Así es la casa de Fernando Encinar, el cofundador de idealista

El cofundador de idealista vive con su pareja en Pinar de Chamartín, en una zona de nueva construcción de 2006. Su ático se alza encima del nudo de Manoteras en una piso con tres terrazas, tres dormitorios, tres baños, un salón, una cocina y dos gatos grises @doceyjuana “que, para vergüenza mía, tienen más seguidores en Instagram que yo”, dice entre risas. “Hay veces que queremos mucha casa cuando en realidad solo hacemos vida en dos espacios muy concretos. En mi caso es en salón, la cocina y el dormitorio“, cuenta.

Gracias a la iniciativa Med Rooftops by Gin Mare Fernando Encinar abrirá durante tres días (3, 4 y 5 de junio) la terraza de su casa al consumidor de esta ginebra española. Pero, ¿qué necesidad tenía de meterse en una iniciativa así? “Por conocer a gente muy diversa de otros sectores, ver cómo se monta una fiesta en mi propia casa y, como empresario, por apoyar a proyectos españoles con valores como los de esta ginebra. Va a ser un speed dating donde encontraré gente con experiencias distintas a la mía. Imagínate que viene un químico que hace los sabores de las magdalenas, ¿dónde conocería a alguien así?”, explica.

Fernando nos enseña su casa. De fondo canta Pavarotti y uno no puede evitar quedarse hipnotizado por el movimiento de los cientos de coches que pasan bajo sus ventanales a diario. Parece que lo hicieran al ritmo del aria de I Puritani de Bellini. “Leí en algún lugar que el ruido de los coches, por ser algo continuo, es un rollo zen. Es curioso porque cuando voy a la costa de vacaciones los dos primeros días no puedo dormir con el ruido de las olas”, dice riendo.

El gris es el color que predomina en sofás, sillas, telas, muebles, etc. “La casa va a juego con los gatos. Pensé que con el pelo que sueltan sería lo más sensato”. La mayoría de paredes están huérfanas de cuadros. “No tengo nada de valor. Me gusta gastarme el dinero en experiencias. Yo solo pedí tener un cerezo, que en 4 años no ha dado ni una mísera cereza, y dos arces japoneses que son mis favoritos”.

Ahora dime que encontraste tu casa en idealista.

Pues sí –dice riendo– en 2011 pero hasta entonces siempre había vivido de alquiler. Soy un gran defensor del alquiler. He vivido 22 años así y creo que debería haber una ley que prohibiera a los universitarios comprar nada más terminar la carrera. Hay que emanciparse de los padres e irse a vivir con amigos, compañeros o tu pareja. Comprar es un tema vital que hay que hacer cuando tienes otros aspectos de tu vida resueltos.

Cuando en una cena hay un médico todo el mundo le cuenta sus dolencias o casos cercanos. ¿A ti te preguntan por casas?

Constantemente. Cuando se enteran de que fundé idealista me encanta que me digan que vendieron, alquilaron o compraron su casa gracias a nosotros. Yo no me aburro de oírlo. El día que me pase tendré que dejarlo. Pero es que montamos Idealista para eso. La otra cosa que me suele ocurrir es que me pidan consejo. ¿Compro ahora o espero? ¿Vendo o espero? Pero como no me aburre nada hablar del sector y considero que alguien te tiene que ayudar lo hago encantado.

¿Y ahora qué recomiendas?

La crisis ha terminado en las grandes capitales como Madrid, Barcelona o Valencia y los precios van a subir. No veo burbuja pero sí creo que estas ciudades estarán en alza porque va a haber más personas que se trasladen aquí. Se moverá gente de provincias que van a la capital y los que van a regresar a España no se instalarán en sus ciudades natales sino en estos grandes núcleos urbanos. No vamos a ser salmones que regresemos al sitio donde nacimos. España necesita migración. Ves la curva demográfica y descubres que o hay una migración masiva de gente que venga a trabajar y garantizar las pensiones o está difícil mantener el statu quo como nación. Todo esto me hace pensar que estas tres ciudades van a crecer mucho.

¿Eres consciente que idealista crea adición?

Ja, ja, ja. No lo era hasta que he descubierto varios testimonios del tipo: «He comprado casa hace 3 años pero sigo recibiendo las alertas y los boletines». Yo les pregunto por qué si ya han resuelto su necesidad inmobiliaria y la respuesta es: «porque me encanta ver casas y lo habéis hecho de tal manera que ahora es muy fácil». Pero es que nos hemos currado mucho la experiencia de usuario. Por ejemplo, decidimos quitar la publicidad (que nos daba mucho dinero al año) porque si quieres ser una pagina líder tienes que cargar en menos de un segundo y tardábamos 3 con la publicidad. Siempre damos prioridad al usuario. Así hemos tenido 9,3 millones de usuarios únicos en abril. También porque, y ahora entendedme bien porque no quiero ofender a nadie, idealista es el porno de las mujeres. No pueden dejar de mirar por el placer de disfrutar de ver casas. Pero también hay muchos hombres.

Entonces el perfil de vuestro usuario es mayoritariamente femenino, ¿no?

No lo sabemos, pero cuando hacemos estudios vemos que es bastante equitativo. Por ejemplo, en los matrimonios heterosexuales ocurre que en la mayoría de los casos la mujer hace la búsqueda y se la manda al marido. Éste los ve y entre los dos deciden qué casas ir a ver. Y después la hipoteca la negocia él. Uno busca y otro negocia. Pero hay un mix bastante equilibrado de usuarios.

¿Cuáles son las claves para encontrar la casa perfecta?

La casa perfecta no existe. Como tampoco existe la pareja perfecta. A todos nos gustaría cambiar algo de ellas. Pero cuando buscas una vivienda hay 3 cosas fundamentales: precio, tamaño y ubicación. Y con suerte escoges dos. Cuanto antes aprendas esto mejor. La ecuación es sencilla porque siempre hay que sacrificar algo. Los españoles nos cambiamos de casa 2,1 veces en la vida y en Europa 7 veces. Los europeos tienen un ciclo vital de alquiler grande. Así aprendes a saber qué es lo que quieres y buscas en una casa. Vas viendo cómo eres tú respecto a tu casa y qué ha de tener tu hogar para que te haga feliz. En la primera casa que te compras y que alquilas cometes fallos como con el amor de los 16 años. Aunque luego hay a quien le dura toda la vida…

* Ver la galería de fotos de la casa de Fernando Encinar.