Aitana: «Es bonito ver a mujeres como Rosalía abriendo camino, pero en el ‘top 10’ suelen estar solo hombres»
Conquistada la cima musical, la artista, embajadora de la división de belleza de Yves Saint Laurent, se embarca en un nuevo proyecto en el mundo de la interpretación.
Se apellida Ocaña. pero cuando su voz y sus composiciones suenan a diario en miles de auriculares es simplemente Aitana. Con 22 años, esta catalana del pequeño pueblo de Sant Climent de Llobregat se ha convertido en un icono generacional. Es la mujer española más escuchada el año pasado en Spotify, con más de 400 millones de reproducciones. Desde que salió de Operación Triunfo, hace cuatro años, abarrota estadios, acumula discos de platino —tanto en España como en América Latina— y transforma en oro todo lo que toca. Ahora, alcanzada la cumbre musical se dispone a tantear el mundo de la actuación: “Me preguntaban mucho que si quería ser actriz, pues por supuesto”, confiesa, “es algo que siempre me ha llamado la atención, sobre todo desde que estoy con mi novio; vivirlo con él y ver su pasión me contagiaron”.
Su pareja es el hijo de la actriz Ana Duato, el también actor Miguel Bernardeau (Elite). Con él compartirá protagonismo en una serie para Disney+, La última, que supondrá el estreno de la cantante en el gremio. La trama le puede sonar: ella da vida a Candela, una joven que compagina un trabajo gris con perseguir el sueño de convertirse en música, mientras que Bernardeau es un antiguo compañero de instituto que quiere ser boxeador. El vídeo con el que anunciaron el proyecto acumula ya más de 800.000 ‘me gusta’ en Instagram en las cuentas de ambos. Aitana se formó el año pasado, estudiando interpretación: “Sé que no va a ser lo mismo, porque mi novio se ha preparado muchísimo, pero me gusta probar. Ahora estamos rodando y está siendo una experiencia muy bonita. Un reto. Pensé que actuar se parecería más a mi profesión, porque trabajas con emociones y todo viene del arte, pero es bastante diferente. Aunque de momento lo importante es que lo estoy disfrutando”.
Cuadrar una fecha con ella no es fácil. A esta entrevista responde durante uno de los pocos fines de semana que tiene liberados. Para la sesión de fotos que acompañan el reportaje se cierran varias horas previas a una jornada maratoniana en la que la esperan varios compromisos. Llega puntual, no se queja, todo le encaja. “¿Qué música prefieres que ponga?”, le pregunta el fotógrafo antes de empezar: “La que te guste a ti, cualquiera me parece bien”. ¿El estilismo? “Me pongo lo que me digáis, vosotros sois los expertos”. Es fácil trabajar con ella, dicen los que lo hacen a diario. “Hablamos siempre de lo que queremos, nos pasamos referencias, probamos y al final siempre me deja hacer porque confía en mí”, cuenta el peluquero Jesús de Paula, con el que colabora desde hace años. Quizá esa sea una de las claves de su éxito, saber escuchar: “Me siento en un círculo muy sano de gente que me da su opinión desde el respeto, que no me alaba siempre ni me dice que qué bien lo hago todo”, revela la artista. “Así es como mejor se gestiona la confianza”.
Entró en Operación Triunfo recién cumplida la mayoría de edad y ha crecido frente al público, mientras iba dando solidez a su carrera: “Yo salía de un pueblo precioso donde lo único que había hecho era estudiar, terminar segundo de bachillerato y hacer la selectividad. Iba a empezar en la universidad cuando entré en la academia, sin experimentar mucho de la vida. Viví una infancia y una adolescencia muy bonitas. Me siento muy afortunada porque a veces es difícil que todo a tu alrededor esté bien. Que tu familia te inculque valores, que tengas buenos amigos, que todos tus recuerdos sean buenos. Pero todo lo que había vivido, aparte de ser muy bonito, no iba más allá. Era una niña. Desde que salí he querido llevar todo yo, pero me he dejado aconsejar. ¡Quién no se deja aconsejar con 18 años! Nunca podemos creer que lo sabemos todo, ni con 18, ni con 60. Que no quiere decir que lo que te aconsejen vaya a ser tu decisión, pero es importante contar con diferentes puntos de vista”.
