Sí, te puedes depilar con láser en verano (y te contamos por qué)
Los nuevos aparatos de depilación permanente reducen el tiempo que se debe evitar la exposición solar y amplían el abanico de pieles en las que demuestra eficacia.
Si te has acercado a informarte sobre la depilación láser, o te estás sometiendo a ella, seguramente te hayas encontrado con varias recomendaciones y limitaciones. A saber: la piel no puede estar bronceada, no tomes el sol las siguientes dos semanas, no hagas deporte el día de la sesión… Y, por supuesto, pasa por la clínica entre octubre y mayo. El verano y la depilación definitiva no se han llevado tradicionalmente bien, sobre todo por los efectos secundarios que el sol puede producir tras la sesión. «El láser convencional genera altas puntas térmicas sobre la piel causando una agresión que necesita un período de recuperación previo a la exposición solar», explica Carmen Díaz, gerente del centro estético Germaine de Capuccini de Goya. «La radiación puede producir manchas en la piel dañada». La recomendación: esperar 15 días.
Tampoco las pieles bronceadas ni oscuras pueden someterse a este tipo de láser. «Para eliminar el vello, se produce una fototermólisis selectiva en las estructuras pigmentadas del folículo piloso, responsables de la generación de pelo», cuenta la doctora Josefina Royo, directora del Instituto Médico Láser (IML). «Las pieles bronceadas y los fototipos muy oscuros podrían absorber parte de esa energía. Como resultado, se pierde fuerza para incapacitar el folículo y se produce una lesión térmica pasajera en la piel». El color del pelo también reduce la capacidad del láser. El vello blanco no tiene color (que es el elemento al que ataca cada disparo) y el rubio y fino dispone de poca carga pigmentaria. «No capta suficiente energía para alcanzar la temperatura de fotocoagulación que acaba con él», afina Royo. El pelirrojo también se resiste. «La responsable de este tono es la feomelanina, distinta a la eumelanina propia del paciente castaño o moreno».
Adiós a (casi) todas las limitaciones
Sin embargo, la nueva generación de aparatos elimina la mayoría de las fronteras que hasta ahora ha puesto esta depilación. El pelo todavía se resiste. «Toda la tecnología láser tiene un fundamento cromático. Funcionan emitiendo una luz coherente y monocromática que tiene apetencia por ser absorbida por un color (oscuro)», aclara Royo. Por lo tanto, rubios, albinos y pelirrojos no pueden optar por ella. Ni siquiera de manera artificial. «Hemos intentado pigmentar artificialmente las estructuras foliculares. Aun así, el resultado depilatorio era pobre».
El verano, en cambio, ha dejado de ser un obstáculo. «Los láser Soprano actúan con un nuevo principio médico llamado fototermólisis progresiva, consistente en un calentamiento mantenido a baja temperatura, no hay agresión en la piel y por tanto el sol puede tomarse un día después de la sesión», asegura Díaz. La doctora Royo lo alargaría a entre 48 y 72 horas. «Una vez ha desaparecido el componente inflamatorio, el paciente puede empezar la exposición solar sin problema».
Las pieles bronceadas y los fototipos V y VI también pueden depilarse con estos láseres. Y esto se consigue regulando las longitudes de onda que se aplican, según el tono de la tez y el pelo. «Para que se entienda, la Alejandrita se usa para el pelo fino y la piel clara, la Diodo para el pelo más grueso y pieles oscuras o bronceadas, y la Neodimio-Yag para el pelo más profundo y piel negra», desgrana Díaz. En Germaine de Capuccini disponen de Soprano Platinum, ua máquina que en cada disparo aplica las tres ondas simultáneamente. «Se logra una depilación que cubre toda la causística posible de piel y pelo». Desde IML destacan una de las suyas, el superdiodo (Vectus). «Siendo diodo, su perfil de pulso aprovecha la energía en más profundidad, penetra más y no tiende a quedarse en el bronceado».
Qué hacer antes, después y durante
En cuanto a qué se debe evitar previamente a una sesión láser, las precauciones no varían, obviando el bronceado. «La piel ha de estar sana, no debe haberse ingerido medicación fotosensibilizante y no debe haberse tomado ácido retinoico los dos meses anteriores», valora Royo.
Tras la depilación, se debe evitar la exposición al sol entre uno y tres días y no llevar ropa apretada inmediatamente después. Royo recomienda «aplicar una solución cutánea en forma de crema o gel que contenga aloe vera y manzanilla para acelerar la normalización de la piel». Si la zona tratada está expuesta, Díaz se decanta por protegerla con factor 50+.
Durante el proceso hacia la depilación permanente, el intervalo entre sesiones también se mantiene similar al clásico. «Será de dos meses en la primera e irá aumentando en función del crecimiento del vello», cuenta Díaz. Así, como apunta Royo, se activan más folículos pilosos y se puede destruir más pelo. Y, en todos los casos, se deberán dar las conocidas como sesiones de repaso cada 6 a 12 meses. «Los folículos dormidos no pueden ser eliminados. Cuando se estimulen, serán necesarias depilaciones adicionales para ese pelo nuevo», advierte Díaz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.