Calista Flockhart, el regreso de la incomprendida estrella que antepuso su familia al glamour de Hollywood
La que fuera protagonista de ‘Ally McBeal’, tras años alejada de las cámaras, volverá a la pequeña pantalla el próximo año de la mano de Ryan Murphy.
En septiembre de 1997, tan pronto se estrenó Ally McBeal en la Fox, Calista Flockhart pasó a convertirse en una estrella internacional. Hasta esa fecha, únicamente había protagonizado varias producciones de la escena Off-Broadway y algún que otro papel menor, tanto en la televisión como en la gran pantalla. Sin embargo, pese a los buenos datos de audiencia que cosechó la ficción creada por David E. Kelley –en especial, sus primeras cuatro temporadas– fueron muchas las voces que se ensañaron con la actriz por motivos tan variopintos como su extrema delgadez o, verbigracia, encarnar a una histriónica soltera amante de las minifaldas.
El 29 de junio de 1998, cinco meses después de alzarse con el Globo de Oro a la Mejor Actriz de Comedia por una serie televisiva, los quioscos estadounidenses amanecieron con una controvertida portada de la revista Time. En ella aparecían las cabezas de Susan B. Anthony, Betty Friedan y Gloria Steinem, en blanco y negro, acompañadas de la de Calista Flockhart –no Ally McBeal– en color. En el titular rezaba una pregunta: “¿Ha muerto el feminismo?”.
“Gran parte del feminismo ha involucionado hacia la tontería. Y para ello cuenta con un poderoso apoyo: una cultura popular que insiste en ofrecer imágenes de mujeres solteras adultas como chicas agobiadas y ensimismadas”, escribió entonces la columnista Ginia Bellafante. Y añadió: “La serie, para los pocos que se la hayan perdido, se centra en una abogada de 28 años, de la Ivy League de Boston, que nunca parece necesitar ropa para ocultar el cuerpo que el clima del noreste suele requerir. Ally pasa gran parte de su tiempo fantaseando con su exnovio, que está casado y en el despacho de al lado, y se las arregla para hacer referencias a su maltrecha vida amorosa en casi todas sus intervenciones. Sufre ataques en los supermercados porque hay muy pocas latas de Pringles. ¿Cuándo trabaja, cómo mantiene su empleo, por qué cree que está bien preguntarle a su secretaria por qué no le ha hecho un regalo de cumpleaños…? Son todos misterios”.
Por extraño que parezca, la actriz nunca se defendió de aquellas críticas. Quien sí habló de ello fue Ken Olin, productor ejecutivo de Cinco hermanos, la serie con que la volvió a la televisión tras Ally McBeal. “Dondequiera que aparezca, por la razón que sea, es un pararrayos para los medios de comunicación, el escrutinio y un cierto tipo de resentimiento. Ha tenido que ser duro para ella. Hirió sus sentimientos. Cuando se te considera un icono y personificas cosas que molestan a mucha gente, como una mujer neurótica y hambrienta de hombres que supone un retroceso para las mujeres inteligentes y liberadas, la gente se ensaña contigo. El personaje de Ally McBeal representaba algo que ella no es”, verbalizó en Los Angeles Times.
Flockhart no respondió públicamente a sus detractoras porque tenía la mente puesta en algo más importante: a principios de 2001, un año antes de que la Fox cancelara Ally McBeal, adoptó a un recién nacido llamado Liam. De hecho, aunque no cesaba de recibir ofertas laborales interesantes, aguardó un lustro para ponerse delante de las cámaras: su prioridad era su bebé. Solo accedió a interpretar a la republicana Kitty Walker, en Cinco Hermanos, cuando le garantizaron que no tendría que moverse de Los Ángeles y rodaría, como máximo, dos o tres días por semana.
“Ciertamente, eché de menos la actuación. Pero me encantaba ser madre”, confesó en 2006 a CinemaBlend acerca de cómo conciliar la vida personal y profesional. “Como cualquier madre puede decirte, te quedas en casa con un niño de dos años las 24 horas del día, se te llena el cerebro de papilla y empiezas a desear estar trabajando. Y luego, cuando trabajas, lamentablemente deseas estar en casa. Es un duro dilema que ahora comprendo”.
Asimismo, a Flockhart también se le cuestionó por su relación con Harrison Ford. Desde que se conocieron en los Globos de Oro de 2002, donde el actor fue galardonado con el premio Cecil B. DeMille por su trayectoria, muchos tabloides dudaron de que lo suyo fuera a funcionar. ¿El motivo? Su diferencia de edad. “No me molesta. A veces, incluso, digo: ‘Vaya, sigo olvidando que es 22 años mayor que yo’. No influye para nada en nuestra relación. Me gusta su aspecto a primera hora de la mañana. No es guapo, es más bien mono. Parece un niño pequeño”, declaró a Hello! Magazine en 2003. Los malos presagios nunca se cumplieron: en 2010 se casaron en Santa Fe, en una ceremonia informal en la que él lució unos vaqueros Wrangler y ella un modesto vestido blanco, y a día de hoy forman una de las parejas más sólidas y longevas de Hollywood.
La última vez que la actriz participó en un largometraje fue en 2005. Concretamente, en el thriller sobrenatural Frágiles, dirigido por el catalán Jaume Balagueró. Y, en lo que a la televisión se refiere, una vez concluyó Cinco hermanos, apenas se le ha podido ver en dos capítulos de Web Therapy -en 2014-, la segunda temporada de Full Circle -en 2015- y en Supergirl. En esta última, su participación menguó considerablemente: dado que la serie dejó de rodarse en California y se trasladó a Vancouver para abaratar gastos, Flockhart solo se prestó a estar alejada de su familia durante la segunda temporada. Esa es la razón por la que de la tercera a la sexta apareció en contados episodios.
El resurgimiento de Flockhart, de todos modos, es una realidad. Este mismo año, aprovechando que su hijo empezó la universidad y abandonó el nido familiar, protagonizó en el teatro Geffen Playhouse, de Los Ángeles, una nueva versión de ¿Quién teme a Virginia Woolf?. Además, se ha confirmado que el próximo año podremos verla encarnando a Lee Radziwill, la hermana de Jackie Kennedy, en la esperada segunda temporada de Feud, la serie creada por Ryan Murphy, Jaffe Cohen y Michael Zam. A punto de cumplir 58 años, la actriz que reniega de las redes sociales –no tiene ninguna cuenta activa– y antepuso sus seres queridos a la fama, ya lo tiene todo listo para volver a brillar.
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