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Así es Eloise, la ‘pobre niña rica’ que inspira a Lena Dunham

La creadora de Girls estrena un documental sobre el co-creador del delicioso personaje infantil de los años 50 que lleva tatuado en la espalda

eloise cover
Hilary Knight

La han descrito como un “icono punk feminista de los 50 dibujada por un hombre de 20 años”. Eloise, la protagonista de los cuentos de Kay Thompson y Hilary Knight, la niña de padres invisibles que vive en el Plaza de Nueva York con su nanny inglesa, su perrito Weenie y su tortuga Skipperdee, es el personaje de ficción que más ha inspirado a Lena Dunham, según su propia confesión.

La creadora de Girls ha filmado, junto a Matt Wolf y su co-showrunner en la serie, Jenni Konner, un documental de 38 minutos dedicado a ella y a su ilustrador, Hilary Knight, que ahora anda por los 80 y se ha convertido en uno de sus mejores amigos.


Fue Knight quien contactó con Dunham hace un par de años, cuando alguien le alertó: hay una chica de la tele, muy famosa, que tiene un tatuaje de Eloise. Esa fue, por cierto, la primera tinta que se grabó en la piel la actriz y guionista cuando tenía 17 años, en un centro comercial de Nuevo México. “Me lo hice porque sabia que era la única cosa de la que nunca me cansaría”, declaró el pasado enero cuando presentó el documental The Man Who Drew Eloise (El hombre que dibujó a Eloise) en el festival de Sundance. “La afinidad que tengo con ella nunca se diluyó. Me siento muy conectada con el personaje y los tatuajes van sobre la autoexpresión y el autoconocimiento, así que parecía el principio perfecto”, añadió. El filme, que se centra en la figura de Knight, se estrenará en HBO el próximo día 23 de marzo.


Knight, que aparece en la película como una figura tan temperamental como su propia criatura, acabó teniendo una pésima relación con Thompson, la autora de los textos de los libros. Ésta, que vivía en el Plaza como la niña de ficción (sin pagar un dólar durante más de 20 años. El legendario establecimiento vecino de Central Park le compensaba así por la publicidad), solía decir que había basado la criatura en su ahijada, Liza Minelli, a la que cuidó como una segunda madre cuando murió Judy Garland. A mediados de los 60, Thompson detuvo la publicación del que tenía que ser el quinto libro de la serie, Eloise takes a bawth y se enemistó definitivamente con Knight, a pesar de que, cualquiera que haya visto los cuentos sabe que las irónicas y sofisticadas historias, que funcionan tanto para niños como para adultos, no son nada sin las ilustraciones de Knight. Éste hizo de Eloise una niña barrigona, desastrada, eternamente despeinada y definitivamente irresistible.


El primer libro de la serie, el titulado Eloise, con su característica portada de un bodoir rosa, se publicó en 1955. Al día siguiente de publicarse, Elsa Maxwell, la famosa de cotilleo de Hollywood, le escribió una nota a Thompson: “¿Cómo sabías que yo viví en el Plaza?”. Nacía así el culto a Eloise, la tentación a identificarse con el personaje al que Maurice Sendak, el autor de Dónde viven los monstruos llamó “esa valiente, deslavazada, deliciosa niña-monstruo”. En poco tiempo Knight y Thompson vieron como se construía toda una industria alrededor de su criatura. Escribieron tres secuelas en pocos años, Eloise en París, Navidad con Eloise y Eloise en Moscú –Lumen los publicó en España a principios de los 2000, pero no son fáciles de encontrar–.


Tras el éxito del primer título, se comercializaron discos, muñecas, ropa postales, pelucas y hasta una reproducción del “kit de emergencia de Eloise”, tal como la niña lo describe en sus libros: un sombrerero que contiene chicles, rotuladores, comida para tortugas, gafas de sol, libretas, jabón y rótulos del Plaza que digan ‘No Molestar’”. El hotel también rentabilizó el éxito y su personal se volvió cómplice de la historia. Cuando los niños entraban al hotel preguntando por ella, siempre respondían: “Acaba de salir, pero si la ves, dile que se ha dejado sus zapatos”, y procedían a mostrar un par de merceditas, como las que luce Eloise. Además, montaron un garaje de triciclos como el del personaje, a disposición de sus huéspedes más pequeños y acondicionaron una habitación a su medida, en la que una actriz disfrazada de Nanny guiaba a los visitantes. Knight cedió al Plaza un retrato de la niña que todavía hoy cuelga en su famoso Salón de las Palmeras.


Como a la propia Dunham, a Eloise se la ha criticado por su vida privilegiada. En el prólogo de una reedición de los libros de Madeline, otro personaje infantil de los años 50, la escritora y periodista Anna Quindlen describe a la niña del Plaza como “patética”: “Cuando pienso en Eloise de adulta, me la imagino con un problema con el alcohol, en unas vacaciones perpetuas, infelizmente casada, infelizmente divorciada y sin hijos”. Auch. La niña que crearon Knight  y Thompson tiene más que ver con un tercer personaje de la época, Pippi Calzaslargas. Eloise patina por el hotel, tira agua o champán por el túnel del correo, juega con los extintores y pinta las paredes, igual que Pippi tiene un método infalible para fregar el suelo: tirar un barreño de agua con jabón, ponerse dos cepillos en los pies a modos de patines y deslizarse por encima. Los padres de ambas ni están ni se les espera. A Pippi la acechan las funcionarias de los Servicios Sociales suecos. Eloise tiene a nanny, que bebe champán con melocotón porque los americanos “simplemente no saben hacer el té” y el telegrama ocasional de su madre, que tiene cuenta en Bergdorf Goodman’s y Neiman Marcus y conoce a gente en Maxim’s y en Dior.


Lo fácil con todo ese material hubiera sido hacer algo moralista, una pobre niña rica, pero en los libros de Thompson y Knight Eloise nunca da pena. Al contrario, como se dice en la solapilla: “Henry James la estudiaría. Lewis Caroll la amaría (una vez se hubiese repuesto de su choque inicial)”.

Eloise con sus muñecas, Sabine y Saylor. Sabine llegó de Jamaica por Air Express.

Hilary Knight

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