El futuro del rotulador es el tatuaje
En un tiempo en el que el teclado parece ser la única herramienta para escribir, el rotulador se reinventa.
Ordenadores, teléfonos móviles, PDA y otros soportes tecnológicos vaticinaban la muerte de bolígrafos y todos aquellos utensilios con los que escribíamos sobre el papel. Sin embargo, contra todo pronóstico, el rotulador se resiste a abandonar y se reinventa en forma de tatuador. Este es el caso del mítico Faber-Castell que ahora pinta sobre la piel (con una duración de 60 horas) en colores negro, azul, henna y rosa.
El pack de 4 rotuladores cuesta 7,77 euros y el de 2 rotuladores 4,70 euros.
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