¿De verdad se ha puesto Madonna un culo a lo Kardashian?

Los que esta pasada Nochevieja se encontraban en el mítico bar Stonewall Inn de Nueva York no lo olvidarán por mucho tiempo. Desde hace días se venía rumoreando con la posibilidad de que la mismísima Madonna pisara el local del Greenwich Village, el mismo lugar donde el 28 de junio de 1969 arrancó el movimiento por los derechos LGTBI en Estados Unidos, coincidiendo con el cincuenta aniversario de los disturbios que allí acontecieron. Finalmente, la Reina del Pop se presentó por sorpresa junto a su hijo David Banda pasada la medianoche para ofrecer un pequeño discurso y una breve actuación en la que interpretó Can’t Help Falling in Love de Elvis Presley y Like a Prayer. Pero tan pronto las primeras imágenes emergieron en la red minutos después hubo un detalle que no pasó para nadie desapercibido: ¿Madonna realmente ha recurrido al quirófano para agrandar su trasero?

Desde 2016 se viene hablando de este asunto. Ese mismo año, el 20 de marzo, terminaba el Rebel Heart Tour en Sídney, y a principios de mayo no tuvo problema alguno en mostrar la zona en la que termina su espalda en la MET Gala con un modelo de Givenchy que causó bastante controversia en las redes sociales. Ante las críticas la diva acudió a Facebook para afirmar que “mi vestido en la MET Gala era una declaración política, así como una declaración de moda. El hecho de que la gente realmente crea que una mujer no tiene permitido expresar su sexualidad y ser aventurera después de cierta edad es una prueba de que todavía vivimos en una sociedad atrasada y machista”.

No obstante, pocos meses después, en diciembre, en una gala solidaria celebrada en Miami con el objetivo de recaudar fondos para su obra benéfica en Malawi, los rumores se hicieron mucho más notables después de que la cantante invitara a Ariana Grande al escenario y ambas se pusieran a bailar twerking. En los vídeos de aquella noche el trasero de Madonna empezó a vislumbrarse más voluminoso que nunca a pesar de que la artista no quiso pronunciarse en ningún momento acerca de si realmente había o no recurrido a la cirugía plástica. El tema se dio por zanjado… hasta ahora.

Si al igual que Kim Kardashian, Iggy Azalea o Nicki Minaj ha decidido dar el paso de agrandar sus glúteos, sin duda, jamás debería ser motivo de debate. Si hay una artista a la que se ha cuestionado siempre esa es Madonna, anteriormente por enarbolar la bandera de la libertad sexual (sobre todo en la era Sex y Erotica) y durante la última década por ser una de las voces más críticas contra el ageism –discriminación por la edad– que sufre en sus carnes. Sin embargo, las imágenes y los vídeos que esta semana han surgido con motivo de su aparición sorpresa en la Gran Manzana han levantado las alarmas porque, de haber accedido a ponerse unos implantes, éstos aparte de ser visualmente excesivos parece que han sido colocados por un cirujano en prácticas. ¿Estamos ante un patinazo quirúrgico o esto es una mera estrategia para generar titulares?

De momento, sus fans contemplan dos opciones: o bien sí se ha agrandado los glúteos y el asunto se le ha ido bastante de las manos, o realmente esa voluptuosidad que no ha pasado inadvertida se debe a lo que se conoce como un mal padding (es decir, los rellenos de gomaespuma que las propias drags queens se ponen para potenciar y feminizar hiperbólicamente diversas partes de su cuerpo). Sea como fuere, y teniendo presente que ella muy probablemente va a mantener la callada por respuesta, en breve saldremos de dudas porque más pronto que tarde editará un nuevo álbum de estudio y posteriormente se embarcará en una gira mundial que la mantendrá de lo más visible y ocupada este 2019.