Guía definitiva para elegir una base de maquillaje
Todo lo que debes de saber antes de adquirir el fondo que necesitas.
Saber elegir la base de maquillaje adecuada es casi un arte que muy poca gente controla. Y no es solo el color o la textura, sino la manera en la que nos la aplicamos, la luz con la que lo hacemos, el resultado final… Os contamos los factores que hay que tener en cuenta para elegir bien y comprar la que más os conviene.
Todo buen pintor sabe que la preparación del lienzo es una parte fundamental para que el resultado de su obra sea perfecto. Y algo similar ocurre cuando nos maquillamos: un 50% del éxito dependerá del estadio en el que se encuentre la piel. Así que, como paso previo, es fundamental exfoliar para conseguir un aspecto uniforme e hidratar para evitar que se cuartee la base de maquillaje. Las más expertas pueden incluso utilizar un fijador (loción balnquecina que iguala la piel) o un iluminador.
Hecho esto, llega la hora de aplicar la base de maquillaje, pero antes habremos tenido que elegir entre una infinidad de fórmulas (ligeras, cubrientes, mates, satinadas…). Es entonces cuando nos asaltan dos dudas fundamentales: cómo acertar con el color y qué textura elegir.
Para la primera cuestión, lo fundamental es probar el producto en el rostro limpio. Se recomienda poner varias muestras longitudinales de distinto tono en la parte inferior de la mejilla y encima del mentón, y ha de elegirse la que más se asemeje a la piel del cuello.
Para la segunda cuestión, te damos algunas claves:
Emoliente: son ideales para las pieles secas o expuestas a ambientes secos. Existen tres versiones, y optar por una u otra depende, básicamente, de la que resulte más fácil de aplicar.
Fluida: es la más vendida. Ofrece un resultado muy natural, pero no es la fórmula más cubriente. Es excelente para llevar de día. Uno de los que mejor sientan es Perfection Lumière de Chanel, fundente, libre de aceite, y, además, hay 23 tonos diferentes.
Crema: es la más untuosa, ya que se trata de una emulsión de agua en aceite. Se puede controlar su cobertura, dependiendo de la cantidad que se aplique, por lo que es perfecta para un maquillaje de noche y también para las pieles maduras. Max Factor, una de las firmas que más innova en este segmento, ha creado un maquillaje que se transforma de sólido a líquido al contacto con la piel. Miracle Touch combina los beneficios de un maquillaje compacto (cobertura uniforme) con los de una base liquida (facilidad de aplicación y ligereza). El secreto es su sistema de ceras invisibles en suspensión.
Mousse: curiosa textura que se transforma en espuma gracias a su difusor. Es muy ligera, y las mejores candidatas son las pieles jóvenes sin imperfecciones. En contra, éste es un formato que apenas se ha comercializado en España.
En barra o compacto: en su origen, estas bases nacieron para ser utilizadas por los actores de teatro o de cine por su cantidad de pigmentos colorantes. Entonces resultaban muy pastosas y espesas, pero hoy su formulación ha cambiado. Son productos ligeros y lo bueno es que siguen siendo extremadamente cubrientes, por lo que resultan más adecuados para la noche y en temporada invernal. Se pueden aplicar en todas las pieles, aunque no es recomendable en las muy grasas, por su alta proporción de aceites y ceras. El máximo exponente en esta variedad es, sin duda, la creación que Max Factor lanzó al mercado en 1949: su mítico Panstick, perfecto para las mujeres que quieren cubrir pequeñas venitas o capilares rotos y problemas de pigmentación.
Y la última novedad es salir al mercado es Lingerie de Peau, de Guerlain, una fórmula absolutamente revolucionaria, pues es el primer producto “todo en uno”, base de maquillaje compacto en crema y corrector. Su sofisticado ensamblaje de polímeros sintéticos consigue que no se marquen líneas de expresión y que el fondo de maquillaje permanezca elástico.
