"Las 'startups' tienen que apostar por un mercado global desde el primer día"
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Samuel Sánchez
El secreto de Sergio Leiva son los datos. Más concretamente, dónde se encuentran. Cofundador y CPO de la startup Carto DB, puede presumir de una cartera de clientes abrumadora: National Geographic, Deloitte, Unicef, The Wasinghton Post, Google o la NASA. El pasado 10 de septiembre se anunciaba que su empresa cerraba una serie B (ronda de financiación para consolidar una empresa y preparar su salida a bolsa) por más de 21 millones de euros. Un logro conseguido por muy pocas startups españolas. Ponente de RETINA en el evento Tendencias IT 2016, celebrado en el marco de Ficod el 1 de diciembre, Leiva es un convencido de que el mercado global se puede conquistar desde cualquier rincón del mundo.
Pregunta. ¿Cómo se logra una gran ronda de financiación?
Respuesta. En nuestro caso, primero por ser europeos. Europa es un gran hub de talento para empezar algo. Parece que solo se pueden montar cosas en Estados Unidos, pero yo creo que en Europa lo tenemos más fácil porque tenemos acceso a mucho talento con menos competitividad entre compañías. En segundo caso, nosotros estamos creando un mercado nuevo. Eso hace que el mercado al que puedes llegar es tan grande como tú seas capaz de definir. Además, llevábamos muy buena tracción en nuestro crecimiento y eso te pone las cosas un poco más sencillas.
P. ¿La única vía para una startup es optar a un mercado global?
R. Creo que hoy sí, rotundamente sí. Puedes conseguir vivir de un mercado nacional, pero entonces no tiene sentido llamarle a tu compañía startup. Lo que tendrás es una pyme. Las startups tienen que ser globales desde el primer día.
P. ¿Cómo está de preparada la infraestructura política y legal en España para el ecosistema emprendedor?
R. Creo que cada vez está mejor. No solo a nivel legal, sino de ecosistema, España ha mejorado muchísimo en los últimos años. Solo hay que ver el interés de grandes fondos de inversión, el capital extranjero que invierte y los casos de éxito. Creo que esto tenía que llegar. Empresas como Wallapop, Job and talent o nosotros mismos, hay muchas startups que empiezan a madurar.
A nivel legal, hay ciertas medidas, como el exit-task, que te ponen todo más difícil. Pero somos bastante optimistas y consideramos España un buen lugar para empezar. Es cierto que hay países en los que te puede salir más barato y que te ofrecen ayudas. Pero en España también las hay. Tendemos a quejarnos demasiado, en mi opinión.
"El ecosistema 'startup' en España ha mejorado muchísimo en los últimos años".
P. ¿Qué piensas de la recién fundada Asociación Española de Startups?
R. No sé cuánto confío en la iniciativa. Ojalá salga bien. Al final, hace falta que el ecosistema evolucione a la vez. Es más sencillo cuando hay casos de éxito y cierta visibilidad. Luego hay otra asociación, como Chamberí Valley, en la que están Carto DB y otras empresas, en las que periódicamente se invita a políticos o a figuras relevantes de la economía. Depende de en qué momento les pilles, consigues más o menos impacto. Creo que cualquier cosa será para mejor, porque ahora mismo no había nada. Es necesario, sobre todo desde la política, ya no solo escuchar más, sino escuchar de otra manera. Espero que sirva de algo.
P. ¿Las próximas elecciones van a suponer un cambio para el sector?
R. Yo espero que supongan un cambio para todo el mundo. Al final, nosotros somos una parte pequeñita. Creo que sí, que las cosas cambiarán para todo el mundo. Para mejor o peor, no lo tengo muy claro.
"Entender los datos va a ser clave para mejorar los negocios o para descifrar cómo funcionan"
P. ¿En qué puede ayudar un mapa big data a un negocio pequeño?
R. La tecnología que estaba antes al alcance de grandes corporaciones, equipos de investigación o expertos empieza a estar más disponible para empresas más pequeñas o investigadores individuales. Creemos que es una de las grandes claves para revolucionar el mercado, porque antes eran siempre las mismas compañías las que se beneficiaban de sacar esos datos. Es un medio también para ir cerrando la brecha entre la gente que tiene acceso a la información y la que no. En las grandes empresas siempre ha existido, aunque no se le llamara big data. La diferencia es que ahora será mucho más accesible, tanto para que cualquier empleado en una empresa grande pueda interpretar información como para las empresas más pequeñas. Entender los datos va a ser clave para mejorar los negocios o para descifrar cómo funcionan.
P. Imaginemos un negocio pequeño, de hostelería, ¿cómo se beneficia de esto?
R. Partamos primero de las infraestructuras. Los grandes bancos están dándose cuenta del valor que tienen como plataformas y están empezando a abrir sus datos. A partir de los datos que tiene el BBVA, por ejemplo, un hostelero podría saber si su restaurante está vendiendo más que la media de su competencia en su barrio. Si hay ciertas horas que hay mucha actividad económica en las que él está cerrado, para que cambie de estrategia. Si profundizas en el análisis, empezarás a tener una radiografía de tu barrio. Se necesitan dos cosas: conectar los datos disponibles, bien porque sean abiertos o porque los ofrezca de pago un proveedor como Twitter o un banco, y disponer de las herramientas para interpretarlos.
P. Este 2015 hemos leído numerosos informes y artículos con dudas dudas sobre la viabilidad del big data. ¿De dónde viene el escepticismo?
R. Como todo gran cambio, supone un momento de shock. Pasas de un modelo más tradicional a uno digital donde tienes un montón de tecnología de por medio y necesitas de muchos nuevos perfiles profesionales que no tienes. No creo que sea tanto cuestión de escepticismo sino de cuántos early-adopters se atreven a probar algo tan nuevo. Ahora que empieza a haber casos de éxito, como todo lo que sabe Amazon sobre nuestros gustos o Google Now, permite que se crea más en esta visión. Además, en el mundo de las grandes empresas es normal que se quiera ver un beneficio medible. Y es ahora cuando el big data está empezando a dar sus frutos.
P. ¿Y qué supondrán la realidad virtual y aumentada para la visualización de la información?
R. Va a haber tres grandes disruptores. La tecnología para atrapar los datos y poder procesarlos muy rápido, es como la base de la pirámide. Lo segundo será cómo interactúas con la información. Y el tercero son las personas, cómo hacemos que sean interpretables para alguien que no sea un experto. Pero la realidad virtual, sin duda revolucionará. Siempre digo que lo más cerca que estaremos en esta generación de la teletransportación será cuando tengamos un streaming de datos en tiempo real del tráfico que hay en las calles, de cómo se mueven los peatones... Ponerte unas gafas de realidad virtual y ver cómo vive Sanghai, Tokio, San Francisco, Nueva York en cualquier instante. Va a ser un momento bonito.
"El gran reto de las personas es saber adaptarnos al cambio y no hacer de los datos el nuevo petróleo"
P. ¿Y la privacidad, dónde queda?
R. Redefinida. Es algo de lo que se habla poco y mal. Lo que antes considerábamos privado, dónde estábamos, ha dejado de serlo. La barrera entre la privacidad de ahora y tu vida pública se va desdibujando. El gran reto de las personas es saber adaptarnos al cambio y no hacer de los datos el nuevo petróleo.
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