Las jefas de la comedia asaltan los Globos de Oro
John Belushi o Johnny Carson afirmaron en su día que ‘las mujeres no son divertidas’. Tina Fey y Amy Poehler demostrarán mañana lo equivocados que estaban.
"Las mujeres no son divertidas". Estas cinco palabras se habían repetido demasiadas veces a lo largo de la historia. John Belushi se lo espetó a Gilda Radner en la etapa primeriza del Saturday Night Life, Johnny Carson lo declaró sin tapujos a la revista Rolling Stone y Jerry Lewis lo entonó ante la audiencia de un festival cómico de Aspen, donde no se cortó en añadir: "una mujer que quiere ser cómica no me ofende pero… pienso en ella como en una máquina que sirve para traer niños al mundo". La frase sexista no sólo se declaraba publicamente, el tópico de que sólo los hombres tenían el gen de la risa era un latiguillo común en el backstage del mundillo. Ejecutivos cinematográficos y de la televisión, agentes o comediantes desprestigiaban el papel de la mujer en la comedia continuamente. Hasta el escritor Christopher Hitchens publicó un incendiario ensayo en Vanity Fair en 2007 donde defendía 'Por qué las mujeres no son divertidas'.
En la madrugada del lunes, cuando Tina Fey y Amy Poehler lleven la batuta de la 70 edición de los Globos de Oro, se oficializará, finalmente, el sin sentido de las cinco palabras malditas que habían estigmatizado a las mujeres en la comedia. Las presentadoras de los Globos de Oro no sólo son el reemplazo de los chistes incómodos de Ricky Gervais. Fey y Poehler simbolizan el nuevo reinado de la comedia estadounidense.
¿Pruebas? Si con sus actuaciones en Saturday Night Live o 30 Rock no hay evidencias suficientes, deberíamos echar un vistazo a la estantería repleta de Emmys, Screen Actors y Globos de Oro que Fey debe tener en su casa, donde además hay que sumarle el logro de haberse erigido como la persona más joven en hacerse con el prestigioso premio Mark Twain. La mujer que se convirtió en la primera jefa de guionistas del Saturday Night Live (SNL) en 1999 (y que guionizó Mean Girls), también logró colar su autobiografía Bossypants entre la lista de los más vendidos del New York Times.
Poehler tampoco se queda corta. Es cofundadora del Upright Citizens Brigade Centre, en 2011 fue elegida una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time, tiene su propia webserie para 'smart girls' y también acumula nominaciones y premios por SNL o Parks and Recreation.
Y si por separado parten la pana, juntas lo bordan. Revisen si no sus toma y daca en SNL, cuando compartían mesa en el Weekend Update, su caracterización como Sarah Palin y Hillary Clinton en el estreno de la 34 temporada del show -buena prueba de la influencia que tenían estas imitaciones se puede comprobar en la película Game Change– o cómo rapeaban en el set de Mean Girls (sin olvidar el episodio Meatballs en los pasados Emmy).
Por mucho que les pese a algunos, las mujeres sí son divertidas. Tal y como explica la periodista Yael Cohen en We Killed: The rise of women in american comedy, los últimos 50 años han sido una buena prueba del poderío femenino en la comedia. Actualmente, de los 145 guionistas que hay en los diez late nights de EEUU, 16 son mujeres. En SNL, una cuarta parte de los 24 guionistas son féminas. Porque además de Fey y Poehler, la última década nos ha dado nombres dignos de negrita en la crónica cómica americana: Kristen Wiig, Maya Rudolph, Lena Dunham, Chelsea Handler, Joan Rivers, Sarah Silverman o Melissa McCarthy son la prueba viviente de que la risa es cosa de mujeres. Vaya sí lo es.
Las imitaciones que ambas hicieron de Sarah Palin y de Hillary Clinton fueron tan acertadas que muchos aseguraron que llegaron a influir en las elecciones.
Cordon Press
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.