Pilar Rubio: el ‘sexy cool’
Tras 10 años dando la cara en la televisión, la presentadora y actriz se está tomando un tiempo para meditar el siguiente paso en su carrera y está abierta a los cambios: en esta sesión sustituye su habitual estilo heavy metal por el nuevo naif.
Adora comer y asegura no tener complejos físicos. Nada más terminar la sesión de fotos, Pilar Rubio opta por hacer una pausa y llenarse el plato de pasta, quiches y empanadas de carne. ¿Le gusta ponerse tras los fogones? «No se me da mal, pero no le pongo demasiado empeño… Más que cocinar, sobrevivo. Me encantan las hamburguesas, las ensaladas, los perritos y los nachos… Son mi dieta estándar», responde la expresentadora de Telecinco y La Sexta. Confiesa también que no practica mucho deporte. «No tengo tiempo», se excusa. «Acabo de apuntarme al gimnasio. Llevaba siete años sin ir». Cualquiera lo diría: luce una silueta años 50; un tipazo curvilíneo, seductor y generoso.
Mira con cierta distancia los modelos de Chloé y Stella McCartney que se ha puesto en este reportaje. Ella es rockera. Probablemente sea esa autenticidad, su afán por conservar su identidad a pesar de la fama y los estilismos televisivos, la que ha cautivado al gran público. Y seducido a los hombres. «No voy a hablar sobre eso», avisa. «Es mi parcelita. Además, no interesa. Yo no he hecho ni hago preguntas personales. Mis reportajes siempre estuvieron relacionados con los eventos que cubría», recalca la reportera de 34 años. Eso no quita que las redes sociales bullan cada vez que ella o su pareja –el defensa del Real Madrid, Sergio Ramos– actualizan su Twitter o Instagram con una foto o un comentario. Sin ir más lejos, la imagen que oficializó su relación, y que fue tomada en la entrega del Balón de Oro, fue una de las noticias del día en todos los periódicos nacionales.
Abrigo de Paul Ka, top y falda, ambos de Loewe.
Álvaro Beamud Cortés
Rubio se crió en Torrejón de Ardoz, ciudad dormitorio del noreste de Madrid. «Viví allí hasta los 24 años; es el mejor sitio para crecer. Recuerdo mi infancia con cariño. Se podía jugar en la calle. A mis hijos los criaré en las afueras». ¿A qué jugaba de niña? ¿A presentar programas? «¡No! Sentaba a mi hermano en un pupitre. Hacía de profesora y mandaba. Me gustaba mucho mandar. Lo de la televisión surgió más adelante. En el Instituto iba a castings y hace 10 años, coincidiendo con mi época en Cuatro, tuve que elegir, era imposible compaginar los estudios con la pequeña pantalla». De hecho, iba para economista. «Quería cursar Matemáticas, pero mi padre me dijo que no tenía futuro: “O acabas en el Ejército o como profe”. Al final elegí una carrera de números y me matriculé en Económicas. Tuve que dejarla a medias, pero la retomaré algún día».
Se la conoce como la hija pródiga de La Sexta: la popularidad de Rubio nació y creció en ese canal. Su paso por Sé lo que hicisteis (2006-2009) la convirtió en ubicua. Al público le gustaban su desparpajo y sus curvas. La presentadora encabezó (y sigue haciéndolo) varias listas como la más sexy. «No me molesta que me digan cosas bonitas, me demuestran el cariño de la gente. Y no me condicionan. Unos días me veo guapa; otros, me dan ganas de volver a la cama. La belleza es subjetiva. Y todas tenemos manías. Pero con los años los complejos desaparecen. Nos empiezan a importar otras cosas: los amigos, la familia, ser mejor persona, la salud…». Pero… ¿alguna vez ha explotado deliberadamente sus encantos? «Sí. Cuando hago una pirula y me pillan: “¡Uy! No sabía que no se podía hacer. Lo siento, señor Agente”. Si vas de malas, pierdes; pero si sonríes…», y esboza una sonrisa.
Camisa y falda, ambas de Stella McCartney.
Álvaro Beamud Cortés
El pasado diciembre Pilar terminó su contrato con Telecinco tras presentar espacios como Operación triunfo o ser una de las protagonistas de la serie de ficción Piratas. Su última colaboración en la casa fue Todo el mundo es bueno, que conducía junto al actor José Corbacho. «Me apetece hacer cosas diferentes [ahora, por ejemplo, es la imagen de la marca de calzado española María Mare]. Está bien que haya finalizado mi contrato. Tengo proyectos que aún no puedo desvelar. Y quiero darme mi tiempo, tomarme las cosas con paciencia. Llevo 10 años trabajando sin parar. Por las noches llegaba a casa rota. Cansada de estar 15 horas con los tacones puestos y con capas y capas de maquillaje, aunque feliz por hacer lo que me gustaba, claro. Quiero decidir qué hacer con mi vida. He tanteado muchas cosas y he trabajado en muchos sitios. En este momento tengo las ideas más claras», comenta. Pero la televisión sigue ejerciendo su poder de atracción: «Transmites ilusiones mientras te diviertes. Poder comunicar es algo muy bonito. Además, yo no soy de las que trabaja por trabajar. Si me involucro en un proyecto es porque me lo paso bien». Por eso, no descarta volver. ¿Su programa soñado? «Existió. Se llamaba Headbangers Ball, era de MTV y lo presentaba Vanessa Warwick. Me encantaría hacer un espacio parecido y entrevistar a grupos extranjeros en festivales internacionales. Estaría bien pasar un día con un artista, ir a su casa, al estudio, presenciar cómo nace una canción… En España hubo programas musicales increíbles, como Aplauso o La bola de cristal. Pero los años 80 quedan lejos: hoy no se respeta la propiedad intelectual. Las canciones se bajan, los conciertos y videoclips se ven online. Y la gente lo hace sin remordimientos. Si todo está tan a mano, ¿qué sentido tiene la televisión?», reflexiona.
Pilar ha decidido ampliar miras. Ha heredado de su madre la pasión por la aguja. «Fundé Metalhead, mi firma, porque la ropa con la que me visto no existe aquí. España está muy limitada. Si no sigues los dictados de las franquicias, no gustas. Pero la moda no es ir uniformado. Es imaginación y libertad. Las tendencias no sientan bien ni gustan a todos. En otros países no se mira al de al lado por vestir diferente, aquí sí». Lleva un año y medio con la marca. «Me ocupo de la parte creativa. Y va muy bien». ¿Sus referentes? «María Escoté y Carlos Díez, por arriesgados. Adoro estudiar sus creaciones, analizar cómo las han hecho. Ponen mucho amor en sus prendas. A escala internacional: Lanvin, Balmain, Jean Paul Gaultier y Vivienne Westwood.
La presentadora lleva look total de Christian Dior.
Álvaro Beamud Cortés
Vestido de Chloé.
Álvaro Beamud Cortés
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