Confirmado: a Madonna le encanta enseñar el culo a Anna Wintour

Cuando Madonna se acerca el primer lunes de mayo al Metropolitan de Nueva York no suele defraudar. A ella las temáticas de la fiesta más pija del año se la traen al pairo. Ella lo que quiere es Rock and Roll. Acaparar flashes, demostrar por qué es la reina del pop y la provocación. Sí, todos recordarán el vestido mesa camilla de Kim Kardashian embarazadísima de North West o las transparencias marcando el cuerpo guitarra de Beyoncé de otros años. Incluso Taylor Swift, presidenta honorífica este año de la gala y última portada de Vogue USA, ha intentado ponerse más rebelde tiñéndose de rubio platino para que la todopoderosa Wintour la retratase para su revista. Si hasta se pintó los labios de color negro para quitarse azúcar de encima. Pero no olvidamos que la Ciccone ha vuelto varias veces antes de que lleguen todas las Selenas Gomez, Demi Lovatos o Katy Perrys del planeta. Ni el moño estratósferico de esta última y su look gótico forzado o las plataformas imposibles de Lady Gaga llegan al corte de mangas que Madonna se ha empeñado en hacer a la gala MET cada vez que aparece. Porque a ella lo que le va es enseñar el trasero a todos esos ilustres invitados que pasean por la alfombra roja más snob de Nueva York. Y anoche lo hizo (semi) vestida de Riccardo Tisci, que como él recordó desde su cuenta de Instagram y con unas alusivas mayúsculas: «BITCH IS MADONNA»

Hagamos memoria: Puede que el año pasado estuviese más recatada con su vestido de Moschino (que poco tenía que ver con la temática china de la gala), pero lo intercambió por hacer promo de su gira, Rebel Heart, con los grafitis que estampaban la prenda. Punto para Madonna. En 2014 no fue y se enrabietó tanto con Anna Wintour que subió una foto a Instagram de lo más explícita con sus pechos oprimidos por vendas y aludiendo a que el código de vestimenta de la editora de Vogue censuraba al arte: «Esto es lo que quería ponerme para el MET de este año pero Anna me dijo que no, así que aprovecharé para seguir trabajando en mi música». Quizá el enfado de la editora venía de 2013, cuando acudió a la gala punk en bragas. Es Madonna, qué esperabáis.