5 pasos esenciales para un rostro joven (según los expertos)
El paso del tiempo no puede detenerse, pero sí que podemos evitar que deje huella en nuestro rostro. De la mano de la parafarmacia online Welnia y las recomendaciones de sus farmacéuticos, hemos elaborado una guía práctica con los cosméticos y los gestos antiedad para presumir de eterna juventud.
Con 20 años lo último en lo que pensamos es en las arrugas. Nuestra piel irradia juventud y nuestros esfuerzos se centran más en controlar el acné. ¿Estamos cometiendo un error? “Cuanto antes empecemos a cuidar nuestra piel, menor será el camino que tengamos que recorrer para mantenerla cuidada y joven”, previene la farmacéutica, especialista en Dermocosmética, Lucía López-Cotelo Sancerni. “Para ser más concretos, se recomienda empezar un poco antes de los 25 años, que es el momento en el que la producción de colágeno por parte de nuestras células comienza a descender. Lo que se traduce en una pérdida de firmeza y elasticidad de la piel, junto con la aparición de las primeras arrugas y líneas de expresión”, puntualiza.
No podemos detener el paso del tiempo, al menos de momento, lo que sí podemos prevenir es la huella que deja en nuestro rostro. El primer paso es no abusar del sol y ser fiel a un protector solar de alto espectro, en palabras de experto, “el mejor tratamiento preventivo para evitar el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas”. Superada cierta barrera de edad —esos 25 años de los que habla la farmacéutica—, nuestra piel necesita unos cuidados específicos que le ayuden a realizar sus funciones. En este sentido, la cosmética antiedad es el secreto de la (casi) eterna juventud. Abarca todos los signos de envejecimiento de la piel, pero en especial las primeras manifestaciones de deterioro cutáneo: arrugas, flacidez, pérdida de luminosidad, manchas o líneas de expresión. En colaboración con la parafarmacia online Welnia, hemos elaborado un decálogo a prueba de pereza de los productos y cuidados imprescindibles que debemos tener en cuenta para presumir de juventud, sin pactar con el diablo.
Un limpiador suave, adecuado a nuestra piel
“Para tener un rostro joven no debe faltar en nuestro neceser una rutina completa de tratamiento adaptado a nuestro tipo de piel, ya sea mixta, grasa o seca”, explica López-Cotelo. Tampoco sirve de nada la mejor crema hidratante si la piel no está preparada previamente. La limpieza facial, por la mañana y por la noche, es la base de un rostro cuidado: elimina las impurezas que se acumulan en la piel y solo así los productos serán de verdad efectivos.
Las opciones se han multiplicado con los años: jabones líquidos, leches limpiadoras, mousse, micelar… Hay para todos los gustos, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de elegirlo? “Un limpiador tiene que ser lo menos agresivo posible con la piel”, resuelve la experta en Dermocosmética. “La mayoría de los limpiadores se basan en la eliminación de las impurezas y exceso de grasa de la piel. Un limpiador muy agresivo, aparte de eliminar la suciedad acumulada en el rostro, también eliminaría la barrera protectora natural de la piel, cuya naturaleza es grasa, pudiendo dañar la epidermis, provocando rojeces, picores y descamación. Por eso, además de contener agentes limpiadores, también deberían contener una pequeña parte hidratante que ayude a reponer parte de los lípidos retirados en la limpieza”, explica.
Honrarás al sérum por encima de todas las cosas (y antes de la hidratante)
En cosmética, el orden de los productos, sí altera el resultado. Después de la limpieza y el tónico, y antes de cualquier crema hidratante, hay un paso que no deberíamos pasar por alto. “El sérum es un imprescindible para el cuidado de la piel porque es un producto altamente concentrado en activos. Actúa sobre las capas más profundas de la piel y complementa al tratamiento en crema que, a diferencia del sérum, tiene una concentración en activos algo menor y las funciones son diferentes”, puntualiza la farmacéutica Lucía López-Cotelo Sancerni.
