Miley Cyrus le saca los colores a la sociedad estadounidense con su último vídeo

Por mucho que 2013 quede ya algo lejano, Miley Cyrus lo sigue teniendo muy presente. En aquel año la artista acaparó todo tipo de titulares y las iras de los más puritanos con Bangerz, un álbum que generó mucha controversia porque aprovechó la ocasión para enterrar lo poco que le quedaba de Hannah Montana e hipersexualizarse como nunca antes había hecho. Como en su momento Madonna hiciera tras la era Erotica, a Miley después de aquello no le quedó otra que rebajar las dosis de provocación en aquel experimento junto a The Flaming Lips que en 2015 desembocó en Miley Cyrus & Her Dead Petz y, el pasado año, voluntariamente decidió  desvincularse de cualquier atisbo de polémica con un Younger Now en el que se abrazó a sus raíces country pop. Por algo su madrina es Dolly Parton, alguien muy presente en su último Nothing Breaks Like a Heart.

Dicho tema, que en realidad formará parte del quinto álbum de estudio del productor Mark Ronson (el mismo que a finales de 2014 reventó las listas de ventas con Uptown Funk junto a Bruno Mars, así como el artífice del Joanne de Lady Gaga o el Back to Black de Amy Winehouse), sigue la evolución lógica de Younger Now. Con más clase que nunca, Miley pone voz a esta canción que recuerda por momentos al Jolene de Parton aderezado con cuerdas melodramáticas y que, sorprendentemente, cuenta con la producción adicional de Jamie XX, miembro de The XX. Al tratarse de un featuring desconocemos si la estadounidense va a seguir por este camino en su próximo trabajo de estudio en solitario pero, por lo pronto, las críticas que el tema está cosechando en estas primeras horas tras su estreno son mucho más que positivas. Y buena culpa de ello la tiene el vídeo que le acompaña.

Los franceses We Are From LA dirigen este videoclip producido por Romain Gravas que, del mismo modo que el This Is America de Childish Gambino hace unos meses, pretende abofetear y sacar a flote las miserias de la sociedad estadounidense. Miley huye en su coche de aquellos que quisieron hundirla mediáticamente durante la era Bangerz mientras por la pantalla hacen acto de presencia curas que frecuentan locales de estriptis, menores con licencias de armas y adolescentes más preocupados por hacerse un selfie que por disfrutar la vida real que hay más allá del móvil. Muy acertadamente Miley viene a decirnos que por mucho que haya escandalizado a los más conservadores años atrás, sin duda, la gente debería preocuparse realmente por problemas sociales mucho más serios que tristemente marcan nuestra actualidad. De ahí que se sienta una mártir y al final del vídeo se crucifique, denunciando que fue injustamente un saco de boxeo para muchos durante aquel año en el que medio mundo cuestionó todos sus movimientos.

En los próximos días podrá comprobarse tanto el impacto de la canción como del videoclip que le acompaña, pero resulta muy llamativo que Miley aproveche ahora este momento, como si fuera una cuenta pendiente, para criticar el trato que recibió por parte de la prensa y esos detractores que pensaron que había ido demasiado lejos. Asimismo, el lanzamiento de Nothing Breaks Like a Heart ha provocado que la artista haya vuelto a Instagram después de meses ausente en la red social, por lo que no debería de extrañar que esté maquinando una vuelta por todo lo alto de cara al próximo año. Haga lo que haga, de momento esta nueva canción es un gran aperitivo que deja con ganas de más. Además, estos días se ha presentado su tercera colaboración con Converse disponible en Bershka. La colección está compuesta por zapatillas y ropa inspiradas en los favoritos de Miley, como chándales de terciopelo y un abrigo acolchado satinado para las noches más frías.