“La normalidad poscovid será híbrida: presencial y virtual”

Miguel Martín (Plasencia, 1969) es una de esas personas que se buscan la vida. La crisis económica de 1993 le llevó fuera de España, donde trabajó durante 15 años en importación y exportación. Paralelamente creó su propia empresa, durante su estancia en Polonia, donde se dedicaba a buscar buenas oportunidades de inversión, especialmente en el sector inmobiliario. La siguiente crisis, la de 2008, le hizo buscar alternativas. Así se metió en el ecosistema de innovación tecnológica.

Desde 2017, Martín es el representante para España del Foro Mundial de Inversores Ángel (WBAF) y vicepresidente de su Comité Global de Startups. Presente en 127 países, este foro ha publicado los resultados de su Encuesta global pospandémica sobre los problemas de las startups y de los y las emprendedoras durante la pandemia, así como de sus expectativas para la fase poscoronavirus.

¿Qué resultados arroja la encuesta?

El perfil de startup más representado es el de una empresa innovadora en el sector de consultoría y servicios profesionales que considera que la crisis tendrá un impacto de entre seis meses y un año. También que se reducirá la valoración de su proyecto y aumentará la dificultad para acceder a la financiación e inversión en el corto y largo plazo. El 91% de las startups considera que sus mayores desafíos por el coronavirus son de carácter financiero, de demanda y laborales, o una combinación de todos ellos. La crisis ya afecta a casi el 60% de las startups, y solo para un 19% ha aumentado la demanda.

¿Cómo están tratando de combatir la crisis?

La estrategia más popular es intentar conseguir nueva inversión o préstamos, o ambos. Otras apuestan por reducir costes y empleo. Es destacable el alto porcentaje de startups que considera muy importante el análisis de datos para acelerar su recuperación y tiene planes para pivotar sus servicios y productos, e incluso sus modelos de negocio, para adaptarse a las nuevas necesidades derivadas del coronavirus. Al 75% de las startups le gustaría que se facilitasen las relaciones entre emprendedores y Administración.

¿Cuál es su análisis al respecto?

El mayor problema que tienen ahora estas empresas es el flujo de caja. Salvo en sectores específicos, que son los menos, la mayoría de las empresas que se encontraban en proceso de captación de inversión tienen ahora problemas para encontrar nuevos inversores. Eso está llevando a adoptar medidas de economía de supervivencia, reducir gastos e intentar encontrar nuevas áreas de conocimiento o servicios que ofrecer en la nueva normalidad.

¿Conoce algún caso en particular?

Aquí en Málaga tenemos a iUrban, una startup que ha transformado en puntos de información interactiva las antiguas cabinas telefónicas. Ahora, sin embargo, está encontrando tracción en la digitalización de hoteles a través de puntos QR, negocio que ha crecido en el contexto de la covid-19. Otro ejemplo de empresa fundada por españoles —también con sede en Málaga, aunque el grueso de su negocio está en China— es CleanAir Spaces. Su tecnología ductFIT elimina más del 99,9% de todos los virus mediante ionización del aire. Ya la estaban usando contra otros virus y bacterias, principalmente como sistema de purificación de aire para máquinas de aire acondicionado, y con la pandemia han tenido un crecimiento exponencial. La han probado en un estudio realizado por el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, donde ha sido capaz de eliminar el 100% del coronavirus tanto en el aire como en superficies. Este empujón les ha llevado a iniciar su implantación en Europa. Tiene sin duda potencial para ser un unicornio o cotizar en Bolsa.

¿Qué le parecen las medidas tomadas en España para ayudar a las startups a superar esta crisis?

No hay medidas específicas para apoyar a las startups. Si bien se pueden beneficiar de algunas de las ayudas genéricas lanzadas para pymes, son necesarias facilidades concretas de financiación: todo lo que permita tener moratorias de gasto y ayudas. Es lo que han hecho en países como Francia y Alemania, con paquetes específicos para empresas de innovación y tecnología.

¿Juegan las startups un papel importante en la recuperación?

Son fundamentales. Uno de los efectos que está teniendo el coronavirus es la aceleración del proceso de digitalización, a lo que están contribuyendo las startups. Por su tamaño y filosofía de empresa, están muy acostumbradas a pivotar y son mucho más ágiles a la hora de adaptarse. Las startups educativas ayudan a formar talento digital y por tanto pueden mejorar la empleabilidad.

¿El teletrabajo y los eventos online han llegado para quedarse?

Sin duda. La normalidad poscovid será híbrida. Ahora se buscan modelos híbridos para ayudar a sectores y empresas que están transformando su negocio offline tradicional. Cuando volvamos a poder reunirnos en un centro de convenciones, tenemos claro que se seguirán haciendo más eventos híbridos y online que antes. Permiten tener audiencias globales con mucho menos coste, una analítica de datos más precisa y en tiempo real, facilitar la gestión y un mejor emparejamiento en el networking. Ahora bien, la parte de la interacción personal es mucho más fría, y tiene la contrapartida de que las ciudades de destino dejan de percibir ingresos por los nuevos visitantes que no reciben.

¿Qué otras tendencias detecta?

Además de tecnologías aplicadas a educación y formación o a eventos, veo claramente que ha llegado la hora para un nuevo vertical de la economía de bajo contacto y las tecnologías de trabajo. Todos los programas de aceleración de startups han tenido que pasar a ser online durante la pandemia y ahora se plantean seguir así o mantener un modelo híbrido. Una vez eliminadas las barreras geográficas, puedes acceder desde cualquier sitio a los mejores expertos y mentores de todo el mundo, aunque tu aceleradora esté en un pueblo de Extremadura. La única barrera es la del idioma y los husos horarios.

¿Cómo de internacionales son las startups españolas?

Poco, si bien su internacionalización creció considerablemente con la crisis del 2008 porque se vieron forzadas a salir fuera. El espíritu de ser globales debe estar presente desde el primer día. Esto se traducirá en una mayor escalabilidad y capacidad de atraer inversión. Por otra parte, las redes de inversión ángel han tenido un carácter localista, con escasa inversión transnacional. Desde WBAF fomentamos este tipo de inversión, y no es fácil porque la tendencia en muchas startups españolas es a crecer en mercados afines como Latinoamérica o cercanos como Italia, Portugal o Francia. Nosotros estamos tratando de impulsar las inversiones en verticales, que tiene más sentido que hacerlo por geografía. También ayudan otros programas, como los del ICEX o de Extenda, tanto para llevar fuera a startups españolas como para atraer proyectos, inversiones y talento.