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¿Por qué puede ser más difícil superar a un casi algo que a un ex?

Los expertos argumentan que en este tipo de relaciones se tiende a la idealización de la pareja, y esto hace que el duelo sea más doloroso

Una pareja en el salón de su casa.
Una pareja en el salón de su casa.Xavier Lorenzo (Getty Images)
Lucía Franco

Tener un casi algo supone, por una parte, mantener una relación con alguien sin etiquetas ni compromiso. Por otra, consiste en encender un fuego en el que uno de los dos se puede quemar jugando. El término “casi algo”, que se ha puesto de moda en redes sociales entre las nuevas generaciones para definir este tipo de relaciones, ha dado lugar a una buena cantidad de trending topics. Incluso ha dado alguna que otra canción: porque si en algo se ponen de acuerdo los cientos de vídeos de TikTok que hablan sobre este término es en que dejarlo con un casi algo duele más que hacer lo propio con un ex. Ya lo dijo Sabina: “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”.

Los expertos intentan explicar las razones de por qué duele más superar a una persona con la que en el fondo no había nada que un noviazgo de años. Para el sexólogo en Fundación Sexpol y psicólogo divulgador de COP Madrid, Roberto Sanz, es una cuestión de cómo se vive la relación. “Cuando el noviazgo finaliza por razones muy concretas y firmes, es relativamente habitual poder aceptarlo y asumirlo. Un casi algo es, por definición, algo que se desea y no se consigue, con lo que presenta una mayor probabilidad de dejar abierta la pérdida, la frustración o incluso la culpa durante mucho más tiempo”, asegura.

Muchas veces el duelo del casi algo puede venir unido a una sensación de pérdida de control, explica la psicóloga Marisol Ramoneda, que ahonda en que el cerebro que ajusta a las expectativas de la pareja. No obstante, con los casi algo siempre queda la duda de qué podría haber pasado. “El sentimiento de incertidumbre, característica de este tipo de relaciones se asocia con una pérdida de control. Las personas nos sentimos impotentes ante situaciones que escapan a nuestra comprensión o influencia, lo que nos hace más vulnerables”, dice.

No es fácil escapar de la química. “En nuestro cerebro predomina la dopamina y la adrenalina, las hormonas que nos hacen sentir euforia, cuando empezamos a quedar con un casi algo. Sin embargo, en una relación sólida tenemos más liberación de serotonina y oxitocina, hormonas más relacionadas con el vínculo y la seguridad”, explica el experto. Esto evoluciona de forma natural con el tiempo desde que se conoce a alguien y se sienten esas mariposas en el estómago hasta que se consolida la pareja. Es por eso que cuando la ruptura se produce en el momento en el que se siente más dopamina, cuando se está con ese casi algo, el cerebro siente síndrome de abstinencia.

Esta abstinencia se mezcla además con el qué pasaría si, ese elemento de incertidumbre que puede hacer que el desamor sea mucho más difícil de afrontar. Para la psicóloga y directora del centro que lleva su nombre, Elena Daprá, es muy difícil para el cerebro comenzar el duelo de algo que no existe. “Nos cuesta mucho más entender dónde estábamos emocionalmente, cómo deberíamos sentirnos y por qué no sabemos como terminar”.

Sanz explica que no todo el mundo encuentra atractiva la relación estable de dos personas por un tiempo largo. “Este alejamiento del compromiso puede venir, por un lado, por el neoliberalismo que se está instaurando socialmente, que nos lleva a valorar el (posible) ejercicio de la libertad más que los propios beneficios de ese vínculo; así, mucha gente prefiere no perder libertad, incluso aunque no vaya a hacer uso de ella, a lograr una relación saludable y positiva, pues esta implica esfuerzos de los que no hay seguridad de obtener beneficios”, asegura.

Para ayudar al duelo, los expertos recomiendan tener una comunicación muy fluida para no generar expectativas y no llegar a idealizar la situación. “El 77% de las mujeres encuestadas globalmente en Bumble dijeron que conocer las intenciones de alguien en sus relaciones es una de las cosas más importantes a la hora de tener citas online”, asegura un estudio de la plataforma de citas.

Según la Dra. Caroline West, experta en sexo y relaciones de Bumble, muchas relaciones empiezan de forma casual y se convierten en compromisos serios a largo plazo. “Esto permite que la gente se conozca sin la presión añadida de un estatus sentimental, por eso pueden ser tan populares. Tanto si quieres tener una cita casual, una relación o cualquier otra cosa, debes sentirte capacitada para hacer lo que te parezca correcto’'.

West aconseja comprobar con regularidad que quienes viven la historia están en sintonía. “No es raro que surjan sentimientos al salir casualmente con alguien, así que mantén esa línea de comunicación realmente abierta para asegurarte de que no hay sentimientos heridos por el camino y de que nadie saldrá con el corazón roto”, afirma West. Todo, para no caer en otra canción de Sabina: “Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño”.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.
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