“La piel no es moda”: la lucha de los profesionales contra las ‘fake news’ dermatológicas
La piel, el órgano más grande del cuerpo, no es un complemento de moda que se use durante un par de temporadas, por ello los dermatólogos quieren alertar de las prácticas cada vez más frecuentes que la tratan como tal.
A la zapatilla de piel vegana en tono nude que ha creado la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) para su última campaña, La piel no es moda, le han salido varias manchas. Manchas oscuras que las afean. “¿Qué haría cualquier persona si tiene unas zapatillas así?”, se pregunta el doctor Agustín Viera, director de comunicación de la academia, “seguramente empezaría por cepillar o limpiar, utilizaría algún producto químico para intentar quitar un poquito la mancha o la llevarían a algún sitio para que la eliminasen con tecnología”.
La piel, el órgano más grande del cuerpo, no es un complemento de moda que se use durante un par de temporadas, por ello los dermatólogos quieren alertar de las prácticas cada vez más frecuentes que la tratan como tal. Como en las zapatillas, si aparecen manchas en el rostro muchos probarán cosmética, algún producto de la farmacia, un tratamiento de peeling o láser… “Pero esa no es la mentalidad del dermatólogo”, señala Viera, “esa mancha hay que diagnosticarla antes de tratarla porque el 10% de los léntigos malignos han sido tratados antes de llegar al dermatólogo. La mentalidad del especialista es que no se puede tratar ninguna mancha sin haber hecho antes una Epiluminiscencia para evaluar posibles signos de malignidad. Si tu coges una mancha y la intentas limpiar, como las manchas de los zapatos, lo que consigues es que el diagnóstico se retrase y el melanoma es peligroso”.
El ejemplo de la zapatilla sirve a los dermatólogos para evidenciar una problemática preocupante, la de utilizar a la piel como una moda más con la que se experimenta y se juega. Para concienciar del problema la AEDV ha creado una pequeña colección de cinco complementos que representan a cinco de las afecciones más comunes: además de la zapatilla melanoma, los zapatos acné, el tarjetero rosácea, el bolso carcinoma y el bolso abrasión. “Esta es una campaña de concienciación de una realidad que nos encontramos en nuestra práctica diaria. Decidimos hacerla de una manera original, pero con un mensaje muy sólido y convincente”.
Con siete millones de consultas al año en España, la dermatología puede presumir de ser una especialidad muy querida entre la población: “Ha evolucionado hasta ser muy precisa, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento”, apunta el experto, “además es una especialidad que se ha sabido adaptar mucho a la sociedad, que ahora tiene un concepto del bienestar un poquito distinto: se entiende bienestar no solo como estar sano, sino también saberse sano y verse bien”. A la estética se llega desde la salud, defiende el gremio, y esa es la base sobre la que se debería sustentar cualquier tratamiento: “Que las células de tu piel funcionen con normalidad conlleva que la piel sea estética, luminosa, hidratada, sin manchas…”. Ni virales de TikTok, ni ungüentos mágicos hechos en casa que hacen que muchos pacientes acaben en consulta con la piel irritada o abrasada. “Para empezar, no todas las pieles son iguales. La piel es una estructura compleja y cuando decides tratarla tienes que saber qué quieres: mejorar la función del melanocito, del queranocito, reducir la inflamación, disminuir la producción de grasa… nuestra recomendación es decir ‘antes de tratar, hay que diagnosticar”, recalca Viera. Ya sean manchas o por ejemplo un acné, que afecta a un 90% de los adolescentes y a un 25 % de la población adulta: “Tú puedes secar los granitos pero, ¿es ese el objetivo? Porque quizá sea mejor evitar esas lesiones con un tratamiento interno y eludir que queden marcas”.
No se trata de demonizar ni a la cosmética ni a los tratamientos, pero sí de recordar que el mayor especialista en la piel, el pelo y las uñas es el dermatólogo. “¿La cosmética es útil? Sí, para prevenir, mantener o aliviar, pero difícilmente va a dar soluciones, hablando de forma genérica. Y a veces se echa de menos un poco más de rigor de la industria en sus mensajes”. Conocer e interpretar el lenguaje de la piel debería ser el punto de partida de cualquier proceso y el mejor traductor es el médico especialista. “Pedimos resaltar ideas: que cada uno haga lo que quiera, pero que sepa siempre dónde tiene que dirigirse si quiere acudir al máximo experto”.
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