El tamaño reducido de sus partículas hace que penetren de forma más profunda y efectiva en nuestra piel. Además, esa concentración de propiedades nos permite elegir el más adecuado a nuestras necesidades. “Los más interesantes son aquellos con altas concentraciones de vitamina C o E, colágeno o ácido hialurónico, que van a ayudar a hidratar y revitalizar la piel en profundidad aportando luminosidad”, explica la experta. Unas gotas son suficientes para revitalizar nuestro rostro. “En cuanto a la textura, se recomiendan las más ligeras, para evitar la sensación de piel sobrecargada. Recordemos que el sérum es un tratamiento base para el resto de productos que se aplicarán después”.
Movimientos antiedad
Llegados al momento de la crema hidratante, hay dos puntos que debemos tener en cuenta. El primero, separar: lo ideal es tener una crema de día, más hidratante y con protector solar; y una específica de noche, más nutritiva y con propiedades regeneradoras. Muchos cosméticos de noche contienen activos, como el retinol, que a la luz del día pueden provocar manchas. El segundo, aplicarla bien. “La forma en la que se masajea la piel al aplicar una crema influye en la estimulación del flujo sanguíneo que ayuda a mejorar la penetración de los activos en la piel”, apostilla la farmacéutica.
Al margen de los rodillos de jade y las piedras de masaje que invaden Instagram, los movimientos que ejecutamos cuando aplicamos los cosméticos son un tratamiento antiedad en sí mismo. “Lo ideal es que se realice mediante movimientos suaves y circulares desde el centro hacia los lados, y en sentido ascendente para ayudar a contrarrestar el efecto de la gravedad, sobre todo en la zona del mentón, la mandíbula inferior y los pómulos”, explica. “En el caso de la frente, se recomienda realizar estiramientos suaves desde el centro hacia los lados para ayudar a suavizar las líneas de expresión que aparecen en esta zona”.
No te olvides de los ojos
“Las zonas que suelen ser las grandes olvidadas, sobre todo en personas más jóvenes, son el contorno de los ojos y los labios. No hay que olvidar que son zonas sometidas a mayor actividad por ser las que más implicadas están en la expresividad facial», explica López-Cotelo, que insiste en la importancia de prestarle atención cuanto antes para que la actividad muscular y el paso del tiempo no provoque las temidas líneas de expresión. La elección del contorno de ojos perfecto vuelve a depender de nuestra piel y lo certifican las múltiples opciones disponibles en parafarmacias como Welnia: antiedad, tensor, descongestionante… “Existen productos enfocados a reducir las líneas de expresión que producen las ‘patas de gallo’, que deben contener, por ejemplo, alguno de estos ingredientes: ácido hialurónico; activos vegetales con acción similar al bótox, o retinol en la concentración adecuada”, enumera la experta.
La aplicación del contorno de ojos siempre genera muchas preguntas: ¿Cuál es la cantidad correcta? ¿Lo debemos extender sobre los párpados? ¿Lo estamos haciendo bien? “Hay que tomar una cantidad de contorno de ojos del tamaño de un grano de arroz con el dedo corazón o anular y aplicarlo a pequeños toques, desde la zona de la ojera más cercana al tabique nasal hacia el exterior, subiendo hasta la zona del párpado superior e incidiendo en las áreas que más interese tratar (bolsas, ojeras, patas de gallo…)”, resuelve la farmacéutica. ¿Un truco de experto? “Guardar el contorno de ojos en la nevera y aplicarlo en frío para potenciar los efectos”.
Antes del pintalabios, un buen bálsamo labial
“Si estás triste, ponte pintalabios”. Tenemos grabado el consejo de Coco Chanel y lo seguimos siempre que es necesario. Pero muchas veces se nos olvida que no basta solo con pintar; los labios tampoco son ajenos a los radicales libres y al envejecimiento, provocando la aparición de líneas de expresión o la pérdida de firmeza en las comisuras de la boca. “La piel de los labios es muy fina y no cuenta con las mismas capas que el resto de la piel del rostro. Está más expuesta a los agentes externos (frío, rayos UV) y sufre más los efectos de estos, deshidratándose y dañándose con más facilidad”, explica López-Cotelo.
Toma nota: un labial hidratante no debe faltar en nuestro neceser (ni en nuestro bolso). “Mejor si contiene protección frente a rayos UV”, puntualiza la experta, “y utilizar productos que ayuden a mantener la firmeza de la zona estimulando la producción de colágeno. También es conveniente exfoliar los labios una vez a la semana para favorecer la renovación celular”.
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