Alerta tendencia: estas son las botas que vas a ver por todas partes
El calzado de la próxima temporada tiene la punta afilada y viene del Lejano Oeste. ¿Por qué vuelven a ponerse de moda las botas ‘cowboy’?
Ni sandalias tipo pala, ni de tiras finas. Las que más saben de moda –editoras, estilistas e influencers– pasaron de las tendencias más obvias de calzado veraniego para asistir a la semana de la alta costura. Las botas cowboy se convirtieron en el zapato más fotografiado de las calles parisinas. No es casualidad: Calvin Klein, Céline o Coach ya las subieron a la pasarela en sus colecciones para esta primavera y llevan meses dejándose ver, de cuando en cuando, en los looks de las fashionistas de pro. Hasta Clare Waight Keller, la diseñadora al frente de Givenchy, las ha lucido para salir a saludar al final de sus desfiles. Pero todo apunta a que será este otoño cuando de verdad van a arrasar y estos estilismos veraniegos, recién llegados de París, sirven de prueba y de inspiración. Y constatan, al mismo tiempo, que poco les importa a las creadoras de tendencias que las temperaturas superen los 30 grados cuando se trata de sentar cátedra. Con vestidos o pantalones cortos, las botas del Lejano Oeste son, desde este momento, el nuevo objeto de deseo.
Las botas que llevó Madonna en el videoclip de Don’t tell Me a principios de los 2000 o popularizaron las chicas del Bar Coyote en la misma época regresan ahora en estilismos que dejan a un lado la América profunda mezclándose con prendas mucho más delicadas y fáciles de llevar en el día a día. Tampoco forman parte ya del imaginario bohemio; ese que se bautizó como boho chic y que popularizaron figuras como Sienna Miller o Kate Moss. Las botas camperas en 2018 se combinan con vestidos midi, faldas de todo tipo y pantalones cropped. Las más arriesgadas incluso se atreven a llevarlas por fuera de un pantalón de traje, pero esta última opción quizá es mejor no intentarla en casa.
Este tipo de calzado se ha puesto de moda (para después caer en el olvido) en infinitas ocasiones y muchas veces el celuloide ha sido el responsable de que vuelvan a brillar (ahora podríamos decir que la culpa la tiene la televisión, con series como Westworld). La estética posthippy de los 70 las incluyó en su armario y se han convertido en símbolo estético de infinitas estrellas del country como Dolly Parton. En la pasarela vuelven cíclicamente: desde la colección primavera-verano 1992 de Thierry Mugler (en la que, por cierto, desfiló Ivana Trump), hasta las de Miu Miu a finales de los 90 o su apogeo en los 2000. En aquellos años eran el complemento perfecto de editoriales de moda en los que la ropa –a excepción de las botas, claro– brillaba por su ausencia o su pequeñez. Britney Spears o Victoria Beckham no se las quitaban y solían combinarlas con estilismos en las antípodas de cómo se llevan hoy.
Ahora que vivimos en la era del calzado cómodo su regreso encaja en esa filosofía. Son confortables, apenas tienen tacón y tienen suficiente carácter y personalidad para convertirse en protagonistas de cualquier look. También tienen un punto tosco y hasta feísta, cualidades comunes a todos los calzados dignos de estar de moda en los tiempos que corren. Cuando la situación política de Estados Unidos atraviesa horas oscuras, los diseñadores vuelven a mirar a ese símbolo de la cultura americana para reinterpretarlo, según el caso, como crítica al presente o recuerdo de un tiempo mejor.
Las versiones que prometen arrasar los próximos meses son de todo pelaje. Desde los modelos más textuales que probablemente se encuentren más cómodos en un rancho que pisando asfalto, hasta interpretaciones un poco menos rudas y aptas hasta para ir a la oficina. Las de color blanco y caña baja se mantienen como las favoritas de las influencers y los botines en tonos más discretos son la opción perfecta para quienes deseen introducirse en el mundo de las botas camperas. Hood by Air, incluso, se atrevió a versionarlas con doble puntera en una creación tan viral como imposible. Las marcas más ortodoxas en este tipo de calzado comparten espacio con otras como Isabel Marant, Ganni, Gerard Darel o Chloé, que abrazan fuerte la tendencia: punta afilada que mira hacia arriba y tacón cubano. Todo apunta a que también el low cost se llenará de botas cowboy –¿o deberíamos llamarlas cowgirl?– a medida que vaya descubriendo sus nuevas propuestas para este otoño. Las verás por todas partes. No digas que no te avisamos.
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