En polvo: la mejor opción para las pieles grasas o con una persistente zona T, pues absorben el exceso de grasa y evitan el desplazamiento del color y los brillos. Es una mezcla de maquillaje y polvos que se aplica con una esponjita de manera sencilla. Resulta muy sutil, es rápido y permite retocarse (previamente, hay que retirar la grasa con un pañuelo de papel). Un efecto satinado, pero no secante es lo que consigue Teint Miracle Compact de Lancôme. Otra de sus cualidades es la iluminación que aporta y la versatilidad de su textura, que permite que el fondo de maquillaje se pueda utilizar húmedo o seco, dependiendo del efecto que se desee conseguir.
Operación camuflaje
Los maquillajes de hoy en día son fórmulas muy sofisticadas, que hidratan, nutren, reafirman, corrigen…; es decir, actúan mientras están sobre nuestra piel. La oferta del mercado es inmensa, por eso conviene, en casos en los que se quiera ocultar defectos, realizar una búsqueda más exhaustiva. Por ejemplo, las pieles con acné deben elegir fórmulas libres de aceites para controlar la grasa y no comedogénicas. Las pielas con pigmentación han de optar por un maquillaje que las trate. Uno de los más exitosos es Even Better MakeUp de Clinique, que borra las manchas e iguala el tono, al tiempo que trata la piel.
En las caso de las pieles cansadas, nada mejor que bases con efecto tensor. Para las pieles maduras, cremas antienvejecimiento que prolonguen los efectos de los tratamientos diarios, como Resilience Lift Extreme Radiant de Estée Lauder, que cuenta un alto porcentaje de activos tratantes, aumenta el colágeno, ilumina y mejora la firmeza.
Y tan importante como comprar el producto adecuado es saber aplicarlo. Por eso un factor que no hay que descuidar es la luz de la estancia donde nos estamos maquillando. Lo ideal es que sea natural y que nos ilumine de frente para que no distorsione los volúmenes. Pero si eso no es posible, y hay que acudir a la luz eléctrica, las bombillas deben emitir una luz cálida y con gran potencia y hay que evitar la luz cenital porque forma sombras irreales. De ahí los espejos de los camerinos… (si quieres saber cómo transformar el maquillaje de día en otro de noche, pincha en este link de Clinique.
La siguiente regla de oro es comenzar aplicando la base por la zona central y en vertical al rostro, colocando una pequeña cantidad de producto en la frente, nariz, barbilla y pómulos. Hay que difuminar el producto hacia los laterales y hacia el cuello, y aplicar la cantidad justa para evitar el “efecto máscara”. Para no hacer demasiados retoques, lo mejor es optar por una fórmula de larga duración, como Fluid Finish Lasting Velvet, de Kanebo, una base líquida semimate, que se adapta a la piel sin romperse.
Trucos para un acabado perfecto
Miguel Ángel Álvarez, maquillador oficial de Max Factor, resuelve dudas en su web. Respecto a las bases, hay tres cuestiones que nos aclara:
1. ¿Es preciso aplicarse el fondo de maquillaje en todo el rostro?
Yo recomiendo aplicar un tono de base lo más parecido al tuyo para poner en las zonas donde tengamos manchas que disimular o rojeces que tapar; esto nos aportará una piel más sana, joven y ligera. Si se quiere dar un toque más oscuro, sugiero los polvos de sol; es más natural que la base de maquillaje, siempre que hayamos disimulado previamente las imperfecciones con la base.
2. ¿Deben utilizarse polvos sueltos sobre la base?
Sí, para evitar una piel grasa y brillos. A veces esto suele pasar si hidratamos en exceso la piel antes del maquillaje, pero con un toque de polvo en la zona T (nariz, frente y barbilla) lo habremos solucionado. Con esto el maquillaje nos dará un efecto libre de peso y totalmente natural.
3. ¿Debe usarse la misma textura en invierno y en verano?
La textura no siempre debe de cambiar, pero sí el color y la cantidad de maquillaje que debemos aplicar, porque en verano la piel está más morena, y tendemos a utilizar maquillajes más sutiles y naturales, y bases más ligeras. Podríamos seguir utilizando el mismo, pero con mucha menos cantidad y unos tonos más oscuros que en invierno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.