Nicole Kidman: «Siempre he sido una gamberra, pero de puertas adentro. Con los años me he ido soltando, perdí la timidez»

«Querer es poder», reza el dicho. Nicole Kidman de verdad quiere pasarse a la comedia, alejarse de esos dramas que, como Las horas, le dieron el Oscar. Pero no hay forma. Esta australiana de corazón nacida en Hawái en 1967 y casada con el cantante de country Keith Urban, con quien tiene dos hijas, vuelve a la televisión con una nueva serie, The Undoing (en HBO el 26 de octubre), un thriller en torno a una terapeuta con una vida aparentemente perfecta en el que su coprotagonista es Hugh Grant. Su personaje, Grace, es tan duro o más que la Celeste de Big Little Lies, serie con la que este nuevo proyecto comparte guionista, David E. Kelley. Ni su hija Sunday, que quiere ser directora, le da a Kidman una oportunidad en otro género que no sea el drama. ¿Un buen momento para que la llame Almodóvar?

¿Son malos tiempos para la poesía?
Son tiempos muy duros y estamos todos devastados. La situación nos supera y yo soy la primera que está cambiando sus hábitos. Ahora, más que nunca, necesitamos arte y música en nuestras vidas. Y nada como un musical para devolver la alegría. Mi próximo proyecto es The Prom, y no puede ser más alegre. Vale que está inspirado en un caso real en el que una pareja gay tuvo que cancelar su baile de graduación porque no les dejaban ir juntos. Pero Ryan Murphy [creador de series como American Horror Story, Glee o Pose] ha hecho de ello una historia de aceptación, extravagante, llena de buenos momentos.

No se parece a los proyectos que suele realizar.
¡Qué voy a hacer, me crie con cine europeo serio!

¿Tan serio como The Undoing?
Me interesa la gente, hago muchas preguntas, pero no soy tan buena en el autoanálisis. Eso es lo que me atrajo del guion escrito por David E. Kelley, que subraya todo lo que preferimos no ver aunque esté delante de nuestras narices.

Hugh Grant interpreta a su marido, un médico que desaparece tras un asesinato, ¿cómo ha ido el rodaje?
Ya sabes cómo es Hugh, ahora trabajo, ahora no. Pero le conozco desde hace más de 30 años, cuando hacía Blue Room en el teatro en Londres y fuimos a cenar con Liz Hurley. Le conozco incluso antes del éxito de Cuatro bodas y un funeral. Nunca ha dejado de ser un gran actor.

Él la describe como «la australiana más gamberra y divertida del mundo». ¿Eso es verdad?
Siempre he sido una gamberra, pero de puertas adentro. Con los años me he ido soltando, perdí la timidez de la juventud.

¿Y por qué no hace comedia? ¿No la llaman para esos papeles?
Hay mucho de eso. Solo Ryan Murphy me ha dicho eso de «Tú también puedes ser divertida, Nicole». Es cierto que me crie con cineastas europeos serios tipo Krzysztof Kieslowski aunque también me alimenté de Federico Fellini y Pedro Almodóvar. Pero no me llaman. Incluso Moulin Rouge, que era un musical, era un dramón. Y mi única comedia, Todo por un sueño, tenía un humor bastante retorcido. Te ven en algo y ahí te quedas. Pero a mí me gustaría cambiar de dirección.

¿Quizá tenga la oportunidad ahora que su hija Sunday se quiere dedicar al cine?
Hay días en los que quiere ser directora y otros le da por ser veterinaria… Pero sí, ahora la tengo en casa editando sus propias películas con su hermana pequeña, Faith, haciéndose un hueco. Las dos salen en el primer episodio de The Undoing. Sunday tiene sus ideas. Tampoco quiere contar conmigo. Incluye a sus amigos del colegio, pero si pasan el casting; y al parecer yo no lo pasé.

Debe de ser la única realizadora que no quiere a Nicole Kidman.
¡No te creas, hay muchos otros! Pero a sus 11 años mi hija tiene las cosas muy claras. Tampoco quiere contar con las canciones de su padre, y eso que él le sugirió que las utilizara para que no tuviera que pagar con su asignación por la música de sus cortos.

¿De dónde le viene esta seguridad? ¿De su madre? ¿De su entorno?
Criarse en un set, como mis hijas, no es lo habitual. El otro día lo hablaba con una mujer que se crio de rodaje en rodaje y me dijo que era diferente, pero genial. Es todo un reto, para ellas y también para nosotros, y se necesita disciplina. Pero nos movemos juntos y tengo la fortuna de que podamos hacerlo.

Ahora va de serie en serie. ¿Qué le aporta este formato?
No las llames series. Yo prefiero llamarlas «experiencias cinemáticas». Porque el trabajo de The Undoing me parece comparable al de un Kieslowski o un Ingmar Bergman. Hablamos de buenas historias estén donde estén. Retos.