Nora Attal: así es la modelo que lee a Marx y quiere trabajar menos para vivir mejor
Dice que el Black Lives Matter abre puertas a visibilizar otras formas de racismo. De ascendencia marroquí, y fiel al espíritu combativo de su generación, charlamos con la modelo que está por todas partes
Con una plácida banda sonora de pájaros piando de fondo al otro lado de la línea, descuelga el teléfono desde Sussex, al sur de Inglaterra, en la casa familiar de veraneo. Lo hace pocas horas después de posar para las fotos que acompañan estas páginas y tras desfilar por el instagrameable campo de trigo del último show (con distancia social) de Jacquemus en el Val-d’Oise francés. «Fue inspirador, ¿verdad?», dice Nora Attal sobre el espíritu romántico y de plenitud que desprendían aquellas imágenes, listas para activar un resorte mental de libertad que parecía haberse cerrado en nuestras cabezas tras el confinamiento más severo. Ella también está lista para sentirla de nuevo, y quiere hacerlo bajo sus propias reglas: trabajar, pero siendo más selectiva. Vivir mejor.
Desde que el fotógrafo Jamie Hawkesworth la descubrió a los 14 años en un casting en su colegio en Londres, la modelo se había quemado sin saberlo. No paraba. «Me pasaba el día trabajando. Llegaba a casa, dormía en mi cama y me despertaba para coger un vuelo y trabajar. Así fue mi vida durante los últimos tres años y medio antes del coronavirus. Pensando en dónde tenía que volar, adónde tenía que ir. Siempre en el futuro, en las conversaciones pendientes, en la gente a la que tenía que ver porque no tenía tiempo para hacerlo. Agotador».
Basta con echar un vistazo a su currículo para entender esa sensación que ahora la abruma. Attal lo ha hecho prácticamente todo en los últimos cinco años: desde el lujo más exclusivo (Alexander McQueen, Prada, Loewe, Chanel, Céline en la era Phoebe Philo, Valentino, Balmain, Moschino, Carolina Herrera o desfiles de Dior Alta Costura) a firmas para connaiseurs de los nuevos cultos cool (Khaite, Self-Portrait o N °21) o portadas que van desde Vogue (Arabia, México, UK) a Puss Puss o Porter. «El confinamiento me ha enseñado a ser más selectiva, pensar en el ahora y no estresarme tanto. Aunque siempre me he sentido en este oficio como una intrusa, me encanta lo que hago. Quiero seguir, pero ahora, para mí es prioritario encontrar un equilibrio: necesito ese tiempo para ver a mis amigos y a mi familia».
De ascendencia marroquí –los orígenes de su familia están en Larache, ciudad portuaria donde ella solía pasar todos sus veranos de niña–, Attal tiene claro que debe reivindicar sus raíces y luchar contra el racismo o la discriminación de forma transaccional. «Soy activista y soy feminista. Aprovecho mi plataforma para tratar de concienciar sobre las desigualdades ya sea de género, clase o raza». Como cuando voceó desde su Instagram, mucho antes del tsunami del #BlackLivesMatter por el asesinato de George Floyd, el racismo cotidiano que se vive en su gremio: que modelos no blancas fuesen continuamente confundidas con otras modelos en revistas o redes sociales. «Lo que empezó como #BlackLivesMatter está mutando hacia el debate de lo Bipoc (acrónimo, por sus siglas en inglés, de ‘Black, Indigenous, and People of Color’, que traducido al castellano serían personas negras, indígenas y gente de color). Esto abarca mucho más. Creo que es necesario prestar atención, porque hay rastros de racismo en otras razas, y se deben denunciar».
Asegura no haber sufrido directamente episodios racistas traumáticos, pero pide que la moda sea más diversa de forma estructural. «No solo en los castings, que ya lo son, sino también entre la gente que toma decisiones y tiene el poder». Está preparada para todo y no teme a la exposición en redes sociales: «Cuando algo es relevante, me obligo a postear sobre ello. Pero, antes, me informo bien. Así nadie me puede atacar. Si lo hacen, tendré respuestas». Para saberlas, basta con echar un vistazo a su lista veraniega de lecturas: Tiempo de migrar al norte, la novela árabe sobre el impacto del colonialismo británico, o Karl Marx: «Me interesa mucho su vertiente filosófica».
Modelo: Nora Attal (Viva Models).
Realización: Sam Ranger
Maquillaje: Neil Young (The Wall Group).
Peluquería: Nao Kawakami (The Wall Group).
Manicura: Nickie Rhodes Hill.
Producción: NM Productions.
Asistentes de fotografía: Maya Skelton y Katie Burdon.
Asistente de estilismo: Richard Sarpong.
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