De lo que tampoco sabía nada cuanto se convirtió en participante del concurso de TVE era del mundo de la cosmética: “Mi madre jamás se maquillaba, absolutamente nada, y recuerdo ir a casa de mis amigas y ver que tenían neceseres enormes con un montón de pinturas. Al entrar en Operación Triunfo todas, Miriam, Ana, tenían también su neceser y yo les pedía”. Cuando salió lo primero que hizo fue crearse el suyo propio. “Empecé a comprarme muchísimas cosas, todo lo que veía, para ir probando. Aunque la verdad es que al principio no lo hacía nada bien. La primera base que compré fue la de Yves Saint Laurent, porque me la recomendó uno de mis mejores amigos, así que colaborar con ellos fue algo natural”. En 2020 se convirtió en embajadora de la división de belleza de la firma de lujo. Siempre sigue esa máxima al aliarse a una marca, “que sea real, algo que yo tenga, que haya hecho. Cosas con las que me vaya a sentir reflejada”.
Además de su música, sus letras y su voz dulce —que se transforma en poderío al subirse a un escenario—, la cantante tiene mucho de optimismo, sencillez y sinceridad. “Soy muy emocional y muy sensible”. Lo evidencia en sus respuestas o a diario en sus redes sociales. Factores que contribuyen al fenómeno Aitana y que explican en parte su conexión con el público: “Trato de ser yo misma en todo momento y supongo que si conectan conmigo es porque me ven normal. Intento ser real, ser lo que soy. El público es muy sabio y se da cuenta de quién es de verdad y quién no”. Tres días después de lanzar su último sencillo, En el coche, el hashtag de la canción acumula 11 millones de visualizaciones en TikTok y varios cientos de miles de vídeos de bailes de seguidores (en su mayoría, chicas muy jóvenes) que imitan sus movimientos. Sus challenges, los retos que gustan en esta red, no siempre son danzas: cuando publicó Ni una más utilizó su alcance para viralizar historias de acoso a mujeres. Consiguió más de 75 millones de impactos. “Hay temas en los que hoy es completamente necesario posicionarse porque no va de posicionamientos, va de un movimiento completamente necesario. Hay que hablar de feminismo y hay que visibilizar por qué tiene que existir”. Al igual que con otros asuntos, reconoce que aprende cada día. “Sobre todo leyendo libros”. ¿El primero que cayó en sus manos? Teoría King Kong, de Virginie Despentes. El machismo de la industria dice no sentirlo a diario, pero sí que quedan asuntos por resolver: “Es algo que se aprecia en las listas, cuando entras por ejemplo en Spotify. Es bonito ver a mujeres talentosas como Rosalía o Becky G abriendo camino e impulsando su música por todo el mundo, pero el top 10 sigue siendo todo de hombres. Hoy los 10 más escuchados son hombres o colaboraciones de hombres con hombres y eso no significa que haya más hombres en la industria”. Días después de esta charla ella se cuela en ese podio con su último trabajo, pero es la única mujer de la lista en el momento en que se hizo esta entrevista. Luego, el Motomami de Rosalía ocupará el primer lugar.
Le gusta componer, le gusta cantar, le gusta salir de gira. Disfruta de lo que ha conseguido sin perder la ilusión de la niña que daba conciertos a su familia el día de Navidad. “Creo que siempre he cantado, aunque no lo hacía demasiado bien porque era muy pesada y me inventaba canciones. Tengo muchos recuerdos de cantar en el coche los discos que ponía mi padre, de Melendi, Los Chunguitos, Ana Torroja, La Oreja de Van Gogh…”. Con algunos de aquellos artistas que sonaban en sus viajes ahora escribe letras: Melendi, David Bisbal o Katy Perry, pero también Sebastián Yatra, Natalia Lacunza, Pablo Alborán, Beret, Lola Índigo… y así hasta más de una veintena de nombres. “A los artistas les gusta mucho colaborar con otros: para conocerles, para saber qué forma tienen de componer, porque se admiran mutuamente”.
Aitana es feliz, muy feliz y lo repite constantemente durante toda la entrevista. Ha sido muy feliz de pequeña, es extremadamente feliz ahora, en lo más alto, y tiene claro que será feliz en el futuro. Ni un horizonte en el que no pueda mantenerse en la cima le empaña la actitud: “No me da vértigo porque desde el principio he tenido muy claro que esto puede subir y bajar muy rápido. Es algo que me dicen todos los artistas de los que me he ido rodeando y a los que he pedido que me explicasen lo que habían vivido: esto es subir y bajar. Mientras yo sienta que estoy dando lo máximo, estará bien. De momento, ella solo sube y sube. ¿Hasta dónde? “No me gusta pensarlo, porque la vida da muchas vueltas. Quiero sorprenderme a mí misma y probar lo que me apetezca en cada momento. No sé dónde me gustaría verme, pero sí que me gustaría verme feliz”.
* Estilismo: Paula Delgado. Maquillaje: Alex Saint. Peluquería: Jesús de Paula (Cool). Asistentes de fotografía: Rodrigo Quirante y Julieta Blanco.
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