Esto es lo que tienes que hacer para que el maquillaje no se cuartee a lo largo del día
O estamos eligiendo mal la hidratante, o estamos escogiendo la base que no nos conviene. Nos lo explican dos maquilladoras profesionales.
Dice el afamado Bruce Grayson (jefe de belleza de los Oscars) que el maquillaje de larga duración es una falacia. Que ninguna base o corrector están pensados para durar eternamente y que, irremediablemente, se deteriorarán al tocarlos, saludar a alguien o con el paso de las horas. Sin embargo, esto no significa que a un maquillaje no le podamos pedir ciertas garantías de durabilidad: una cosa es que se desvanezca ligeramente a lo largo de la jornada y otra muy diferente que empiece a mostrar signos de cuarteado.
«Una piel bonita tiene luz, un brillo sano y jugoso. Independientemente de arrugas y manchas, una piel con aspecto cuidado es una piel bonita», nos cuenta Susana Sánchez, makeup & hair artist. «Cuando el maquillaje se cuartea es porque la piel no está adecuadamente preparada. La hidratación es el paso previo al maquillaje y el más importante de todos: si nos lo saltamos, la piel cogerá lo que necesita del producto de maquillaje que estemos usando y en el caso de una piel seca, absorberá la fase grasa de la fórmula del maquillaje, despojándola del agua», explica.
Todos los profesionales coinciden en lo mismo: «El maquillaje tiende a cuartearse por una mala elección del producto, por falta de hidratación, o por ambas», corrobora Miriam Hernández, Makeup Artist. E incide en la importancia de la preparación previa: «Por lo general las bases están compuestas por agua y elementos hidratantes, además de los pigmentos que aportan el color. Si a nuestra piel no le damos primero lo que necesita, las adoptará del maquillaje provocando que se seque y por tanto que se cuartee». Teniendo esto en cuenta, «la elección de la base también resulta fundamental y depende de nuestro tipo de piel. Si la nuestra tiende a ser seca debemos evitar bases matizantes o en polvo», recomienda esta maquilladora.
1. Hidrata bien la piel y no necesitarás tanto maquillaje
«Ni el mejor maquillaje del mercado ni el más caro pueden lucir en una piel mal preparada». Esta afirmación de Susana Sánchez es muy clarividente de la importancia de una hidratación a conciencia. Si la piel está bien preparada, hidratada y nutrida, dice, «necesitarás muy poca cantidad de maquillaje para conseguir lo que los profesionales llamamos un efecto wow». Aunque desde su experiencia cuenta con diferentes cremas, aceites y emulsiones para distintas necesidades, hay algunas que funcionan en muchos tipos de pieles: Lait Crème Concentré de Embryolisse, Hidra Life Aqua Serum de Dior y Skin Food de Weleda.
«Imprescindible» es la palabra que elige Miriam Hernández cuando habla de los cuidados previos: «Solo así tendremos un resultado satisfactorio: no solo una piel bonita sino también un maquillaje más duradero», explica. Su favorito de hidratación, Midnight Recovery Concentrate de Kiehl’s, una fórmula que ayuda a regenerar la piel, se usa de noche y está compuesta por 65 aceites esenciales.
2. La verdad sobre las prebases
«Los primers suelen ser fórmulas siliconadas, algo que no es ni bueno ni malo en sí mismo, sino que tiene un efecto: al tacto proporcionan una sensación de uniformidad y de suavidad, y todo lo que apliquemos encima se deslizará con más facilidad, pero solo momentáneamente. Si la piel no tiene lo que necesita se acabará cuarteando igualmente», precisa Susana Sánchez.
En teoría, las prebases ayudan a sellar el poro evitando que la piel absorba el maquillaje. «Desde mi experiencia, no creo que este producto sea milagroso. He probado numerosos primers y la sensación que me dan es que tienden a matizar la piel: eso sí, dejan un tacto aterciopelado que me gusta», añade Hernández.
3. La base: mejor pecar de tono claro que oscuro
Cuando hablamos de maquillaje, una de las tareas más tediosas (pero también más importantes) es la de encontrar la base que mejor funciona para cada una. Todos los expertos coinciden en que el tiempo que dediquemos a esta tarea nunca será en balde. «Si tenemos una piel seca, deberíamos buscar fórmulas con una base más oleosa; si tiene una tendencia más grasa, soluciones más ligeras. A la hora de elegir una buena base de maquillaje es buena idea pensar cuándo la vamos a usar: no utilizarás los mismos productos cuando hace mucho frío, por ejemplo, que cuando no paras de sudar», precisa Susana Sánchez.
