Sin comerlo ni beberlo, Fran Lebowitz es el icono de estilo de la temporada
El uniforme inalterable de la escritora y crítica es la mejor fuente de inspiración de cara al otoño. Su alergia a seguir las tendencias no ha impedido que se convierta en una.
«La gente ahora se preocupa más por las tendencias que por el estilo. Están tan absortos en lo que está pasando que olvidan cómo vestirse y nunca descubren quiénes son porque no aprenden a cuidar de nada. Gran parte de lo que se enseñó a mi generación con respecto a la ropa fue cómo hacerla duradera». Paradojas de la vida, la autora de esta frase es la gran tendencia de la temporada. Sin comerlo ni beberlo y, probablemente, muy a su pesar. Fran Lebowitz, la mordaz escritora y crítica, mantiene un estilo impasible al paso del tiempo construido a base de americanas masculinas, vaqueros rectos, botas cowboy, melena corta y gafas redondas. Un uniforme con alergia a las tendencias y predilección por las prendas lujosas que, buceando en lo que estará de moda este otoño, se manifiesta como perfecta fuente de inspiración. No hay más que analizar su look para entender qué marcará la pauta los próximos meses:
La americana extragrande
Las chaquetas esta temporada han de cumplir tres requisitos: ser de inspiración masculina, grandes y estructuradas. Si el año pasado el blazer de proporciones desmesuradas se convirtió en una de las prendas del otoño, se confirma ahora como imprescindible. No hay mayor inspiración para lucirla que revisar la envidiable colección de chaquetas de Fran Lebowitz. Las suyas son de hombre y se las hace a medida en Anderson & Sheppard, una sastrería de renombre en la británica Savile Row. Algunos de los modelos que luce en la actualidad ya los llevaba en fotos de principios de los 2000. Las cuida como oro en paño y lo primero que hace al llegar a casa es colgar la chaqueta del día en una percha o en la barra de la ducha para que se ventile. Pocos podrán permitirse chaquetas a medida como las suyas, pero sin duda será fácil encontrar en cualquier marca un blazer XL.
Las botas cowboy
Lebowitz, que desea fervientemente la extinción de las plataformas, no se pone otra cosa que no sean unas botas de vaquero. De joven le dio una oportunidad a los mocasines, pero pronto convirtió las botas cowboy en parte esencial de su uniforme. También se las hacen especialmente para ella porque no le gustan las que acaban en punta ni las que son demasiado cuadradas. Por eso sus pies siempre terminan en un redondo equilibrio al que saca brillo una vez por semana. Como ya adelantábamos, las botas del Lejano Oeste serán el calzado de este otoño-invierno. Si Dolly Parton tenía muchas papeletas para inspirar el regreso por todo lo alto de este tipo de calzado, quizá Lebowitz sea en realidad una embajadora más fácil de imitar. Las lleva en todo momento y lugar como parte indispensable de sus eternos conjuntos. Eso sí, si quieren ideas para llevarlas con vestido, ella no es la persona a quien deben mirar.
El vaquero recto
Levi’s 501. El vaquero por excelencia es el favorito de la escritora. Se lamenta de que ahora no tallan igual que antes, pero no los traiciona. Su seña inconfundible para llevarlos es apañar el bajo con una vuelta. El mismo truco de estilo que se ve una y otra vez como alternativa al pitillo en los looks de street style y que muchas tiendas comercializan implantándolo de serie en sus tejanos. «En los 60 nunca llevé pantalones de campana, me parecían horribles», reconoció a Kathleen Hale en una entrevista publicada en la edición estadounidense de Elle. Aunque en la moda actual conviven todo tipo de siluetas, el vaquero recto en un lavado medio-oscuro es el gran triunfador. De nuevo Lebowitz lo supo desde el principio.
La melenita corta y despeinada
«Eres tan bueno como tu último corte de pelo». Probablemente esta sea una de las frases más virales de la irónica Lebowitz. El suyo, siempre por debajo de las orejas y ondulado, es el corte que muchas –léase modelos, celebrities e influencers– llevan esta temporada y que el resto –todas las demás mujeres, especialmente las que tienen miedo incontrolable a la tijera– sueñan con atreverse a lucir. Como todo en su look, su corte de pelo está milimétricamente estudiado y nunca se permite llevarlo más largo de la cuenta. Su mejor consejo para mantenerlo a raya es tan simple como lavarlo. «¿Recuerdas cuando se llevaba el pelo revuelto y sucio? Es genial si eres modelo. Pero si no lo eres, te verías mucho mejor si te lo lavaras», afirmó a propósito del grunge.
Gafas nerd
«Siento que casi toda la ciudad [Nueva York] ha copiado mis gafas. Fui a un desfile durante la semana de la moda, y todos las llevaban. [La marca] Warby Parker también las ha copiado», dijo en la famosa entrevista de Elle. Y después añadió: «No me parece mal que lo hagan. Hubo una época en la que todo el mundo llevaba gafas negras rectangulares. Estas son mejores». Tanto su montura de lectura como sus inseparables gafas de sol tienen la misma forma redonda y son de carey. Dos cualidades que encajan perfectamente con el espíritu nerd que impregna muchos de los modelos que triunfan en oficinas y playas. Con permiso de las gafas microscópicas que han arrasado este verano, las de Lebowitz son más sencillas de llevar y tienen vocación atemporal. Vaya que «son mejores», que diría ella.
A pesar de que todo lo anterior deje claro que es un gran icono de estilo (¿acaso alguien lo dudaba?), Fran Lebowitz solo hay una y, desde que decidió desterrar los jerséis de cuello redondo de su juventud, lleva siendo fiel a su estilo sin que la climatología o alguna otra circunstancia tengan influencia alguna en sus elecciones. Lleva tres décadas sin escribir y en los últimos años ha sido incapaz de terminar un libro, pero igual que ha sabido hacer de su bloqueo creativo su mejor marca personal, también utiliza la moda a su antojo y como pocas saben hacerlo. Larga vida al estilo de Fran Lebowitz. Sea tendencia o no.
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