Divas MK-Ultra: la ‘conspiranoia’ señala a las estrellas del pop
Internet fantasea con teorías en las que los Illuminati pervierten y controlan la mente de las estrellas de la música para conseguir un nuevo Orden Mundial.
La próxima vez que Katy Perry aparezca enfundada en un estilismo como éste uno no debería pensar que igual ha llevado al extremo aquello de ser la ‘gata del pop’. La reacción inmediata debería ser:
Pobre Katy Perry, todavía sigue estancada en el nivel Beta del programa Monarca MK-Ultra de los Illuminati. Es una sex kitten sin remedio, sigue siendo una esclava sexual y no hay forma de que escape de ellos (aunque lo haya intentado).
La teoría de que ésta y otras divas del pop viven controladas por la sociedad secreta con el afán de llevar a los terrícolas a un nuevo orden mundial sonará a majadería para muchos. No lo es para los conspiracionistas que han logrado millones de entradas en Google en las que fantasean con divas clonadas, masonería, reptilianos, actos satánicos, perversión sexual, drogas o terapias de electroshock. Un mundo en el que los Illuminati han decidido llevar a cabo el programa de control mental de la CIA (la operación MK Ultra) sobre estrellas y celebrities. Un escenario en el que Monarca es un proyecto de control mental con propósitos sádicos, perpretado por la élite mundial en la industria del entretenimiento. Solo los avispados humanos que conozcan su símbología serán capaces de reconocerles, porque los Illuminati, irónicos ellos, disfrutan mostrando sus símbolos a través de las estrellas con las que pervierten a la inconsciente peble.
Tableros de ajedrez (dualidad entre el bien y el mal), look Marilyn (prueba de la manipulación y de abandono de la individualidad) y mariposa gigante (Monarca). Katy Perry no escapa a la conspiración.
Getty
Pero, ¿qué es una diva Mk Ultra? ¿Cómo sabemos si es una esclava sexual (‘Beta’ o sex Kitten, como Katy Perry) o una ‘Theta’ (aquellas que vienen de «familias satánicas multigeneracionales», como Paris Hilton)? ¿Cómo averiguar si viven bajo el yugo de los Illuminati? Básicamente, mirando cualquier videoclip de cualquier estrella del pop seríamos capaces de encontrar ‘pruebas’.
Siguiendo los patrones que defienden webs populares como Vigilant Citizen, el blog en español Divas MK Ultra o autores como David Icke, todo el imaginario pop mainstream vendría a ser un catálogo de símbolos en el que los Illuminati se están riendo de la humanidad y buscando el reino de la amoralidad.
Las cantantes de éxito que son esclavas sexuales de esta sociedad, captadas a través de la MTV y Disney (dos de sus empresas insignia en el ‘showbiz’) no harían otra cosa que reproducir sus mensajes, que para algo han sido controladas mentalmente y programadas con los métodos de la operación Monarca. Aprovechando la combinación de carisma sexual y atractivo físico apetecible para el público de masas, la divas Mk Ultra exhiben su esclavitud bajo los siguientes símbolos:
Mariposas: ya sea en forma de tatuaje o como complemento, hacen referencia directa al Proyecto Mk-Ultra Monarca.
Reino felino (tigres, panteras o gatos domésticos): Vistiéndolo (print animal) o rodeándose de estos animales, las MK Ultra demuestran al mundo sus «bestiales impulsos sexuales» (Sí, llevar Hello Kitty también cuenta).
Tableros de ajedrez en blanco y negro: dualidad entre el bien y el mal.
Espejos y cristales rotos: tortura mental y la destrucción mental de la cantante.
Jaulas, cadenas y otros símbolos de ‘prisiones’: esclavitud física y psicológica hacia los Illuminati.
Rosa, púrpura y los colores del Arco Iris: el púrpura se utiliza para reforzar la programación. El arco iris representa la división psicológica y la creación de alter egos. (¿Pensabas que el rosa capilar y el seapunk era una tendencia espontánea? Ja).
Imitar a Marilyn Monroe: manipulación y falta de individualidad.
Ponerse una orejas de Mickey Mouse, de conejita o look de Alicia en el País de las Maravillas: yugo e infantilización.
