El confinamiento nos ha cambiado, ¿cómo vamos a ligar a partir de ahora?
Las redes sociales muestran los reencuentros entre familiares y amigos. Unos con más distancia social que otros. La cuestión es que, tras meses confinados y con restricciones de movimiento, hemos vuelto a ver a nuestros seres queridos. Ha sido como el primer hito conquistado. Pero aún hay una frontera que cuesta cruzar. La de interactuar con desconocidos.
No es solo una cuestión de prevenir riesgos o de no saber si esa persona va a cumplir o no con las medidas de higiene y va a llevar mascarilla. Que también. Más bien es que tras meses confinados, a solas o con muy pocas personas, y una nueva normalidad, de centrarnos en el contacto con personas allegadas, realmente no se sabe muy bien cómo era eso de hablar con alguien de fuera de nuestro círculo. O mucho peor, como ligar fuera de una app de citas en este nuevo contexto. Porque si el mundo de las citas ya era complejo en la rutina normal, ahora es complicado saber cómo interpretar los gestos de una persona detrás de la mascarilla o qué conversación sacar para evitar temas conflictivos, como podría ser antes preguntar por su vida laboral. ¿Le pasa a todo el mundo o somos una rara avis?
“El confinamiento ha cambiado muchísimo nuestra forma de entender las relaciones sociales. Nos ha dado la oportunidad de saber cuán sociables somos”, reflexiona la psicóloga Inma Ríos. “Al llegar a la nueva normalidad, hemos visto incrementadas las posibilidades de interacción, pero el miedo, la incertidumbre y las restricciones no nos afectan de igual modo a todos”.
Más sociales o más introvertidos que antes
Está claro que estos meses nos han afectados a todos, pero solo hace falta salir a la calle para ver que el mundo, quizás, está más polarizado que antes. Están los que estaban deseando salir y relacionarse, y los que se lo han tomado con más calma. Tanto para ir a una terraza con amigos, como para atreverse a desvirtualizar a un ligue.
Los expertos, visto lo visto, creen que no hemos cambiado tanto, sino que nos hemos ido más a nuestros propios extremos. “Ha habido una expansión en las personas que echaban en falta lo social. Y un retraimiento aún mayor en las personas introvertidas”, comenta la también psicóloga Susana Ivorra.
“A diferencia de lo que pueda pensarse, está situación excepcional solo ha exacerbado lo que ya teníamos de base. Las personas con tendencia ansiosa o más fóbica se sienten más desubicados retomando estas situaciones sociales”, relata la experta. De forma contraria, “las personas que antes del confinamiento no tienen ningún problema para socializar y enfrentarse a situaciones nuevas lo están llevando como antes o incluso lo viven con más ganas. Cómo recuperando el tiempo perdiendo”. Es decir, que nuestra personalidad sigue siendo clave a la hora de decidir cómo nos relacionamos, también en época de pandemia.
Cómo afrontar las primeras citas
Siempre ha habido personas con más facilidad para acudir a una cita que otras. Personas que en seguida saben sacar temas de conversación y otras que van echas un manojo de nervios. No es nada nuevo. Pero si a eso le sumamos cierto bloqueo acumulado de meses atrás. ¿Cómo debemos afrontar la situación? ¿Hay algo que nos pueda hacer sentir más cómodos ante esta nueva persona?
“Muchos de los consejos tienen que ver con la aplicación de sentido común y no dejarse llevar por la angustia, que solo sirve para acrecentar las dificultades que ya existen. Hay que tener precaución, más que antes, pero seguimos pudiendo vivir, sentir y hacer muchas cosas”, aporta el sexólogo Iván Rotella. Sin embargo, en estas interacciones en la nueva normalidad, sí que existen cuestiones que nos pueden ayudar a darnos una mayor seguridad. “Si siempre hemos destacado la importancia de la comunicación, ahora mismo se ha vuelto una forma de protección muy importante”, reflexiona el sexólogo. “No solo se trata de saber gustos y aficiones de la otra persona, ahora también se empiezan a aplicar criterios como su responsabilidad, qué tipo de confinamiento ha tenido, como es su aplicación de las diversas normas, etc”. Esto, por lo menos, nos ayudará a seguir o no con la cita de una forma más relajada.
Otra idea a tener en cuenta es que quizás debamos cambiar un poco no solo la forma de interaccionar en las citas, sino en con quién las tenemos. Ahora es tan sencillo descargarse una app y hacer una selección desde nuestra casa, que hemos perdido la capacidad de ligar como toda la vida. Con las personas que nos encontramos en el bar de siempre, con el vecino, el amigo de nuestro amigo… Quizás sea un buen momento para volver a valorar con más mimo esas posibilidades. “Ahora es el momento de fijarnos más y mejor y no dar por hecho que ya lo conocemos todo perfectamente. Igual lo que deseamos está mucho más cerca de lo que nos imaginamos”.
Carpe Diem
Por último, otra idea que preocupa a la hora de volver a salir al mercado de los ligues es que la situación sigue siendo de total incertidumbre. Puede que hoy podamos tener una cita, pero no sabemos si la semana que viene nuestra ciudad tendrá que pasar por un confinamiento, o si nuestro ligue se contagiará en una barbacoa con amigos y tendrá que pasar una cuarentena. Siendo así, el reto ya no es solo atreverse a relacionarse o no con alguien nuevo, sino también atreverse a hacer planes a medio y largo plazo. ¿Eso cambia también la forma de plantear un ligue?
Según Inma Ríos, este cambio de perspectiva más centrado en el ‘carpe diem’ que en hacer planes a largo plazo puede ser otro punto positivo. No deja de ser una oportunidad para centrarnos más en el presente, y no acudir a una cita con un exceso de expectativas. Y de paso, disfrutar más de la cita sin hacernos tantos esquemas mentales durante la misma.
“Los inicios suelen alimentarse del ‘aquí y ahora’ y los planes a más largo plazo no son habituales”, recuerda la experta. Aun así, si la cosa fuera bien, no debemos perder los nervios pensando en lo que pueda pasar o no después. “Si se diera el caso, hemos experimentado ya diferentes modos de mantenernos en contacto durante una cuarentena, lo que nos reduce la incertidumbre si deseáramos continuar con la relación”. Vivir en tiempos de incertidumbre no solo debe verse como afrontar nuevas limitaciones, sino como una oportunidad de disfrutar de nuevas posibilidades.
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