La moda te atrapa desde diferentes perspectivas y a mí me encanta verme en todas estas tesituras".
Si ya es reacia a hablar de su vida privada (que se lo digan a Letterman, al que amenazó entre bromas con posibles investigaciones del KGB durante una entrevista), también lo es respecto a los conflictos sociales en su país. Preguntada por el boicot a los homosexuales de Putin, Shayk es tajante: “No me quiero involucrar en la política. La gente juzga las opiniones, y no quiero que la mía se vea relacionada con este tema. Pero sí te diré que vivimos en un país democrático y creo que cada persona debe tener permitido expresar su propia opinión”.
Resultas las dudas, ¿le queda alguna meta por cumplir? "Voy a intentar sacar lo mejor de mí misma con la familia, con mi pareja y con mi trabajo. Mi nuevo objetivo es ser la misma, pero distinta".
Su última portada, la del número de enero de ‘Vogue México’.
Vogue Mexico
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