Y cuando el fotógrafo, diseñador o director de turno sucumben a la pereza simbólica y no están demasiado inspirados, se recurre al ocultismo más tradicional y reconocible: pentagramas, pirámides (con o sin el ojo de Horus), calaveras y otros standards del satanismo para alegría de Internet y hits de Google conspiracionistas.
La portada de ‘Pink Friday’ de Nicky Minaj derrocha simbolismo para los conspiracionistas: peluca rosa para reforzar la programación y pose de muñeca, para demostrar la pérdida de su personalidad.
No todas las estrellas son iguales a los ojos de la sociedad de los de Baviera. Si nos creemos, ejem, todo lo que dice Internet, deberíamos saber distinguir a las mundanas esclavas sexuales (Perry, Ke$ha o Britney Spears) de la madre (y el padre) de todas las conspiraciones. El que para muchos es eje del mal. La pareja que, según aseguran los conspiracionistas por diversión o por firme creencia, quiere pervertir a la humanidad para que se rinda al materialismo más salvaje. Y no, no son Kanye West y Kardashian (aunque podrían, porque teorías peregrinas hay para todos). Son Jay Z y Beyoncé. El matrimonio vive bajo un escrutinio continuo de webs que analizan sus gestos, vestimenta, canciones y actuaciones.
¿Las acusaciones? Tener a una hija, Blue Ivy, con un nombre que, en realidad (dicen), es un acrónimo de Born Living Under Evil, Illuminati Very Youngest (nacida bajo el poder demoníaco, la illuminati más joven). Vestir símbolos demoníacos (foto inferior), crearse alter egos para destacar su lado satánico (el álbum de Beyoncé I’m Sasha Fierce), glorificar a María, la protagonista del del filme de culto Illuminati Metropolis (foto 5), pasarse el día haciendo símbolos más que explícitos (última foto del artículo) o, incluso, ejercer como amo y maestro de la perversión de las futuras esclavas sexuales que no vienen del Club Disney, como es el caso de Jay Z.
Muchos compararon el vestuario de Beyoncé en Sasha Fierce con una oda a la deidad de los templarios, Bafomet.
Al parecer el padrino de Rihanna, otra esclava del sistema, hizo de maestro de ceremonias y perversión al cantar con ella Umbrella, el hit que le llevó a la fama. Si alguien pensaba que la letra de las de Barbados era sobre estar bajo el paraguas, estaba equivocado. Muchos creen que en realidad estaba haciendo una analogía sobre estar bajo la influencia del demonio.
Desde entonces, Rihanna ha jugado con esta ‘leyenda’ y hasta dejó caer el texto ‘princesa de los Illuminati’ en el videoclip S&M, que rodó bajo las órdenes de Jonas Åkerlund (al que también le cayó lo suyo en Internet cuando juntó a Beyoncé y Lady Gaga en Telephone).
Rihanna alimentó los rumores sobre su pertenencia al grupo al ponerse unas orejitas e incluir el texto ‘princesa de los Illuminati’ en el videoclip S&M.
Imagen YouTube
Provocando a la conspiranoia (o no), Internet no dejará de jugar a buscar el símbolo Illuminati de turno. Que las cantantes que venden millones de discos sean vistas como marionetas de una industria que las pervierte no sorprende a nadie (ya se lo advirtió Sinead O’Connor a Miley Cyrus). Pero de ahí a que cada vez que una estrella ingrese en una clínica de rehabilitación sea para recibir una sesión de electroshocks y control mental hay un abismo.
La conspiranoia dice que Britney Spears se rapó en 2007 y tuvo una crisis nerviosa por los años y años de control mental que había sufrido desde niña. Que Lady Gaga es su ‘mascota’ más activa y que muchas de estas estrellas pueden ser programadas para llegar suicidarse o incluso asesinar a gente. Pero, ¿esa no era exactamente la trama de Zoolander? Vaya, ahora resulta que Ben Stiller ya nos lo había advertido hacía años y nosotros riendo a carcajadas sin tomárnoslo en serio.
Para los conspiracionistas, ‘Metrópolis’ de Fritz Lang es un filme de culto entre los Illuminati. Por eso, en teoría, las cantantes, como Beyoncé o Lady Gaga, rinden tantos homenajes al personaje de Maria.
Cordon Press/ Getty
¿Retroalimenta Jay Z toda la conspiranoia que hay sobre su pertenencia a los Illuminati?
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