Heidi Klum: «Eliminar todas las arrugas con photoshop queda fatal»
Sus curvas fueron un obstáculo en sus inicios, en los 90. Entonces se llevaban flacuchas, siguiendo la estela de Kate Moss. Pero la alemana supo imponerse. Hablamos con ella en exclusiva.
No atraviesa su mejor momento, acaba de divorciarse. Pero el disgusto no se le nota en la cara: cero ojeras, sonrisa de oreja a oreja y silueta diez. El tiempo pasa para todos, pero ha sido generoso con Heidi Klum. Hasta le sientan bien las arrugas. Su separación del cantante estadounidense Seal, no tanto. La modelo no tolera ninguna pregunta sobre su vida sentimental ni sobre sus hijos. Tampoco acepta las relacionadas con su carrera en el cine ni con sus inicios como maniquí. De hecho, esta es la única entrevista de tú a tú que ha otorgado a un medio español en su última visita a nuestro país. La otra, realizada por un programa de televisión, no llegó a emitirse. La entrevistadora formuló una pregunta no aprobada. A pesar de las trabas, la alemana de 39 años se mostró cordial, sonrió y hasta acabó hablando de lo que no quería…
SIN MIEDO A LA EDAD
La belleza forma parte de su ADN. Su padre trabajaba en la firma cosmética 4711; su madre era peluquera. Y Klum ha terminado en el sector. Es asesora de la firma alemana Astor desde 2010. «Mi objetivo es modernizar la marca y evitar el abuso de Photoshop. Las fotos se retocan demasiado y a veces cuesta reconocer a las modelos. No se deberían borrar todas las arrugas, queda fatal».
Le sobra trabajo. ¿Su secreto para mantenerse estupenda? «Lo principal es conocerse. A algunos les funciona correr; a otros, llevar una dieta sana. Yo debo hacer un poco de todo. Dormir ocho horas, beber dos litros de agua, practicar deporte… Cuidarme pero sin obsesionarme. Nunca me ha gustado estar ni muy delgada ni muy gorda». Esa filosofía ha marcado su trayectoria. Klum aterrizó en los 90, cuando triunfaban las mujeres planas, sin formas. El canon era Kate Moss. «Yo era más alta y tenía curvas… La industria me encasilló en lo comercial, era “la chica de catálogo”. Pero tuve suerte. Los fotógrafos confiaron en mí. Rankin, por ejemplo, me retrató en sesiones disparatadas, más artísticas que de moda», comenta. Lo pasó mal al principio. «Iba de estudio en estudio con el ‘book’ bajo el brazo. Me quedaba observando a las modelos y a los fotógrafos y soñaba con ser parte de aquello… La experiencia me enseñó a ser paciente, a perseverar».
DE 'TOP' A PRESENTADORA
Klum presenta un programa de televisión, Project Runway. «Es un reality pero no se basa en las relaciones sentimentales entre los concursantes. Es una competición entre diseñadores noveles, lo importante es su talento… La gente adora las historias de superación, por eso arrasa Operación Triunfo, nos gusta ver cómo la cajera del supermercado se transforma en estrella». Y añade: «Existe la creencia de que los programas de moda no funcionan. La alta audiencia de Project Runway y sus 10 temporadas demuestran lo contrario».
SABIDURÍA DE MANIQUÍ
«Es mejor no abusar del maquillaje. La clave está en apostar por un rasgo; o la boca o los ojos, nunca los dos. Algunos trucos: rizar siempre las pestañas, cargarlas con mucha máscara, hidratar los labios y sonreír siempre. La sonrisa es mi mejor arma», afirma Heidi.
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