El estilo de Kate Middleton divide a sus compatriotas
Los «supertacañones» de la moda británica le dan la espalda a la Duquesa de Cambridge pero los medios y el pueblo la rescatan.
Al final va a ser que no somos los únicos que no barremos para casa cuando toca evaluar el estilo de la rama postiza de nuestra realeza: el martes se hacía publica la lista de nominadas al British Style Award, convocado cada año por el organismo encargado de dar impulso a los diseñadores británicos, y Kate Middleton no lograba colarse por méritos propios entre las dieciocho candidatas a mejor embajadora de la moda de su país. Eso hasta que llegó la llamada de los medios a ser considerada como postulante y la votación popular hizo el resto.
Poco después de publicarse los nombres de las escogidas por el British Fashion Council, varias cabeceras publicaban sendos artículos en los que ponían el grito en el cielo ante semejante desconsideración, visto el dudoso color patriótico de algunas de las contendientes. Por citar algún nombre: Lara Stone, Victoria Beckham, Alexa Chung, Emma Watson o Florence Welch. El primero en agitar a las masas fue el Daily Telegraph. La publicación exponía sus contundentes argumentos en favor de Catalina y montaba toda una campaña para que ésta fuera tenida en cuenta. Dos días después apuesto a que es la que más votos está arañando en el renovado directorio.
Kate Middleton con un diseño de Alexander McQueen en un acto militar.
Cordon Press
Y es que lo que se juzga en esa lista no es ser más o menos estilosa. La mayor de los Middleton no puede competir en desparpajo o atrevimiento con Daisy Lowe, Vivienne Westwood, Tilda Swinton o Daphne Guiness. La corrección no hace al icono y muchas veces sus looks entran con calzador real en los rankings de estilismos más deseados. Ahora: otro gallo cantará si Anna Wintour consigue que acepte posar para una de sus portadas. Por muchos dimes y diretes, no hay esfuerzo que pueda hacer ningún comité equiparable a la promoción que supuso su boda.
Más de 24 millones de personas vieron en directo el enlace solamente en las islas británicas. A todo ello hay que sumarle la cobertura en internet y las rotativas en papel que circularon al día siguiente por medio planeta y de los que todavía hoy se escupen ejemplares. La firma Alexander McQueen era, seguramente, una gran desconocida para la mayoría hasta ese día; tras analizarse con la precisión de un CSI cada puntada del vestido de la novia y aunque muchos se lían todavía si oyen el nombre de Sarah Burton, McQueen – ni Steve, ni Rayo– es un apellido del que cuelga un sambenito con falda escocesa. Igual que Whistles, Amanda Wakeley, Joseph, Catherine Walker, Reiss o Issa, otras de las marcas con base en Londres que como la casa de la calavera, siempre la acompañan.
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