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Los personajes de Lorca se convierten en protagonistas de máquinas recreativas

Álex Peña reflexiona sobre la mercantilización del legado artístico convertido en ‘souvenir'

Álex Peña con el futbolín de 'Recreativos Federico', su instalación en la que se reflexiona sobre la obra de García Lorca.
Álex Peña con el futbolín de 'Recreativos Federico', su instalación en la que se reflexiona sobre la obra de García Lorca.Joan Sanchez (EL PAÍS)
José Ángel Montañés

Álex Peña no las tenía todas consigo. Sabía que necesitaba el respaldo de la Fundación Federico García Lorca para poder llevar a cabo su proyecto. Cuando fue a Granada a ver a su presidenta, Laura García Lorca, se encontró que en una pequeña tienda situada junto al centro dedicado al poeta vendían un bocadillo llamado Federico, a base de jamón de Trevélez. “Cuando se lo conté a la sobrina de Lorca y lo mucho que tenía que ver con mi idea, nos reímos los dos y acabaron dándome su apoyo”, explica Peña. De hecho, Laura García Lorca pone la voz a una de las siete máquinas de Recreativos Federico (hasta el 5 de septiembre en Casa Seat de Barcelona) que a partir de los títulos de las obras y los personajes lorquianos reflexionan sobre la mercantilización del legado artístico —de Lorca y de cualquier creador— con dosis de humor, critica y poesía.

Las máquinas recreativas, que permiten jugar e interactuar —cada una tiene al lado su hidrogel— son las mismas que pueden encontrarse en cualquier establecimiento de toda la vida; pero tuneadas con frases, luces y música y con títulos tan evocadores como Bolas de sangre, en la que, por un euro, un expendedor arroja, al azar, bolas con bolsas de sangre en su interior —en realidad, un líquido rojo— con los grupos sanguíneos del novio o de Leonardo; La grúa de Bernarda Alba, en la que la pericia del jugador puede obtener premios como la peineta dedicada de Adela, el perfume de Pepe el Romano o el abanico firmado por todas las protagonistas de este drama rural; Amor de don Perlimplín con Belisa en su futbolín, en la que los protagonistas enfrentan su amor desigual en un campo de futbol con forma de parque romántico; Yerma la nuit, en el que en la máquina con forma de Torre Eiffel despacha un preservativo con el nombre de la protagonista acosada por la infertilidad que Peña ve “paseando borracha por las calles de París tras matar a su marido” o Cadaqués invaders, en la que en un juego surrealista de arcade Lorca dispara las castañuelas de La Argentinita contra un Dalí que responde lanzando moscas que salen de sus bigotes y Gala, pintada como Leda, huevos de un cisne.

Varias personas juegan con 'Cadaqués Invaders', una de las máquinas con las que Álex Peña reflexiona sobre la mercantilización de la obra de Lorca.
Varias personas juegan con 'Cadaqués Invaders', una de las máquinas con las que Álex Peña reflexiona sobre la mercantilización de la obra de Lorca.Joan Sanchez (EL PAÍS)

Las sin Sombrero es un juego de homenaje a las mujeres “invisibilizadas de la generación del 27”, desde María Teresa León a Rosa Chacel y Maruja Mallo, que puede escucharse en una entrevista en el que explicaba cómo las insultaron todas por descubrirse la cabeza, mientras el jugador ha de impedir que ellas la saquen de su agujero. Al final el ranking ganador no es otro que las diferentes leyes de educación española. Tampoco falta la máquina destinada a ofrecer cambio, imagen tradicional de los recreativos del barrio, que representa Así que pasen 5 euros que permiten jugar con el resto.

A medio camino entre la performance, la instalación y la representación que incorpora premios, música, vídeo e interacción en estos tiempos que casi la anula; Peña define su trabajo como “exo-dramático, un vocablo que me he inventado pero que me permite situarme fuera del lenguaje dramático, pero seguir relacionándome con las obras”. Y explica que su idea parte de observar como “cuando el legado artístico se convierte en souvenir, la literatura dramática se torna en juego”.

En Barcelona sus máquinas poéticas pueden verse en un “espacio híbrido como mis piezas”; rodeadas de modelos, prototipos, motos y patinetes eléctricos, pero están pensadas para espacios como el hall, el pasillo o un rincón de cualquier espacio cultural, teatro o similares, como ya se han podido ver antes en el Centro Federico García Lorca de Granada (donde se estrenó); el Festival de Otoño de Madrid, el Teatre L’Artesà del Prat del Llobregat, el Teatro Central de Sevilla y el Festival Internacional de Teatro y Artes de la Calle de Valladolid. Si el coronavirus no lo impide podrá verse en octubre en la biblioteca de Gandía, en Valencia.

Álex Peña con un abanico dedicado por los personajes de Bernarda Alba, de su instalación 'La grúa de Bernarda Alba'.
Álex Peña con un abanico dedicado por los personajes de Bernarda Alba, de su instalación 'La grúa de Bernarda Alba'.Joan Sanchez (EL PAÍS)

Las máquinas recreativas son un acto más del homenaje que Casa Seat rinde el poeta de Fuente Vaqueros durante todo este mes de agosto en este centro que abrió sus puertas hace apenas dos meses en uno de los puntos neurálgicos de Barcelona: el cruce entre Paseo de Gràcia y Diagonal (el Cinc d’Oros) por donde circulan miles de coches a diario, con la idea de recordar que esta marca “lleva más de 70 años en la ciudad”, como resaltó el italiano Gabriele Palma, director de Casa Seat, un centro nacido con la intención de integrarse en la vida cultural y económica de Barcelona.

Regreso a Barcelona

Entre las actividades y experiencias transmedia programadas en este homenaje al poeta fusilado el 19 de agosto de 1936 destacan el podcast Federico en Casa, las ilustraciones realizadas por Jordi Labanda, Flavita Banana y Laura Serrano, la lectura dramatizada de un fragmento de Bodas de sangre, grabado el 18 de agosto por Clara Segura; la instalación en una de las esquinas del nuevo local de una Biblioteca Lorquiana, azul añil como La Barraca, de la que el público puede llevarse ejemplares de las obras de teatro (publicados por Cátedra) más destacadas del granadino, o degustar en la cafetería un postre creado por Christian Escribà inspirado en el poema Agosto que se sirve, como en la bocadillería de Granada, pidiendo un Federico.

La presencia de Lorca en Barcelona es su regreso a la ciudad que visitó en muchas ocasiones. La primera, en 1925 cuando lo invitó su amigo Salvador Dalí. Y en 1927, el pintor le hizo los decorados para que estrenara en el Teatro Goya su Mariana Pineda, protagonizado por Margarita Xirgu, dando comienzo a su carrera como dramaturgo.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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