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«Ding Dong», por Eva Hache

«A mi casa no vienen los Reyes Magos porque mi padre dice que somos republicanos».

Eva Hache

TODOS A CORO: ¡Feliz Navidad!
Besos, besos y más besos. BESOS bESos bESOs, beSOS.

UNA: Feliz, feliz. Pasad, pasad.
OTRA: ¿Nos quitamos los zapatos?
UNA: No, hija, aquí podéis lucir los tacones, que venís todos guapísimos. Si se nos fastidia el parqué, ya acuchillaremos. (Risa forzada).
OTRA: ¿Lo de acuchillar va con segundas? (Risa más forzada todavía).
UNA: No, mujer. ¡Qué cosas tienes! (Risa irónica).
OTRA: Bueno, las cosas a las que nos tenía acostumbrados tu madre, Dios la tenga en la Gloria, que nos hacía pasarnos nochebuenas, nocheviejas, navidades y añonuevos deslizándonos sobre pañitos. Que parecía vuestra casa la final del mundial de patinaje artístico de Saporo. (Risa sardónica).
UNA: Pobre, igual lo hacía para compensar los atracones y que os pudierais ir a casa con el culo en su sitio. (Como ya no queda adjetivación posible para risa más falsa, se ríe como puede mientras todos pasan al salón y nosotros pasamos a lo siguiente).
UNO: El asado ya casi está, mira cómo huele. (Palmada en el lomo).
OTRO: ¿Lo haces tú, no? Como siempre, que a tu mujer se le da mejor cortar el jamón. (Doble palmada en el lomo).
UNO: Como siempre, sí, es que ella es de loncha fina. Yo soy más de tacos. (Triple palmada en el brazo).
OTRO: Es verdad que hablas mal. (Frotándose el brazo porque le pica). ¿Dejo aquí las croquetas?
UNO: Ahí, en la encimera, que tenemos que dejar sitio para el marisco.
OTRO: ¡Para el marisco siempre hay sitio! (Sacudiendo una colleja por venganza).

NIÑO: A ver si cenamos ya, que yo quiero que venga Papá Noel.
NIÑO: ¿Si viene Papá Noel no vienen los Reyes?
NIÑO: En nuestra casa no, porque mi padre dice que somos republicanos.
NIÑO: Pues yo, cuando sea mayor, voy a pedir muchos regalos.
NIÑO: Pues yo, cuando sea mayor, voy a pedir muchos más regalos.
NIÑO: Pues yo voy a pedir muchos, muchos, muchos más regalos y hasta el infinito y voy a pedir que no seamos mayores nunca jamás.
NIÑO: Pues yo, si no somos mayores, voy a pedir que Papá Noel sea mi padre.
NIÑO: Pues yo me pido que los Reyes sean mis padres.
NIÑO: Pues no puede ser porque los Reyes no son padres.
NIÑO: Y Papá Noel tampoco.
NIÑO: Sí, porque se llama Papá.
NIÑO: Y los Reyes sí son padres porque tienen hijos que se llaman Felipe y Elena y Letizia.

Y así van llegando todos hasta 17 adultos, seis niños, un canario y dos perros. Total: 26 seres vivos. Sin contar las chinches del abrigo de la tía abuela Elvira (que solo sale de unas inactivas bolas de naftalina para celebrar navidades y funerales de invierno) y los ácaros de sofás y colchones (que no se cuentan porque, como todos saben, son invisibles al ojo humano y se alimentan de nuestras pestañas y padrastros).

Y, como otro año más, se sentarán a la mesa, cenarán, se enchisparán, cantarán villancicos y alguna canción verdonga y se harán bromas. Todo con el convencimiento de que se quieren, que son gente normal y no como esos que no se soportan y se han de quedar solos en casa en fechas tan familiares y hasta el año que viene.

PERRO: ¡Uy, qué culito! (Olisquea).
PERRO: ¿Me están mirando el culo?
¡Uy, qué culito! (Olisquea).
CANARIO: Aquí huele a gas. (Olisquea). Aquí huele a gas. (Olisquea) Sí, huele a gas.
Huele a gas.

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