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En el probador del futuro no hace falta desnudarse

Inditex, Google y Alibaba están desarrollando sistemas para que el cliente no tenga que enfrentarse a ‘las incomodidades’ del popular habitáculo.

Las grandes empresas de la moda se han propuesto terminar con todo lo engorroso de probarse ropa.
Las grandes empresas de la moda se han propuesto terminar con todo lo engorroso de probarse ropa.Getty

Comprar nos da subidón, eso es un hecho. Nuestra hormona del placer, la dopamina, no se activa solo con la comida, el sexo o el ejercicio, también hace su aparición cuando encontramos, por ejemplo, una ganga inesperada. Tanto a pie de calle, como en el mundo online, las marcas se esfuerzan por hacer que nuestra experiencia de compra sea lo más agradable y rápida posible. Pero en las tiendas físicas esto no siempre resulta sencillo, la masificación que sufren las ciudades, provoca, sobre todo si nos referimos a la compra de ropa en núcleos comerciales concurridos, abundantes colas en los probadores de las grandes marcas de moda, una situación que estas mismas empresas han aprovechado para incentivar la venta online, aunque, por supuesto, también quieren mantener sus ventas físicas. ¿Cómo conseguirlo? Una buena opción, sobre la que muchas marcas están ya trabajando, es la de aportar un valor añadido a esos probadores a los que debemos enfrentarnos para saber si nuestra ansiada prenda está hecha o no para nosotros. Y ese valor añadido en el siglo XXI se traduce en probadores interactivos, espejos inteligentes y hasta avatares de nuestro cuerpo.

Inditex, siempre innovando, ya empezó en 2015 a instalar probadores interactivos en algunas de sus tiendas, como el Zara situado en Mercado de San Martín, en San Sebastián. En sus probadores el cliente dispone de una pantalla tipo tableta con la que puede comunicarse con el mostrador de acceso para pedir otra talla o color de las prendas que haya elegido. Esos artículos han sido escaneados previamente por el personal de la tienda y de esa forma se introducen las prendas en la tableta, que además puede así darnos más ideas con las que completar nuestro look. Algo así como un personal shopper, pero virtual. Otro gigante de Inditex, Massimo Dutti, inauguró el año pasado dos grandes flagship stores, una en el cotizado paseo de Gràcia barcelonés, y otra en una de las principales vías comerciales de A Coruña, donde también implementaron estos probadores interactivos pero introduciendo además otras novedades, como la caja móvil, que ofrece la posibilidad de pagar dentro del mismo probador gracias a un datáfono que permite pago con sistema contactless, pin o banda magnética. Además de ser mucho más rápido, así no hay peligro de que lo pensemos dos veces antes de llegar a la caja y hacer la pertinente cola.

La empresa de Amancio Ortega apuesta además por otras innovaciones tecnológicas, como el sistema Rfid con el que pueden saber en tiempo real dónde se encuentra cada una de sus prendas y que permite que el probador interactivo las identifique. Funciona como un código de barras pero con mucha más información. También han puesto en marcha tiendas eco-eficientes donde tanto el sistema de iluminación como la climatización están pensados al milímetro para ahorrar el máximo de energía, reduciendo el consumo de electricidad hasta en un 30%. Y uno de sus últimos experimentos ha sido la realidad virtual a través de la app de Massimo Dutti para smartphones con la que hay que utilizar unas pequeñas gafas. Para conseguirlas solo es necesario realizar un pedido a través de la plataforma online de la marca. Las gafas y las instrucciones llegan de regalo en el paquete.

Otra de las posibilidades que ofrece la tecnología, ideal para perezosos y perezosas, o para los que simplemente tienen mucha prisa, es la de probarse ropa sin necesidad de desnudarse gracias a los espejos inteligentes. Grandes empresas como Toshiba, Samsung o Panasonic están apostando, y experimentando, con este nuevo concepto que podría transformar la experiencia del consumidor en muy poco tiempo. Un método que también puede aplicarse a otras áreas, como la cosmética, y con el que sería posible ahorrar mucho tiempo e incluso prescindir de los probadores… y hasta de los dependientes, uno de esos trabajos que peligra en el siglo de la revolución tecnológica. El funcionamiento del espejo inteligente es muy sencillo: solo hay que plantarse frente a él para que identifique nuestro cuerpo y elegir las prendas que nos gustan, éstas se irán superponiendo a nuestra imagen en el espejo. Gracias a un software de virtualización y a unos sensores 3D la ropa se ajustará perfectamente a nuestras medidas. Por supuesto, el espejo también nos dará recomendaciones de estilo. Aunque el invento al principio resultaba un tanto cutre, poco a poco ha ido perfeccionándose y firmas como Ralph Lauren o Uniqlo ya están apostando por estos “espejos mágicos” que además, gracias a su conexión Wifi, permiten compartir la experiencia con amigos y familiares que pueden opinar en tiempo real sobre cómo nos sientan las prendas que el espejo se prueba por nosotros. Hasta la consola Xbox One se ha apuntado a la moda de la superposición de prendas a través de su aplicación The Mall. En este caso hay que situarse frente al televisor, pero el funcionamiento es el mismo.

Google también se está poniendo las pilas con su proyecto de exploración 3D al que ha llamado Tango. Con él han desarrollado una nueva aplicación para la marca Gap que permite a los usuarios probarse la ropa con un avatar 3D digital. Los avatares son una de las grandes bazas del comercio de moda online, cuyos consumidores nunca están totalmente seguros de si la ropa que compran les va a sentar bien, lo que provoca que en muchos casos la compra no se realice. Para solucionarlo no paran de surgir desarrolladores de este tipo de probadores virtuales, como Fits.me, que son utilizados ya por muchas marcas de moda. Ofrecen la posibilidad de que uno mismo cree su avatar, introduciendo sus medidas exactas para jugar después a aplicar la ropa que le interese. Quizás no sea todavía perfecto, pero desde luego es muy entretenido.

Otra opción que puede ser realidad muy pronto es la posibilidad de comprar en una tienda física… sin salir de casa. Hablamos, claro está, de la realidad virtual. Alibaba, el monstruo asiático, ya ha estado testando esta posibilidad a través de las gafas de realidad virtual HTC Vive recreando una tienda que permite a los clientes convertir su cómoda compra online en una experiencia de compra física, puesto que el usuario tendrá la sensación de pasear por un gran establecimiento. Además, no faltarán los asistentes robotizados que pueden recomendar nuevos productos y asesorar al cliente en todo aquello que necesite. Eso sí, la realidad virtual no es barata, recrear cada producto de forma tridimensional tiene un coste de unos 50 euros, así que de momento solo está al alcance de los grandes.

En nuestro país, la empresa catalana Gravient también trabaja con realidad virtual con una idea similar: que el cliente entre en ese entorno virtual para realizar una compra que parezca física. Además, analiza la experiencia del usuario trackeando sus pupilas mediante mapas de calor, así pueden captar hacia donde se dirigen sus ojos en el proceso de la compra virtual para observar qué productos le interesan o qué productos desecha. Todo esto permite realizar una exhaustiva analítica de datos que puede ser muy útil para las marcas. En cuanto al usuario, analiza sus patrones de conducta para aconsejarle y recomendarle otros productos basados en sus gustos y necesidades. Al final va a ser cierto eso de que la realidad supera a la ficción.

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