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Seis cosas que Madonna hizo antes que nadie

Ella se inventó el espectáculo pop tal y como ahora lo conocemos ahora. Homenajeamos la carrera de la artista que no tuvo necesidad de seguir las modas porque ella era la que las marcaba.

Madonna, una pionera en casi todo.
Madonna, una pionera en casi todo.

Todos tenemos a una Madonna fresca en nuestra memoria. Diversas generaciones han podido comprobar cómo ha revolucionado el mundo del videoclip, cómo se ha alzado como un icono de la moda, su buen hacer para trasladar a la esfera mainstream tendencias puramente underground como el voguing y, en definitiva, un sinfín de logros que sobre el papel siempre impresionan. Mediáticamente hablando puede que lleve unos años pasando algo más desapercibida e impresionando algo menos al respetable, pero eso no quita que debamos darle las gracias eternamente a la diva por ser una de las artistas más transgresoras de la historia de la música. Por eso motivo, ahora que sopla sesenta velas, nunca está de más detenerse y hacer entender a ese público más joven que no le ha prestado la atención que se merece los motivos por los que siempre fue y será la artista femenina más grande de todos los tiempos. Larga vida a la Reina y disfrutemos de ella todo lo que aún podamos.

1. Ha hecho más por las mujeres de lo que imaginas

No solamente es un referente de la moda, sino que para millones de mujeres sigue siendo un modelo a seguir. Desde que arrancó su carrera siempre ha tenido muy claro qué es lo que quería y jamás se ha empequeñecido por tener que defender sus intereses en un despacho repleto de directivos con corbata. Más allá de ser una artista, en realidad Madonna es una mujer de negocios de la cabeza a los pies que ha allanado el terreno a un sinfín de otros nombres propios que han seguido su estela años después. Es lo que tiene ser una precursora y seguir en lo más alto del ojo público tras más de tres décadas en activo.

En sus canciones siempre ha defendido el rol de una mujer fuerte, independiente y ambiciosa. Por mucho que Beyoncé ahora vaya de feminista por el mundo, Madonna jamás ha firmado un tema tan sumiso como Single Ladies (Put a Ring on It). Y ya no digamos algo parecido a El Anillo como recientemente Jennifer Lopez. Al contrario: ahí están Express Yourself, toda una declaración de intenciones cuyo mensaje sigue más vigente que nunca 29 años después, o aquella Papa Don’t Preach en la que en 1986 se atrevió a hablar sin tapujos del embarazo infantil y el aborto en el superventas True Blue. Madonna puede incomodar a algunos por su forma de actuar y lo que transmite a través de sus temas, pero su mensaje, por mucho que pasen los años, sigue siendo valiosísimo y más que necesario actualmente teniendo en cuenta lo que hace apenas unos días ocurrió en el Senado argentino o la histórica huelga que el 8 de mayo pudimos ver en nuestras calles. Siempre hacen falta más Madonnas en este mundo.

Las mujeres de las letras de Madonna siempre eran fuertes. Al fin y al cabo ella ya habló del aborto en 1986.
Las mujeres de las letras de Madonna siempre eran fuertes. Al fin y al cabo ella ya habló del aborto en 1986.

2. Por mucho que han querido acabar con ella siempre ha esquivado los golpes

La controversia y la polémica siempre han estado estrechamente ligadas con ella. Desde aquella ya icónica actuación del Like a Virgin en los MTV Video Music Awards de 1984 (las mentes más puritanas se escandalizaron al verla retozar por el suelo y mostrar su ropa interior), pasando por los ríos de tinta que hicieron correr su eclesiástico romance con un santo afroamericano en el vídeo de Like a Prayer, que le hizo perder un cuantioso contrato con Pepsi. Si empezáramos a enumerar las ocasiones en las que Madonna ha escandalizado al respetable muy probablemente no acabaríamos nunca. Pero eso sí, nadie jamás ha podido acabar con ella. A pesar de que Hard Candy dejó bastante que desear, su portada, en la que aparece vestida de boxeadora, refleja a la perfección su actitud ante la vida: por muchos golpes que le hayan dedicado siempre se ha defendido la mar de bien con un buen derechazo.

Asimismo, nadie puede discutir su afán de supervivencia. Del tridente pop por antonomasia de los ochentas, tras los fallecimientos de Prince y Michael Jackson, es la única que queda en pie. Y aunque muchos se atrevieron a afirmar en su momento que su fama tenía los días contados, lo cierto es que ninguna Cyndi Lauper, ninguna Paula Abdul, ninguna de las grandes voces de los noventa como Mariah Carey o Whitney Houston y ningún otro nombre propio del pop pudo contribuir a su defunción mediática. Su persistencia y su historial limpio de adicciones, sin duda, han contribuido a esto.

Nadie ha conseguido bajarla de su trono.
Nadie ha conseguido bajarla de su trono.

3. Nadie se atrevería a lanzar un ‘Sex’ en nuestros días

El sexo y la religión de siempre han sido dos de sus fetiches. El intento de boicot por parte del Vaticano del Blond Ambition Tour (momentazo que quedó muy bien reflejado en el documental En la Cama con Madonna) fue todo un hito, pero ni sus mayores detractores imaginaban por entonces lo que ocurriría dos años más tarde. En 1992 Madonna no solamente editó el que es considerado uno de sus álbumes de culto, Erotica, sino que también lanzó un libro repleto de imaginería subida de tono que, aún hoy en día, sigue siendo objeto de deseo de los coleccionistas. En Sex la diva se dejó retratar por la lente de Steven Meisel hecha toda una dominatrix, rodeada de hombres y mujeres en simuladas orgías artísticas y, en definitiva, disfrutando sin tapujos de su sexualidad.

