Sandra Bullock: perdida y encontrada
La actriz ha vuelto a colocarse en todos los radares por su espectacular trabajo en Gravity. ¿Pero realmente se había marchado, o es sólo que no prestábamos atención?
Hay una anécdota que corrió como la pólvora en el Hollywood de mediados de los 90: cuando Sandra Bullock le preguntó al superproductor Joel Silver cuál era la motivación de su personaje en Demolition Man (1993), este se echó a reír. No sabemos cuánto de verdad habrá en esta viñeta, pero es significativa: presenta a una actriz absolutamente comprometida con su trabajo, sin importar la magnitud de su personaje o la categoría del proyecto en el que esté trabajando. Su papel secundario en este vehículo de Sylvester Stallone y Wesley Snipes le sirvió como trampolín para su película-revelación, Speed (1994). De ahí al estrellato y al libro Guinness de los Récords, que en 2010 la reconoció como la actriz mejor pagada de la historia (56 millones de dólares). Es de suponer que Joel Silver ya no se reiría tanto si la viera ahora.
Contra la ley de la gravedad
Su asombroso, rotundo trabajo en Gravity, sumado al éxito de taquilla que ha obtenido con la comedia Cuerpos especiales, han llevado a muchos a hablar de 2013 como el año en que Sandra Bullock resucitó. Desde luego, así ha parecido en nuestro país: desde su papel en el drama coral Crash (2004), la actriz no ha tenido un gran éxito fuera de sus fronteras. Un sueño imposible le valió una ovación en el Kodak Theatre, pero se trataba de una película sobre el fútbol americano que no tuvo demasiada repercusión en Europa. El resto han sido misterios sin pena ni gloria (Premoción, 2007), dramas románticos con una perspectiva cuántica (La casa del lago, 2006) o bluffs oscarizables (Tan fuerte, tan cerca, 2011). En suma, nada parecido a sus grandes taquillazos del pasado.
Sin embargo, la actriz ha seguido manteniéndose en la lista de las mujeres más poderosas de Hollywood, y la mayor prueba de ello es la propia Gravity. El cineasta Afonso Cuarón sabía que tenía un guión arriesgado entre manos, por lo que no le quedaba otro remedio que asegurarse a dos estrellas con poderío en taquilla para convencer al estudio. Su primera opción, Angelina Jolie, abandonó el proyecto antes de empezar a rodar: desde entonces, la plana mayor de la realeza hollywoodiense (Natalie Portman, Carey Mulligan, Scarlett Johansson, Marion Cotillard, Rachel Weisz, Naomi Watts, Olivia Wilde…) se interesó o un hizo una prueba para Gravity. Al final, fue Bullock la que se llevó al gato al agua. James Cameron, amigo personal de Cuarón y fan número uno de la película, ha declarado que el trabajo de la actriz (“no menos exigente que el un artista del Cirque du Soleil”) es más impresionante que los efectos especiales. Y, tratándose de una película que fija un nuevo estándar de excelencia técnica en el cine comercial, el cumplido no es gratuito.
Así que eso contentará a los admiradores de la cara seria de Bullock. Los fans de su lado más humorístico también estará servidos a finales de este mes, cuando Cuerpos especiales nos demuestre su química con Melissa McCarthy (una de las actrices cómicas más prometedoras de los últimos años). Puede que nunca hubiese desaparecido del todo, pero está claro que este año marcará un hito en la carrera de una actriz que no ha dejado de tomarse lo suyo muy en serio.
Entre Oscars y Razzies
Cierta parte de la crítica siempre ha pensado que existen dos caras de Sandra Bullock: por un lado, la actriz competente y con una innegable presencia escénica; por otro, la protagonista de comedias románticas intrascendentes y farsas estomagantes como Miss Agente Especial (2001). El temible Mark Kermode afirmó que podía contar con los dedos de la mano sus películas que merecieran la pena, pero que (de alguna manera) siempre se las ingeniaba para estar radiante en pantalla. Al fin y al cabo, estamos hablando de alguien que ganó dos Razzies por Loca obsesión… el día antes de subir a recoger el Oscar por Un sueño imposible (ambas de 2009). Una actriz capaz de lograr ambos extremos es una actriz con la que nunca podemos dar nada por sentado.
Bullock también posee una mente empresarial considerable. En 1996, aceptó protagonizar Speed 2 a cambio de que el estudio financiara Siempre queda el amor (1998), su primer proyecto realmente personal. Más tarde se disculpó por esa secuela, que a día de hoy sigue apareciendo en listas de los peores blockbusters jamás producidos. La actriz decidió tomar las riendas de su carrera al fundar la productora Fortis Films, responsable de la sitcom George Lopez (2002-2007). No sólo se convirtió en todo un éxito para el actor del mismo nombre, sino que también ha sido reconocido como uno de los productos culturales que más ha hecho por la integración de los latinos en Hollywood. Fortis Films también financió Loca obsesión, pero parece ser que nadie es perfecto…
Su gran éxito Un sueño imposible pasó desapercibida en España.
Cordon Press
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