2015, el año de la ‘Warholmanía’

A juzgar por la sobredosis expositiva a la que medio centenar de galerías y museos de todo el mundo ha decidido someter la obra de Andy Warhol, 2015 se presenta como el año santo de su celebridad póstuma. La decisión de la fundación que lleva su nombre de prestar 14.000 trabajos con la condición de que se expongan en un plazo máximo de cinco años ha provocado la locura colectiva. El plan de concesiones temporales que comenzó en 2007 alcanza este año su tercera y última fase, lo que ha motivado un escenario de programaciones monopolizadas por el mismo nombre.

Solo en Estados Unidos se celebrarán cuarenta exhibiciones. La mayoría de ellas en museos relacionados con instituciones universitarias, como la de Alabama, Arizona o Stanford. En Europa destacan la exposición organizada por la Tate de Liverpool, en Reino Unido, y la de la fundación Pop Art Centre de Praga, en República Checa. La primera, que recibe el nombre Transmitting Andy Warhol, hace un repaso de la trayectoria del artista a través de 100 trabajos en diferentes formatos y tiene como objetivo incidir en los pormenores de su proceso creativo. La muestra fue inaugurada en noviembre y se podrá visitar hasta el próximo 8 de febrero. La fundación Pop Art Centre de Praga, que se constituyó el pasado mes de diciembre, se estrena en las lides artísticas con una exposición permanente sobre Warhol. La idea, amadrinada por el sobrino del estadounidense, cuenta con apoyo financiero público.

Exposición ‘Transmitting Andy Warhol’, en la Tate de Liverpool.

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La concurrencia de estas muestras convierten a Warhol en uno de los personajes del año. Parece que el artista y cineasta que desconfiguró el mercado del arte y narcotizó los códigos clásicos se encuentra cómodo en la era del selfie y la sistematización de la mercadotecnia. Tanto su obra como la visión de la sociedad de consumo que defendió en sus trabajos y publicaciones gozan de una vigencia que permanece inalterable al paso del tiempo. Violeta Izquierdo, doctora en historia del arte y profesora de la Universidad Complutense de Madrid, explica a S Moda las claves de su contemporaneidad: "Warhol se convirtió en la personificación de todo aquello que quería contar con su arte, llegando al extremo de convertirse él mismo en una marca. El interés que provocó en su época poseer 'un Warhol' trascendió a la obra en sí misma. Cuando se producen estas excepcionales circunstancias nos encontramos ante artistas-personajes que provocan un encendido interés durante largo tiempo."

Parece que al visionario que afirmó que en el futuro todo el mundo disfrutaría de quince minutos de celebridad se le ha ido la cosa de las manos. Según Álvaro Alcázar, director de la galería madrileña que lleva su nombre, el estadounidense es "uno de los artistas pop más importantes de la historia y uno de los más influyentes tanto en el mercado como en los artistas de su época y posteriores". Lo califica de "rey Midas del arte", un tipo capaz de convertir en oro "desde una sopa a una pistola, pasando por coches estrellados".

James Warhol, sobrino del artista, en la exposición del Pop Art Centre de Praga.

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En 2015 medio mundo celebrará ese talento alquimista, como el museo de arte contemporáneo de California (MOCA), con la exposición Andy Warhol: Shadows, o el museo de arte moderno de Oxford, en Reino Unido. Este último acoge hasta el próximo 8 de marzo un tête-à-tête entre Andy Warhol y William Morris, la batalla definitiva entre dos genios de los siglos XIX y XX. Esta muestra, comisariada por Jeremy Deller (premio Turner 2004), pretende destacar la estrecha relación que mantienen ambos artistas a la hora de abordar la producción artística. París también disfrutará en el mes de octubre de un trocito de la obra de Warhol en el museo de arte moderno de la ciudad. Quien consiguió vertebrar visualmente el siglo que lo vio nacer será este año el artista más famoso del mundo. Si la fama la inventó él, parece justo que sea así.

Imagen de la exposición ‘Andy Warhol: Shadows’, en el museo de arte contemporáneo de California.

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