Lena Dunham: «Odiar mi cuerpo no va conmigo»
Icono rebelde del joven feminismo, la creadora de la serie Girls publica su esperada autobiografía: No soy ese tipo de chica.
Entiendo que haya gente a la que no le gusten los gordos. Pero odiar mi cuerpo no va conmigo. Y estoy encantada». Ésta es la actitud irreverente y natural que ha convertido a la guionista, productora, actriz y escritora Lena Dunham, quien ya suma más de un millón y medio de seguidores en Twitter, en una inspiración para miles de personas. La ganadora de un Globo de Oro por Girls –la aclamada serie que narra sin filtros los fracasos y neuras de cuatro veinteañeras neoyorquinas– publica el 7 de octubre el autobiográfico No soy ese tipo de chica (Espasa). Del descubrimiento de su cuerpo a anécdotas sobre su madre y su abuela, pasando por su enamoramiento de un chico que resultó ser «medio gay», el objetivo está claro para la autora: «Quiero contar mis historias y, más que eso, tengo que hacerlo para mantenerme cuerda».
Cubierta de tatuajes y lejos de los cánones de belleza vigentes, Dunham no encarna precisamente el perfil de las revistas de moda. Sin embargo, los medios estadounidenses, de Vanity Fair a Time, la adoran. Sus declaraciones a favor de Obama –«La primera vez debe ser con un tío que comprenda a las mujeres. La mía fue increíble, he votado a Barack Obama»– o su llamada a boicotear las fotos de famosas desnudas en la Red –«Vivimos en una sociedad que enfrenta a las mujeres entre sí. Nuestra labor consiste en hacer algo para cambiarlo»– muestran que parte de su éxito reside en su honestidad y en su particular forma de interpretar una época.
Inspiradora aventajada. Hija de una pareja de artistas, Lena creció en un Soho privilegiado e intelectual. Fue apadrinada por el genio de la comedia Judd Apatow, soñó con ser poetisa, y su película Tiny Furniture –realizada en 18 horas a los 24 años– se clasificó como cine experimental. Su visión en Girls de cómo son en la intimidad las jóvenes solteras, con sus imperfecciones, la ha convertido en musa del feminismo. Hannah, su personaje en la serie, ya lo vaticinó en la primera temporada: «Bien podría ser la voz de mi generación. O, al menos, una voz de una generación».
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