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Kasia Struss, fuerza mutante

«Chola victoriana». Así describe Riccardo Tisci a su musa. Una especie de doppelgänger de FKA Twigs con estrambóticas caracolas fijadas sobre la frente.

Kassia Struss
David Roemer
Ana Fernández Abad y Francesca Rinciari (Realización)

Su ciudad natal, Ciechanów, es una antigua urbe de 50.000 habitantes situada en la región central de Polonia. «Me encantan las aventuras y viajar. Ser modelo fue una oportunidad perfecta para salir de mi pequeña universo», explica Katarzyna Strusińska, quien también dejó atrás ese nombre para cambiarlo por Kasia Struss, más corto e internacional. Empezó a trabajar como modelo con 16 años y a los 20 llegaron las campañas de publicidad para Gucci, Mulberry o Chloé, los desfiles de Valentino y Saint Laurent. «Decidí acabar el instituto antes de ser modelo a tiempo completo. Los estudios son muy importantes. Quizá algún día finalice la universidad, pero de momento estoy conociendo el mundo, aprendiendo sobre su gente y su cultura», reflexiona desde la perspectiva que le proporcionan los miles de kilómetros y sellos acumulados en el pasaporte a sus 27 años. Ahora vive en Nueva York, pero asegura que le ronda por la cabeza la idea de volver a Europa. «Me gustaría, pero con mi ritmo actual es imposible hacer planes», lamenta, aunque tampoco parece importarle mucho esa incertidumbre, la vida entre aeropuertos, sesiones y desfiles. «Soy una típica Sagitario y me encantan los desafíos», zanja, sin darle demasiadas vueltas al futuro.

¿No resulta un poco cansado trabajar alrededor del globo?

A veces me siento sola porque viajo todo el tiempo, los aeropuertos son mi segundo hogar, tengo jet lag... Entonces pienso en lo afortunada que soy: me rodea gente creativa, cada día pasa algo nuevo y con otro trabajo no habría conocido tantos sitios increíbles.

David Roemer

Acaba de finalizar la temporada de pasarelas, y usted se las conoce todas. ¿Es la semana de la moda muy distinta de una capital a otra?

Cada ciudad transmite una energía diferente. No puedo elegir una porque todas me aportan algo particular. En mi opinión, Nueva York es cool y trendy; Londres, más experimental y avanzada; Milán, glamurosa y sexy; y París, chic.

Resulta habitual verla en la alta costura, un circuito al que acceden solo unas elegidas. El último show en el que participó fue el de Atelier Versace en enero. ¿Se viven de una forma diferente?

Sin duda, es la parte más especial. El hecho de que cada vestido sea único y hecho a mano me provoca escalofríos.

Algunos diseñadores, como Jean-Paul Gaultier o Viktor & Rolf, han decidido centrarse solo en haute couture. ¿Va todo demasiado rápido en la moda?

Estoy de acuerdo con ellos. En esta industria a veces las cosas se suceden demasiado deprisa. Yo tengo muchísimo respeto hacia los diseñadores. Es complicado trabajar y ser creativo en un ambiente tan acelerado.

Vestido de Valentino (1.590 €), pendiente de plata de Wendy Nichol (168 €) y anillo de Viceroy (c. p. v.).

David Roemer

En 2009, Vogue París la eligió como una de las 30 tops de la década, es uno de los ángeles de los desfiles de Victoria’s Secret, Models.com la considera un icono de la industria… Al empezar, ¿pensó que iba a llegar tan alto?

¡Nunca! En el colegio era «la rarita». Los niños se burlaban de mí por ser demasiado alta y delgada. La moda cambió mi vida, me ayudó a creer en mí misma y a sentirme cómoda con mi cuerpo.

También la ha ayudado a debutar en la interpretación, con el corto Angel Heart, del fotógrafo Hugh Lippe. ¿Para ser modelo hay que saber actuar?

Casi cada día interpretamos un personaje diferente, así que sí, actuamos un poco. De hecho, es una de las partes de mi trabajo con las que más disfruto. Tal vez no hablemos, pero mostramos emociones con nuestro rostro.

Top de red (1.395 €), falda (795 €) y body (c. p. v.), todo de Balenciaga.

David Roemer

Precisamente su cara es uno de sus fuertes. ¿Cómo cuida su piel?

Limpio, tonifico e hidrato dos veces al día y utilizo crema con protección solar todo el año. Si me siento cansada empleo la máscara facial SK-II por las mañanas; en 15 o 20 minutos la piel está resplandeciente. Como he visto trabajar a algunos de los mejores maquilladores, he aprendido sus trucos: utilizar el lápiz alrededor de tus labios hará que parezcan más grandes y poner sombra de ojos dorada o iluminador en la esquina de los ojos los hace más grandes y luminosos.

A diario, ¿qué tipo de maquillaje le gusta?

Me preocupa mi aspecto. Prefiero parecer natural y sencilla. Empleo siempre máscara y bálsamo labial. Y nunca llevo base en mis días libres.

¿Se cuida mucho o lo suyo es genética?

Intento comer de forma saludable y tomar proteínas, bebo muchísima agua y entreno todos los días cuando no estoy trabajando.

Peto de Isabel Marant (460 €) y camiseta de Lanvin (385 €).

David Roemer

¿Qué más hace en esos días libres?

Salgo con mis amigos, cocino para mi novio y hago Pilates. Además, me encanta leer.

Cuentan que le gusta buscar tesoros en tiendas vintage.

Cuando voy de compras no sigo las tendencias. Elijo prendas sencillas y elegantes que sé que me van a durar mucho tiempo. Mis básicos son jeans con cazadora de cuero. Y amo mis botas vintage de Balenciaga.

Se lleva bien con Hanne Gaby o Daria Strokous. ¿Es difícil forjar amistades en el mundo de las modelos, que parece muy competitivo?

Resulta complicado en toda esta industria; pero, por otro lado, nadie entiende mejor a una modelo que otra. Haber crecido con ellas desde que comenzaron nuestras carreras ha creado una relación especial que aún se mantiene.

Conjunto de top (590 €) y falda (475 €) recortado con láser; cropped top (390 €) y minifalda (550 €) de licra, todo de Versace.

David Roemer

Tiene muchas compañeras polacas: Anja Rubik, Magdalena Frackowiak… ¿A qué se debe este lobby?

(Risas) Las chicas polacas son profesionales, bellas por dentro y por fuera, y muy ambiciosas. Nos divierte de verdad estar metidas en esto.

¿La moda es relevante en su país natal?

No era muy importante cuando empecé a trabajar allí, pero la industria está creciendo año tras año. Ahora tenemos algunos grandes diseñadores… Estoy deseosa de que exista Vogue Polonia.

Labios bicolor

David Roemer

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