Las fotografías, vistas ahora, apenas podrían considerarse soft porn. No obstante, en aquel momento se le demonizó públicamente como si fuese una bruja de la Inquisición y muchos pensaron que había ido demasiado lejos. Nada más lejos de la realidad. En realidad Madonna estaba dando una lección valiosísima al mundo: seas como seas tienes todo el derecho de vivir tu sexualidad libremente, venía a decir. Los medios se quedaron en lo banal del asunto, pero realmente la artista en Sex hizo un atrevido alegato adelantado a su tiempo en defensa de la libertad sexual en un momento en el que la comunidad gay era perseguida y vapuleada por la epidemia del VIH. Como Elizabeth Taylor, fue de las pocas a principios de los noventa que dio la cara por una comunidad que vivía, como ella, señalada por la sociedad. Pagó un alto precio por Sex, sí, pero nadie de su estatus se ha atrevido a posteriori a hacer algo mínimamente tan incomprendido y a la vez transgresor.

Madonna fue pionera también en la defender que cada uno viva su sexualidad libremente.
Madonna fue pionera también en la defender que cada uno viva su sexualidad libremente.

4. (Fue) La reina de la reinvención

Reinventarse o morir. Eso lo ha llevado a raja tabla o, al menos, hasta hace diez años desde que editara Hard Candy y no nos volviera a sorprender desde entonces con un giro estético y musical acorde con el de su extenso legado. Crucemos los dedos para que ese nuevo álbum que editará antes de finales de año (según ha hecho saber en el último número del Vogue italiano), influenciado por los fados y la música kuduro con la que ahora convive en su residencia de Lisboa, nos devuelva a una Madonna que no sigue las modas, sino que las marca. Porque esto último, sin duda, es lo que muchos de sus seguidores esperan de ella tras un MDNA con el que se vendió a la EDM de garrafón y un Rebel Heart al que le pasó mucha factura las filtraciones en Internet de sus demos meses antes de su lanzamiento.

Tras la polémica de la era Erotica-Sex Madonna se volvió una artista inofensiva en Bedtime Stories y Evita. Por entonces muchos eran los interrogantes acerca de con qué nos iba a sorprender, pero la maternidad y el buen hacer del productor William Orbit nos devolvió en 1998 a una Madonna modernizada y renovadísima. Han pasado veinte años desde Ray of Light, pero ese álbum sigue siendo un ejemplo clarísimo de que, cuando quiere, puede dejar a los fans y los no tan fans sin habla por motivos estrictamente musicales. Una nueva generación la redescubría con temas como Frozen o Nothing Really Matters, y la metamorfosis no hizo más que afianzarse en el 2000 con Music y tres años después con un American Life producido por Mirwais en el que el folk y la electrónica se fusionaban rozando la perfección. En ese momento concreto volvieron a caerle todos los palos habidos y por haber por pronunciarse en contra de la guerra de Irak (sin duda, uno de sus mayores errores estratégicos fue eliminar la primera versión del vídeo del single titular), pero en 2005 la reinvención volvió a hacer de las suyas con un Confessions on a Dance Floor que era puro hedonismo; su último gran largo hasta la fecha. Desde Hard Candy no se ha estrujado mucho la cabeza que digamos y ha seguido el camino fácil, así que está por verse qué se sacará de la manga este mismo año. Confiamos en que vuelva a materializarse una genuina nueva reinvención. Ya toca.

¿Hay alguien en el mundo capaz de reinventarse más que Madonna?
¿Hay alguien en el mundo capaz de reinventarse más que Madonna?

5. Le debemos la concepción del concierto-espectáculo pop de nuestros días

Ver a Madonna en directo siempre es garantía de éxito. A finales de los ochenta hubieron grandes superproducciones como las del Glass Spider Tour de David Bowie, pero en 1990 su Blond Ambition Tour marcó un antes y un después en la concepción que se tienen de los espectáculos en vivo. Aunando música, moda, teatro y danza, Madonna ofreció por medio mundo un show multidisciplinar que en nuestros días sigue marcando la batuta de lo que debería ser la grandiosidad del pop de masas. En aquel momento las proyecciones de vídeo no se estilaban (la tecnología le permitió valerse de ellas a partir del siempre a reivindicar Drowned World Tour de 2001), pero la Ciccone y su equipo crearon un espectáculo total más cercano a la ópera-pop que al concierto al uso. Volvió a repetir la fórmula en 1993 en el The Girlie Show, pero el Blond Ambition Tour debe considerarse la madre y el padre de las mastodontes giras pop actuales. Quien tuviera la suerte de disfrutarla en Madrid, Vigo o Barcelona sabe de qué hablamos.

Madonna durante su actuación en la Super Bowl 2012.
Madonna durante su actuación en la Super Bowl 2012.

6. Nadie está batallando contra el ‘ageism’ ahora mismo como ella

Cumple sesenta años, ¿y qué? Que se recuerde en todo momento su edad destila una misoginia abismal. Nadie utiliza la edad como un ataque al hablar de Mick Jagger, Bruce Springsteen o Rod Stewart (quien la pasada semana cumplió 73), por citar tres claros ejemplos. Si se es un rockero la fecha de nacimiento importa más bien poco, pero al hablar de una artista femenina de pop entonces sí que la edad se emplea como un insulto para menospreciar e invalidar su actual carrera. Madonna en estos momentos está batallando con un enemigo muy claro: el dichoso ageism. Sin que sepamos muy bien por qué nadie le recuerda día sí y día también a Cher los años que tiene, pero en el caso de Madonna las tornas son muy distintas. Como en tantas otras ocasiones esta es una guerra en la que está luchando sola porque ser sexy y tener sesenta años a algunos les parece una incongruencia.

¿A quién le importa la edad de Madonna?
¿A quién le importa la edad de Madonna?

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