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Cómo poner las pestañas postizas para que parezcan naturales

Las hay de muchos tipos y con efectos más o menos dramáticos, lo que las ha posicionado como el tratamiento más demandado estas semanas en los centros de belleza. Si vas a probarlas, recuerda pedir esto: volumen ruso.

«No hay mejor brindis que el que hacen tus pestañas». La frase, impresa en mayúsculas blancas sobre el asfalto de Madrid, poetizaba hace tres años lo que en la calle empezaba a ser un fenómeno: el boom de las pestañas cuidadísimas y extralargas. Comodín de actrices, alfombras rojas y pasarelas, desde entonces han democratizado su uso (y su presencia en salones especializados llegando incluso a convertirse en aliadas de belleza de la reina Letizia). Las hay de muchos tipos (sintéticas, naturales) y con efectos más o menos dramáticos, lo que las ha posicionado como el tratamiento más demandado estas semanas en los centros de belleza. Quizá tenga que ver con que es la evolución de la máscara de pestañas, que por encima de la barra de labios o el colorete, es el cosmético favorito de las españolas (según un reciente estudio entre más de 7000 mujeres llevado a cabo por Birchbox). Y quizá sea también porque pocos gestos de belleza marcan tanto el carácter como delinear los ojos con unas pestañas abanico.

No digas ‘postizas’

Atrás quedó el efecto artificial y pesado de las ristras postizas que llevaban las divas del Hollywood dorado. Hoy lo que se busca es que se vean tupidas, largas y espesas y eso se consigue con la técnica de las extensiones. “Te dan un plus de autoestima y tienen el poder de borrar signos de cansancio. Con ellas ya te levantas maquillada”, dicen en Lashes&Go, con centros en siete ciudades españolas. Aplicadas pelo a pelo “se suelen colocar entre 150 y 200 hebras. Las mejores son las de fibra sintética, ya que las naturales (de pelo de visón habitualmente) pueden producir alergias”, nos explica Teresa de Miguel, fundadora de My Little Momó en Madrid. El tratamiento suele durar una hora y media, y tiene un precio de unos 150 euros.

Antes de ponerlas: el sérum

“Es muy importante conocer el estado de la pestaña natural antes de aplicar una extensión, porque por muy buena que sea la técnica o el salón donde te lo apliques, si tu pestaña es débil el procedimiento no va a aguantar”, explica Ana Pajares, maquilladora de revistas y televisión. “Así que antes de unas extensiones, recomiendo aplicar durante un par de semanas un sérum activador del crecimiento y el fortalecimiento con aceite de ricino”, añade, como el de Kobwa o Seslash de Sesderma.

Si vas a probarlas, recuerda pedir esto: volumen ruso

El volumen ruso es una técnica por la que a cada pestaña natural se le adhieren dos o más extensiones más ligeras y delgadas, con un doble efecto: se pasa de las 100 pestañas naturales por ojo hasta 300, sin añadir peso extra que cargue el párpado. El nombre ganó fama en Instagram (más de 700.000 imágenes con ese hashtag dan fe del fenómeno) y pronto saltó a los salones especializados de medio mundo; hoy es el tratamiento más demandado en salones como My Little Momó o Slow Life House por su resultado. Unas pestañas más espesas con un nivel de dramatismo al gusto personal de la clienta.

Eso sí, los maquilladores profesionales recomiendan tener cuidado con lo que se desea: “No es recomendable utilizar una densidad demasiado alta, porque es fácil acostumbrarse a esa imagen, y cuando te quitas las extensiones necesitarás volver a ponértelas porque ya no te ves sin ellas”, avisa Pajares.

Cuidados específicos

Las extensiones se mantienen lo que dura un ciclo natural y caen cuando naturalmente se desprende la pestaña (entre cuatro y seis semanas). Para mantenerlas perfectas conviene no utilizar desmaquillantes con base oleosa, no mojarlas en las primeras 24 horas y no exponerlas al agua caliente, y no frotarse los ojos. La máscara de pestañas es prescindible, primero, por el efecto que aportan las extensiones, y además, para evitar desprenderlas a la hora de desmaquillar el ojo.

Lifting: la técnica que no necesita retoques

Más allá de las extensiones, existe un procedimiento que no añade vellos ni los tiñe, sino que alisa y estira las pestañas desde la base, acentuando su curvatura y potenciando el efecto de mirada despejada. Se diferencia de la tradicional permanente de pestañas, que las trabaja sobre un pequeño rulo, consiguiendo curvarlas pero acortándolas. Con el lifting se alisan y estiran desde la base con unas almohadillas de silicona, con lo que parecen mucho más largas, más marcadas y con el deseado efecto abanico. Sus efectos duran hasta seis semanas y no requiere retoques intermedios.

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