Tres claves para teñirse en casa
Acertar con el tinte en casa tiene sus secretos. La cal del agua, los champús con sulfatos o el uso de peines metálicos pueden arruinar un buen color. Los expertos explican cómo impedirlo.
El 70% de las españolas se ha teñido alguna vez en su vida, según datos de L’Oréal. De ellas, un 22% lo hace en casa. Mejorar el cuidado del cabello a la vez que damos color es, ahora, una prioridad que se consigue siguiendo unas sencillas recomendaciones.
1. DAR EN EL CLAVO
«Lo primero que se debe hacer es valorar la sequedad y la textura del pelo», recomienda el peluquero Ángel Ostáriz. La razón: los puntos deshidratados absorben más el tinte y quedarán más oscuros. Para evitarlo, se recomienda nutrirlo, pero sin recurrir a fórmulas untuosas o con siliconas que dejen residuos. Otro consejo: no lavar la cabeza antes de teñir. «Los aceites naturales del cabello ayudan a que los pigmentos se adhieran a la fibra capilar», señala Fran Alemany, de Art Lab. Además, un cuero cabelludo limpio es más sensible a las reacciones alérgicas.
2. HUIR DEL QUÍMICO
Una vez teñido, es mejor no aplicar champús con sulfatos en el pelo: «Dañan las cutículas y levantan el pigmento artificial», apunta Ostáriz. Tampoco se recomienda usar herramientas metálicas, como peines, horquillas o papel de plata. «Si entran en contacto con una fuente de calor, pueden quemarlo y oxidarlo», afirma el colorista Eduardo Sánchez.
Prodigy de L’Oréal Paris (8,50 €).
Mirta Rojo
3. CUIDADO CON EL GRIFO
El cloro, el hierro y la cal pueden estropear el resultado. La solución pasa por agregar un filtro a la ducha: «Los depósitos minerales restan brillo al cabello y queda menos manejable», corrobora Alemany.
Gotas de uniformidad. La base del éxito es un resultado igualado de raíces a puntas. Fórmulas como la de Prodigy, de L’Oréal Paris, lo consiguen mediante la microdifusión de partículas de aceite de argán y girasol, que penetran en la fibra capilar y potencian el color.
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