4. ¿Y cómo la prueban las profesionales? Desmaquilladas
«Me gusta probar las bases directamente sobre el rostro, que es donde mejor vamos a ver el resultado, porque nuestra pigmentación es distinta según la zona del cuerpo. En su defecto, podemos probarla en el cuello, por proximidad», explica Miriam Hernández. «Mi favorita es Face and Body de M·A·C, que es muy ligera. La suelo combinar con las bases de Graftobiam, que son más cubrientes, y así me permiten tapar imperfecciones y ojeras. La base que elijamos determinará el resultado que vamos a obtener así que algo fundamental para que el maquillaje no se cuartee es repartirlo bien, aplicar la cantidad adecuada y que se funda con la piel», explica esta maquilladora.
En cuanto al tono, la recomendación es que mejor pecar de claro que de oscuro. «Hay que probarla en la cara, que es donde la vas a llevar: lo ideal es hacerlo con luz natural, aplicar varios tonos uno junto a otro: el que más desapercibido pase, el que se funda con el tono de piel, ese es el tuyo. Una base clara la podemos equilibrar con coloretes y bronceadores, y siempre dará un aspecto más luminoso. Sin embargo, llevar un tono más oscuro envejece el aspecto, hace muy evidente que llevamos maquillaje y resulta complicado de modificar», puntualiza Susana Sánchez. La única forma de comprobar la compatibilidad de los cosméticos es probando uno sobre otro, así que es una buena idea aplicarse la crema que estemos utilizando antes de comprar una base, y probarla encima. Esta maquilladora, también, revela los que nunca le fallan: «Dos de mis maquillajes favoritos para un aspecto supernatural son Light Wonder de Charlotte Tilbury y Dior Backstage».
5. Lee la etiqueta
Las profesionales lo saben: no leemos las indicaciones de uso de los productos y todos están pensados y diseñados para ser utilizados en determinada manera y en determinada cantidad. «Hay que tener en cuenta que algunas fórmulas podrían ser incompatibles: soluciones muy acuosas y soluciones muy oleosas. Agua y aceite tampoco se funden bien cuando hablamos de maquillaje», recuerda Susana Sánchez.
6. Dos trucos de profesional
Susana Sánchez tiene un ritual doméstico al que no renuncia para conseguir una piel hidratada en profundidad: «Me encanta aplicar una mascarilla que contenga ácido hialurónico durante diez minutos: las de hoja son perfectas puedes hacerte el pelo o ducharte mientras actúa y luego aplicar el maquillaje», nos cuenta.
Muchos profesionales sellan un maquillaje con polvos translúcidos, porque son capaces de absorber la grasa no deseada. «La piel no es mate de forma natural, la piel sana presenta un brillo que en su justa medida es muy bonito. Hay que tener cuidado con el exceso de polvo, porque hace evidentes las pequeñas arruguitas o marcas que tengamos, y en las pieles secas puede dejar una sensación de cuarteado. Yo solo lo utilizo en las zonas en las que el brillo se pueda confundir con sudor y en muy poquita cantidad. Lo aplico con brocha, golpeándola un poco antes para que caiga el exceso de producto», explica esta maquilladora.
7. Mitos y verdades del maquillaje
Hay muchos conceptos equivocados en cuanto a maquillaje y al cuidado de la piel, «y la mayoría corresponden a claims de marketing que no son ciertos», opina Susana Sánchez. «Por ejemplo, eso de que la piel respira: la piel no respira, ¡respiran nuestros pulmones! La piel no absorbe oxigeno por los poros. Otra creencia muy habitual es pensar que los poros se cierran: esto no es así, no existe crema en el mercado que pueda hacer eso», aclara. «En realidad tanto el cuidado de la piel como el uso del maquillaje son algo mucho más sencillo: no necesitamos mil productos en la estantería del baño, basta con elegir los adecuados para tu piel y seguir una rutina. Eso sí: si existiera un maquillaje completamente resistente a todo tipo de contacto, forma de vida y condiciones medio ambientales… yo no lo pondría, ¡qué miedo!».
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